Epílogo

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Otro día sin dormir. 

Desde que había llegado a Estados unidos no logré pegar un ojo durante la noche. Creí que el jetlag no me podía afectar, pero lo hizo.

Me levanté del colchón inflable, pateando las valijas y bolsos de ropa. 

El sol estaba saliendo y se suponía que hoy teníamos que inaugurar la nueva tienda. Luego de tres años trabajando en el mismo lugar, nos ofrecieron mudarnos aquí, cosa que aceptamos. 

El departamento era demasiado grande y estaba vacío, tenía tres habitaciones, cada una con su baño, un living, un comedor y la cocina bastante amplia y completa. También tenía un balcón, en el cual me encontraba, y una terraza.

El sonido de llamada en mi teléfono me hizo salir de mis pensamientos.

Inmediatamente atendí.

-Hola rubio.

-Hola Cal. - Le contesté a mi amigo.

-¿cómo van las cosas por ahí? ¿cómo está el bello durmiente?

-Durmiendo, como siempre, no entiendo como el jetlag no le afecta.

-La tintura es lo que le afecta.- Se rió.- ¡Cuidamelo bien, que no se enferme!  Y cuando despierte dile que me llame.

-Antes lo odiabas y ahora quieres que te llame.

-Es que me preocupa ¡los dos me preocupan! -Me contestó inmediatamente.

-Seguro te sonrojaste.

-¡No! -Gritó por el teléfono.- Ah, pero tú te vas a encontrar con tu chico, si.

-¿qué? ¿quién?- Pregunté algo atontado.

-Ya sabes, ese Connor con el que hablabas.

-Ah, cierto, lo había olvidado.

-Rubio hueco.

-Que malo!-  Me quejé.- En fin, ya me tengo que ir, creo que el sueño ya aparece.

-Si, entiendo, ve a dormir, vago.

-Hasta luego, Cal.

Corté el teléfono, dejándolo a un lado en el suelo junto a mi colchón y me volví a acostar en él.

Cuando dijo ''mi chico''  pensé en Ashton.

Casi tres años sin tener idea de él. Se fue un día y nunca más regresó, y hoy era la primera vez que sentía que lo extrañaba. 

Y pensar que en un principio lo odiaba y ahora estoy pensando en él inconscientemente, extrañándolo.  Tenía una pequeña chispa de esperanza de volver a verlo, pero estaba en un país muy grande y podría estar en cualquier lado. 

Ya no importa, había nuevas personas en mi vida y conservaba algunos de los viejos amigos, tal vez había encontrado a alguien que llenara el hueco vacío en mi corazón. Pero nada era seguro.

Y por primera vez en tres años, dejé escapar mis lágrimas en silencio...

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Bueno, esto terminó.


Our Way |Lashton| AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora