Capítulo 18.

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Loren terminó llamando a su mamá, ella llamó a la mía y terminaron regañándonos a las dos.

Yo me subí a mi auto, en cambio Loren se tuvo que ir con su mamá que vino por ella.

Configuré de nuevo el GPS porque no tenía ni idea de donde estaba y si que menos se como llegar a casa.

Lo único que yo sé y tengo más que claro en estos momentos es que quizá jamás vuelva a salir y que mis papás me van a asesinar lenta y dolorosamente.

Bueno, exagero quizá "simplemente" no vuelva a salir hasta que cumpla 40 años.

Loren se enojo conmigo, pero no tengo la culpa. Yo solo quería salir en un rato de amigas, pero ella fue la que no quiso ir a Starbucks. Quizá Starbucks no fuera lo más económico del planeta pero no creo que la cuenta hubiera sido de trescientos dólares por solo comprar dos cafés normales, junto a un pastel para dos personas.

En cuanto llegue a casa mi pulso se fue acelerando, durante el trayecto a casa me preparé psicológicamente para la reprimenda que me esperaba.

Estacioné el auto lo más lento posible, así mismo me bajé y caminé a casa.

En cuanto entré encontré a papá y mamá sentados en el sofá viendo sus teléfonos como si su vida dependiera de ello.

Y luego dicen que yo soy la que tengo una grave adición, pensé.

Como vi que ninguno de los dos se inmutó de mi llegada, decidí aprovechar para subir y así aplazar el castigo aunque sea solo por unas horas más.

Intenté subir lo más silenciosamente posible y por primera vez en toda mi vida lo logre, no caí ni tropecé ni nada que pudiera haber alertado a mis papás.

Sonreía victoriosa, pero la dicha no me duro demasiado; mientras entraba a mi habitación el viento sopló la puerta devolviéndola y causando así que me pegara a mi... En toda la cara.

Así fue como me di cuenta de que el mundo se confabuló en contra mía y por eso todo me salía mal.

Intente que el dolor pasara pasando mi mano por la zona afectada, pero en cuanto sentí un liquido viscoso en ésta fue cuando me di cuenta de que me había roto la nariz, joder.

Corrí rápidamente abajo, con la mano que no se había untado de sangre quite rápidamente el celular de mamá tirándolo a donde sea que cayeran.

Sobre exaltada mamá me fulminó con la mirada, pero en cuanto vio mi cara y la gran cantidad de sangre que tenía su cara cambio a preocupación.

—¡Dios mío! Mí hija se va a quedar sin sangre. ¡Alguien que la ayude! Una ambulancia, un doctor; ¡Rápido que se me va a morir! ¡No cierres los ojos Nicole, sigue con nosotros hija! —Grito mamá.

Quizá hubiera sido mejor quitarle el celular a papá, pensé.

Papá asustado a causa de la reacción de mamá lanzó también su celular a quien sabe donde.

Fruncí el ceño, pensándolo bien... ¿Qué culpa tienen los celulares! La única culpa la tiene la maldita puerta de mi habitación.

Los ojos de papá se posaron en mi mamá al ver que no obtenía respuesta de ella, poso sus ojos en mi.

—¿El periodo también les baja a la mujer por la nariz? —Preguntó papá, en momentos así y él salía con comentarios como ese.

Mamá paro de gritar y se quedó viendo a papá mientras fruncía el ceño, acto seguido le pegó con la mano en la cabeza, bien merecido que si lo tenía, por fin una reacción buena de parte de mamá.

—¿Será qué me pueden ayudar ya? —Pregunté recordando la sangre que emanaba de mi nariz la que ya estaba pasando a mi Jersey, ¿Manchas grandes de sangre salen de la ropa?

***

Después de unas horas ya habíamos logrado controlar la pequeña hemorragia que venía por mi nariz y a mamá también; pensé que se terminaría desmayando.

El golpe no fue tan malo después de todo, gracias a este mis papás se les olvido por completo los dólares que tendrían que pagar por mi culpa; bueno se les olvido por ahora se volverán a acordar cuando tengan que pagarlos, mientras disfrutaré de mi libertad.

Y así fue como empecé a cantar Let it go.

Bueno no, solo bromeaba. Mamá quedó tan traumatizada que me hizo acostar en mi cama amenazándome de que si me levantaba de ésta vendría a amarrarme a las malas; además de que hizo a papá quitar la puertas de toda la casa, incluso del baño... Puesto que dijo que eran un gran peligro para la sociedad.

Y como si fuera poco llamó al padre de la iglesia cercana para pedirle que me hiciera un exorcismo; que lo que me había acabado de suceder era producto del mismísimo Satanás, por suerte papá logro quitarle el teléfono a tiempo.

Así que si me ponía a cantar Let it go, empezaría a decir que son canciones satánicas y si eso pasaba no habría persona en toda la faz de la tierra que evitará se llamara al Padre para el exorcismo.

Después de todo lo que me pasó hoy, logré dormirme en pocos minutos, no quería tener más problemas ni golpes de los que ya tenía, con esos eran suficientes...

¿Oyes eso Buda? Son suficientes golpes por este fin de semana, no atentes más contra mi amada integridad.

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