Al terminar y antes de despedirse Rebecca invitó a su novia y su suegra a la cena en su hogar sin comprometerlas pues respetaría la decisión que tomara su chica, si decidían no ir a la mansión Armstrong, ella compartiría con su familia y luego iría a donde sea que su chica estuviera para desearle un feliz año nuevo.

Ya se habían puesto de acuerdo con que Freen fuera a su penthouse para poder tener esa conversación, así lo hicieron, Sarocha dejó a su madre en su apartamento y ésta le dijo que no se preocupara por ella, que arreglar las cosas con su novia debía ser lo más importante en ese momento.

Con un vuelvo pronto y un abrazo se despidió de su madre, con los nervios de punta llegó a aquel edificio donde vivía su ojimiel, con amague tocó el timbre y una impaciente Rebecca apareció a los segundos, la castaña tomó su mano, cerró la puerta y la llevó a su estancia donde ambas se sentaron una al lado de la otra.

Se acomodaron para poder verse a los ojos en aquel amplio sofá, ambas nerviosas debido a que esa conversación se había convertido en una decisiva, una que aclararía su presente y definiría su futuro, se encontraban tratando de descifrarse o encontrarse en la mirada contraria.

- Perdóname Freen, perdóname por no estar para ti- habló Becca con un dolor naciente en su pecho al recordar que no fue capaz de buscar a su chica.

La ojimiel aún se sentía mal por como actuó y por dejarse llevar por aquellos celos que lo único que hicieron fue alejarla de su chica; Freen por su parte no podía creer lo hermosa e increíble que podía ser su novia y pensando en que no podía ser más afortunada por tenerla, tomó las manos de Becca para acariciarlas y mirarla fijamente.

- No Beck, no hay nada que perdonar- dijo bajo Sarocha, sin apartar sus ojos de los mieles. - Yo debo disculparme contigo, por no contarte lo que que estaba pasando, por estar a punto de investigar a tú familia- hablaba rápido, sintiendo el calor en sus mejillas, con su voz y su corazón acelerados.

Freen aún se lamentaba por no haber hablado las cosas con Becca y por haber huido, pero sabía que su ojimiel en el fondo la entendería, una noticia así no es facil de digerir, si hubiese enfrentado todo desde el momento uno, se habría ahorrado mucho tiempo y sobretodo y más importante, el alejamiento de su novia.

- Lo entendí Freen, entendí todo- susurró sosteniendo la mirada café de su chica. - Tu padre era un hombre increíble, me enseñó mucho- habló ahora acariciando una mejilla de su bella pelinegra. - No sabes cuánto me duele que no pudieran conocerse mi amor- dijo ahora limpiando las lágrimas que brotaban de los ojos de su chica mojando sus mejillas.

Y ahí estaba su mayor debilidad y su mas dura prueba, brindarle fuerza y apoyo a Freen cuando ella se moría por dentro debido a las lágrimas y a la tristeza que desprendían los ojos de su hermosa pelinegra, debía ser fuerte por las dos aunque se le arrugará el corazón al ver el rostro tan acongojado de su chica.

- A mi.. a mi..- intentaba hablar Freen pero su llanto se lo impedía. - También me duele- dijo al fin como pudo. - Quizá.. quizá debí venir antes- seguía hablando ahora entrecortada. - Si yo.. si yo hubi..- trataba pero simplemente todo lo que sentía la desbordaba.

- Shhhh shhh- Becca susurraba ese sonido para calmarla y seguía secando sus lágrimas con las yemas de sus dedos y el dorso de sus manos. - No podías saberlo mi amor- habló ahora para una Freen que se apretó a su pecho, acariciaba su cabello, escuchando como su chica lloraba. - Ahora solo debes hacer que se siga sintiendo orgulloso de ti, porque puedo asegurarte que él ya lo estaba- quería ser consuelo para la pelinegra con sus palabras, quería ser su aliento. - El se fue sabiendo que tenía una hija tan talentosa como hermosa, te aseguro que lo supo, lo conocía muy bien, sé que antes de poder acercarse ya debía saber casi todo sobre ti- hablaba Rebecca con voz calmada dejando caricias a su chica por dónde le era posible.

I'm only me when I'm with youWhere stories live. Discover now