• Capítulo 8 • Batalla de Poder •

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JIMIN •

Los Herondale. —Susurré y me escondí en el baño, no había pensado que los vería. Escuché la voz de Marge y luego la de Harry.
—Te hice una pregunta niña...—Marge le habló a Katy con un tono molesto, mi sangre comenzó a hervir, no iba a permitir que la trataran así. Los ojos de Marge se abrieron grandes cuando me vió salir del baño. Sonreí interiormente pero mantuve mi rostro inexpresivo.
—Hola. —Saludé y me posicione justo en frente de Katy, debía hacerles notar que yo iba a protegerla.
—¿Q-qué h-haces aqu-aquí? —Los Herondale estaban aterrados, comprensible, verme a mi era como estar frente al mismísimo demonio según ellos.
—He llegado un poco antes de tiempo, lo siento tía Marge, debí haber avisado. —Su reacción era completamente normal pero Katy lo estaba notando así que hice un poco de magia con mis ojos y los tranquilicé.
—¿Qué pasó con el pozo? —Harry fue el primero en caer bajo la magia.
—El "demonio" —Hice unas comillas con ambas manos, demonio es una buena palabra pero muy alejada de la realidad—, que había allí, ha escapado.
—¿Qué haces aquí con Katy? —Marge cayó también bajo mi encanto.
—Oh —le di un guiño a Katy—, ella estaba asustada y vine a hacerle un poco de compañía. ¿Mi habitación está lista?
—No... no sabía que vendrías ahora.
—No importa, yo puedo arreglarlo. Bien —Aplaudi—. Ya dejemos a Katy descansar, mañana será un largo día, tengo muchas cosas que hacer.
—Pero...
—¿Hay algún problema tía Marge? —Katy no podía ver mi rostro así que me tomé la libertad de darles a los Herondale una mirada un tanto espeluznante, pasé años en esa maldita cueva y ahora que había sido liberado iba a demostrar quién tiene el control.
—N-no. Q-que bueno verte po-por aquí.
Los empujé afuera antes de que cometiera una locura frente a Kat, iba a seguirlos y dormir en su casa pero Kat me detuvo. —¿Que sucede Katy?
—No... no te vayas. —Mi corazón dió unas cuantas vueltas locas dentro de mi pecho.
—¿Qué?
—No quiero estar sola. —Suspiró y lo comprendí.
—Estás asustada —dije—, de acuerdo, pero tienes que hacer algo por mi. Realmente llevo mucho tiempo sin comer, muero de hambre, no estoy seguro de aguantar más.—Estar tan cerca de ella, sentir su dulce fragancia, ver continuamente su belleza era una tortura. Mi instinto luchaba por salir y me estaba costando mucho esfuerzo mantener mi naturaleza bajo control.
—Entonces... ¿Qué esperas aquí afuera? Entremos y veamos que puedo cocinar para ti. —Sonreí, en serio esta chica era la mejor.
—¿Donde metes tanta comida? —Estoy muy seguro de que mis mejillas se sonrojaron, literalmente devoré todo lo que había en la casa.
—Lo siento, mañana iré a la tienda, lo prometo. —Estaba avergonzado, otra emoción que se unía a la lista de sensaciones causadas por ella. 
—No te preocupes. Entonces. ¿Tu apellido es Park?
Hablamos de mis padres y de que hacíamos en este pueblo, tuve que mentir y me sentía molesto por eso pero no se comparaba con lo que sentí cuando mencionó un nombre, Charlie.  
—¿El es quién te golpeó?
—Sí, lo es. —Mi mano se apretó en un puño, tanto que los nudillos quedaron blancos. Deseaba salir, encontrar al idiota y devolverle el doble por cada golpe que le dió a Katy.
Después de eso, hablamos de cosas sin importancia, hasta que decidimos que ya era hora de descansar. Yo me recosté en el sofá y ella en su habitación, su regular respiración me dijo que ya estaba dormida pero yo no conseguía hacerlo. Todo lo ocurrido se sentía tan irreal, había imaginado y soñado con esto tantas veces que vivirlo era un poco perturbador.
