Capítulo 4.

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Decidí no poner resistencia, ¿qué más da? tendré que ir, mejor ahorro sabiamente mis energías e igual por más resistencia que ponga terminare perdiendo contra la insistente Loren. Le mandé un texto a Robín, diciéndole lo de la fiesta y que debíamos recoger a Loren en su casa. Cuando termine de mandar el texto decidí empezar a alistarme para la fiesta.

Después de odiar mi armario por no tener que ponerme, escogí ponerme algo sencillo; un vestido de flores, unos tacos con plataforma y me arregle solo un poco el cabello cogiéndolo en una cola alta, lista.

Baje donde mis padres para lo más difícil, pedir el permiso para ir, sé que no serán tan crueles de dejarme ya arreglada, bueno creo que no lo serán.

—Con que no era dinero lo que querías, quieres un permiso para ir a una fiesta, por eso tu actitud de "perfecta hija" —Dijo mi padre haciendo comillas con los dedos.

— Yo digo que sí. —Dijo mamá.

Mi padre y yo miramos a mamá con cara de acabar de ver un espanto, acaso Carla Klein la madre más sobre protectora que ha pisado la faz de la tierra, ¿estaba aceptando que fuera a la fiesta? ¡Qué hicieron con mi madre!

—No me miren así ustedes dos, prefiero saber dónde va a estar mi hija, a que se escape por la ventana arriesgándose a caer como un saco de papas; no obstante, además de caer puede ser violada, secuestrada, terminar con 5 hijos y nosotros sin saber dónde buscarla —Dijo mamá, llegue a pensar que esta era no era mi madre, pero cuando exagero diciendo todo lo que me podía pasar me tranquilice. Esta era mi mamá, la persona más exagerada que he podido conocer en toda mi vida.

—Gané —Articule hacia mi padre sin producir sonido alguno.

En respuesta me fulmino con la mirada, se la sostuve hasta que la aparto y puso los ojos en blanco. Sonreí victoriosa mientras caminaba hacia el sofá para esperar a Robín. Mientras esperaba quise leer un poco para matar el tiempo; leí hasta que sonó el timbre de la casa, abrí la puerta dejando ver quien era, aunque ya lo sabía.

Robín estaba en la entrada, casi babeando al verme, que digo casi, estaba babeando.

Al ver que no reaccionaba troné los dedos para ver si volvía a la realidad, lo cual funciono.

—Te ves preciosa. —Dijo Robín viéndome de pies a cabeza.

–Gracias... –Conteste titubeando, a continuación la sangre subió rápidamente a mis mejillas. ¿Qué me sucedía? Yo no era de sonrojarme fácilmente... ¿A quién le miento? Yo por todo me sonrojo, es algo cotidiano en mi vida.

Nos dirigimos al auto de Robín para poder ir por Loren y después a la fiesta, por cierto no tenía ni idea de quien era.

— ¿Me quieres explicar dos cosas Nico? —Preguntó sin apartar la vista del camino.

—Claro, pregunta. —Conteste encogiéndome de hombros.

—Haber, por donde empiezo... ¿Qué hiciste con Nico? ¿Por qué accedió a ir a una fiesta? —Gritó Robín.

—Ya sabes cómo es Loren de convincente, no iba a luchar contra ella sí sé que terminaré perdiendo; no obstante, no creo que ir a una fiesta por lo menos una vez al año termine matándome.

—Corrección, manipuladora; eso es Loren, no me convence mucho tu respuesta, pero dejemos así. —Dijo negando con la cabeza.

Fruncí el ceño al escuchar que mi respuesta no le convencía ¿qué esperaba? ¿Qué dijera que deseaba volverme una de esas chicas que van de fiesta en fiesta solamente porque si? Pues si eso es lo que esperaba, que lo espere sentado porque ese momento jamás llegará.

—Ahora, lo segundo que quiero preguntarte Nico...

—No preguntarás nada más –dije de mala gana —Ya hiciste dos preguntas, no te responderé nada más.

Robín me miro aterrado, no creo que se esperara una respuesta tan brusca como la mía, pero si lo que yo le decía no le convencía, ¿para qué me seguía preguntando más? Si estaba más que segura que seguiría diciendo que no le convencen mis respuestas.

Seguimos hasta llegar a la casa de Loren; ella sonreía demasiado diría yo, incluso llegue a la conclusión de que tal vez estaban regalando comida y yo ni cuenta me había dado.

Volviendo a la realidad analice lo que llevaba puesto, su cabello color pelirrojo iba suelto cayendo como una cascada por sus hombros, llevaba un bonito vestido negro y un collar a juego con unos tacones altos que contrastaban con el vestido; estaba muy linda a decir verdad. Subió al auto y nos dirigimos a la "famosa" fiesta.

Casi llegando recibí un mensaje de mi padre, sabía que él no dejaría que ganara así de fácil.

ÁlvaroAlemany.
➤A las 12, te espero en casa, se puntual si quieres seguir saliendo y no ir a un convento señorita, además a Álvaro Alemany NADIE, le vence.
Visto a las 7:01.

Y ahora ganó el, empate.

Llegamos y llegue a la conclusión de que me afecta un poco leer libros; me imaginaba una fiesta en la casa del Playboy más popular, el cual era multimillonario y tenía una súper mansión, donde por donde vieras habían chicas con ropa inapropiada o con poca ropa, chicos sin camisa, vasos rojos con bebidas desconocidas, bebidas con alcohol, drogas, personas en la piscina, chicas besando chicas, chicos con chicos, chicas y chicos. Ya saben el típico cliché que siempre se ven en los libros.

Pero, era todo lo contrario.

Si era una súper mansión, de eso no quedaba duda alguna; había una entrada que dirigía a él gran salón de la casa, habían una bar en la parte de atrás, grupos de sillones, al frente de los sillones había una pista de baile y el escenario para el DJ. No obstante, incluso estaba casi segura que también abrían drogas y alcohol, no es que consumiera alguna de estas, pero es bueno enterarse que circula por aquí.

No estaba mal, pero esperaba otro tipo de fiesta como ya lo había mencionado antes.

Ya habían pasado dos horas, estaba junto a Robín en uno de los sillones, ninguno de los dos habíamos tomado nada; exceptuando a Loren que había tomado por ella y por lo que Robín y yo no habíamos tomado en toda la noche. En conclusión, Loren estaba pasada de tragos, lo que me convirtió esa noche en su segunda mamá, cuidándola de que nada malo le pasara, lo cual era agotador ya que cuando la sacaba de un problema, entraba en cuestión de segundos a otro; era como tener una niña pequeña, claro si las niñas pequeñas tomaran bebidas alcohólicas.

En el transcurso de la fiesta estuve cuidando a Loren, y hablando con Robín tranquilamente pero mi amada tranquilidad fue interrumpida cuando divise por fin a alguien que conociera en esta fiesta aparte de Robín y Loren, pero la multitud de personas no me dejaban divisar bien de quien se trataba. Una pareja que me estaba obstruyendo la mayor parte de la visión se levantó para dirigirse a la pista de baile, dejándome así ver quien era esa chica, lo que me hizo retractarme del querer saber quién era...

Raquel.

Esta se encontraba distraída hasta que volteo su mirada hacia mí, la cual por razones que ni yo entendía me sentí vulnerable, cuando menos me lo imagine y sin tener todavía la razón, los nervios se adueñaron de mí.

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