Unos gritos me trajeron de vuelta, corrí a la habitación de Katy, tenía una pesadilla. Me acerqué y la desperté, me miró confundida y se alejó protegiendo su rostro con ambas manos, contuve la respiración. Me tomó todo de mi no dejarla sola y cumplir mi deseo de encontrar al infeliz que provocó todo ese sufrimiento en ella y golpearlo hasta morir.
—Shuu, tranquila, no voy a golpearte. —Me miró nuevamente y bajó sus manos, pero luego las subió otra vez para cubrir sus lágrimas. Comenzó a llorar con ganas y mi corazón se rompió. ¿Qué demonios hace la gente en situaciones así? Recordé las veces que lloré solo en la cueva, muchas de ellas me hubiese gustado recibir un abrazo, decidí que esa era la mejor opción.
Me subí a la cama y la acerqué a mi, envolví mis brazos a su alrededor de modo que su mejilla quedó contra mi pecho.
—Todo está bien, sólo ha sido un mal sueño, yo estoy aquí. —Llevé una mano a su cabeza y acaricié su cabello,  pasó un buen rato hasta que se calmó, intenté separarme pero ella aferró su mano a mi remera. Negó con la cabeza y fue más que suficiente para deducir lo que necesitaba. La envolví con la frazada y me recosté a su lado sin soltarle ni un segundo. Francamente estar así con ella era la gloria, no tardó en volver a dormirse y yo le seguí.
En la mañana abrí los ojos y ella seguía usando mi pecho de almohada, no es que me queje, por supuesto que no, pero se me hace extraño estar así con una mujer. Acomodé su cabello y ella despertó.
—Buenos días —evantó su cabeza y me miró.
—Lo siento, no era mi intención dormir sobre ti.
—No me molesta, nunca, en absoluto. —Un lindo color rosado cubrió todo su rostro y descubrí que no existía nada más maravilloso que eso.
No hubo desayuno, yo no dejé nada la noche anterior. Caminamos juntos hasta el pueblo, ella se detuvo en el centro de Arte y yo seguí mi camino hasta la tienda. No poseía dinero pero con sólo una mirada el empleado me obsequió todo, lo mismo en el Mall.
Regresé al centro de Arte y Katy estaba afuera con una chica y un chico. Reconocí sus aromas, ellos habían estado en su casa días atrás.
—Hola Jimin. —El chico despedía tanto olor a testosterona que no fue difícil notar que él era la competencia.
—Hola. —Besé velozmente su mejilla necesitando marcar territorio, ella no era de mi propiedad pero yo sí deseaba que lo fuera. Katy se sonrojó y él frunció el ceño, punto para mi.
—Ellos son Clary y Zac.
—Mucho gusto. —Tendí la mano de ambos mientras un hombre salía y pegaba un cartel en la puerta—. Un segundo —dije y seguí al hombre.
Increíblemente no necesité usar ningún tipo de magia sobre él para obtener lo que quería, salí del lugar con una sonrisa y arranque el cartel.
—¿Por qué sonríes? —Preguntó Katy.
—Estas viendo al nuevo profesor de danza y artes marciales. —La mandíbula de los tres cayó casi hasta el piso.
—Eso es, wow —Katy fue la primera en reaccionar—, hay que celebrarlo. ¿Almorzamos juntos en casa? —Levanté la mano derecha donde sostenía seis bolsas con alimentos—. De verdad, no era necesario.
—Oye, eliminé hasta la última migaja de todo lo que había en tu casa. ¿Qué pensabas cocinar para mi hoy?
Ella solto una leve carcajada y fue la melodía más hermosa, aún más que su maravillosa voz. —Déjame ayudarte —Me quitó tres bolsas y comenzó a caminar, ninguno de los tres nos movimos del lugar, ella volteó—. ¿Vienen?

KATY •

Despertar con un chico que acababa de conocer debió haber sido incómodo, vergonzoso, pero no, solo fue increíblemente mágico. No recuerdo haber dormido tan bien en toda mi vida.
Llegué al centro de arte y Clary y Zac me esperaban sentados a la par de mi casillero. Sentí culpa.
—Lo siento. —Era lo único que podía decir. Clary no me miró.
—Merecemos una explicación ¿No crees? Al menos Clary la merece. —Zac estaba molesto y no lo culpaba.
—Es verdad, pero el pasillo no es el mejor lugar —Me siguieron hasta la sala de danza, que nunca se usaba por falta de profesor, y les conté todo, bueno al menos gran parte. A medida que iba avanzando sus rostros iban tomando colores diferentes, cuando llegué a la parte de estar amarrada en una silla, Clary habló por primera vez. —Podría haberte matado.
—Pero no fue así, Jimin me ayudó.
—¿Quién? —Zac frunció el ceño.
—El sobrino de los Herondale, acaba de mudarse al pueblo. Él me liberó y se quedó haciéndome compañía durante la noche porque estaba asustada.
—¿Estás diciendo que un loco psicópata trató de asesinarte y que un desconocido pasó la noche contigo?
—Un desconocido que salvó mi vida y fue muy amable. —Eliminé la parte de la historia donde una criatura escapa de un pozo de agua, no quería parecer loca.
—¿Sabes como me hace sentir eso? Yo estaba molesto, diciendo groserías sobre ti por hacer llorar a mi hermana, cuando debería haber estado allí para ayudarte.
—No es tu culpa Zac, tampoco de Clary, yo reaccioné mal ante la noticia, dije cosas hirientes y lo lamento.
—Demonios Katy, esto no es sobre quién es el culpable. Katy yo te conozco desde hace un año y he estado enamorado de ti desde entonces, he hecho de todo para ganarme tu confianza pero tu no has hecho más que ocultarnos cosas, y ahora viene un desconocido y le permites pasar la noche en tu casa. ¿Y si fuese un loco violador?
—¡Por Dios Zac! ¿Qué no estás escuchando? He dicho que salvó mi vida, si fuese un loco violador ni siquiera hubiese liberado mis ataduras, simplemente habría aprovechado la oportunidad.
—Katy tu no entiendes, nunca me dejaste pasar la noche en tu casa, ni siquiera a Clary, pero al primer idiota desconocido que aparece le das tu consentimiento para hacerlo. ¿Es que no confías en nosotros? —Bien, ya me estaba cansando de todo esto, iba a descargar toda mi ira acumulada sobre él pero Clary se adelantó.
—Ya basta Zac, deja tu escena de celos para otro momento, Katy necesita nuestro apoyo, no un sermón de tu parte. —Clary me abrazó con fuerza—. Lo siento tanto, por todo.
La mañana fue normal después de todo eso, a la salida Jimin llegó a buscarme y todos fuimos a almorzar a mi casa para festejar que haya conseguido empleo.
Fue algo extraño, Jimin parecía estar muy cómodo, como en su propia casa y yo me sentía contenta por ello. Zac por otra parte, estaba celoso, demasiado, mientras que Clary se mostraba muy alegre.
En un momento la conversación cayó sobre Jimin.
—No entiendo como obtuviste el puesto de profesor de artes marciales al día siguiente de llegar, Zac lo ha solicitado por meses y nunca lo consiguió. —Clary se divertía torturando a su hermano.
—Ha de ser que a simple vista se nota que nací para esto. —Jimin sonrió siguiendo el juego, Zac apretó su mandíbula.
—Las apariencias engañan, apuesto todo a que te muestras como el niño bueno pero en realidad ocultas cosas detrás —Zac le dió una mirada retadora.
Jimin soltó una risa falsa. —Es verdad, oculto cosas detrás ¿Quién no lo hace? Pero no ando por ahí fingiendo ser alguien que no soy.
—¿Qué estás insinuando? —Zac se puso de pié.
Jimin lo enfrentó y aunque Zac es más alto y corpulento, Jimin no dejaba de ser amenazador. —Yo no he insinuado nada, creo que mis palabras fueron bastante claras. —Zac estiró su brazo apretando el cuello de Jimin y levantándolo unos centímetros en el aire, Clary dió un grito y yo me quedé sin palabras, Zac nunca peleaba. Jimin no se inmutó, posó su mano derecha sobre la muñeca de Zac, y segundos después este aflojó su agarre. Jimin dejó caer el brazo de Zac y sonrió con autosuficiencia—. No te enfades, te saldrán arrugas. Ya me dió hambre. — Caminó en mi dirección dejando atras a Zac. Quise advertirle pero no fue necesario, Jimin volteó y velozmente atrapó el brazo de Zac que venía en su dirección, con un movimiento Zac estuvo con la cara contra la pared y su brazo doblado por detrás de su espalda. —Eso no fue muy correcto, atacar por detrás, muy valiente ¿Eh?—Ajustó su agarre y Zac hizo una mueca de dolor—. Esto lo dejaré pasar, pero recuerda esto. "Domina tus palabras, domina tus pensamientos, no hagas daño a nadie. Sigue fielmente estas indicaciones y avanzarás en el camino de los sabios." —Jimin dejó ir a Zac y me buscó con la mirada. —Si me necesitas, solo grita mi nombre, estaré en casa de mis tíos. —Caminó hacia la puerta, se detuvo antes de salir y miró por sobre su hombro.
—"Recordar es fácil para quien tiene memoria, olvidar es difícil para quien tiene corazón."

La Maldición de Ladón. Where stories live. Discover now