Gordita Chankimha 「 Freenbecky 」

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Freen se encontraba ya sentada en el sofá que su padre tenía en su oficina. Ella ya se quería ir pero su padre le había dicho que solo terminaba esa junta y leía unos papeles y ya se podrían ir.

Estaba terminando su tarea para que cuando llegara a su casa pudiera estar en su habitación haciendo otras cosas y ya no preocuparse por ello.

Solo le faltaban algunas cosas de álgebra y esa materia a ella no se le daba, su padre era el que siempre le ayudaba en esa materia, tan preocupada estaba por terminar esa tarea que no se dio cuenta que la puerta estaba siendo tocada.

Salió de sus pensamientos, cuando la puerta fue abierta y se sorprendió al ver a su nueva y única amiga.

–Hola, Rebecca– saludó con una sonrisa.

–Hola, Sarocha– saludó algo sorprendida– ¿Está el señor Wong? – preguntó tranquila.

–¿Mi papá? – preguntó algo confundida a lo que Becky asintió algo dudosa –Oh no, está en una junta todavía – respondió.

– Oh, pensé que ya había llegado –se contestó a sí misma Becky –¿Qué estás haciendo? –preguntó acercándose para sentarse a lado de Freen.

Becky solo iba a dejar unos papeles y después tenía pensado regresar a trabajar, pero ese aroma fresas con chocolate que le encantaba la detuvo.

–Estoy haciendo mi tarea de álgebra, pero no le entiendo –contestó con un puchero.

A la alfa se le hizo una escena muy tierna ya que cuando Freen hacía ese puchero, sus mejillas se inflaban un poco.

–Si quieres te puedo ayudar– le dijo con una sonrisa.

Freen se quedó pensando y luego recordó que Becky traía consigo unos papeles.

–¿No estás ocupada?–preguntó.

–Nop, estoy desocupada – mintió, ella debía de estar trabajando.

–Eh... está bien– contestó algo dudosa.

Dicho eso Becky empezó ayudar a Freen, le explicaba en lo que la omega no entendía y se lo volvía a explicar para que Freen entendiera cuando le tocara su examen. La omega prestaba toda la atención, a ella le gustaba estudiar y eso era lo que estaban haciendo.

Una media hora después habían acabado, Freen solo tenía que hacer cuatro ejercicios más.

Freen se cansó mucho ya que algo que no le gustaba era hacer tareas que tuvieran número y letras.

–Tengo sueño y mi papá no llega – comentó Freen tallando sus ojos.

–Si quieres duerme y yo espero aquí a que venga el señor Wong– le comentó Becky y Freen negó

–No, solo voy a cerrar los ojos pero no me voy a dormir –le contestó soltando un bostezo.

Becky sonrió al ver la respiración relajada de Freen, se había quedado dormida.

Becky se puso a acomodar las cosas de Freen y espero a que el señor Wong llegara para que firmara esos papeles.

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Después de unos treinta minutos, el señor Wong llegó.

–Freen, hija ya-

No pudo terminar ya que vio que estaba durmiendo y que a lado de su hija estaba Becky, la hija de su jefe.

–Hola, señor Wong – saludó a Becky parándose despacio para no despertar a Freen.

–Becky, hija no te esperaba aquí– le comentó– ¿necesitas algo?– preguntó viendo atentamente a Freen quien se estaba moviendo.

–Oh, si– asintió y extendió los papeles –Necesito que firme estos papeles.

–Oh, está bien, cuando los termine de leer ya te los entrego firmados– le dijo para empezar a leer antes de firmar.

–Señor Chankimha – Becky lo llamó.

–¿Mande? – contestó alzando su mirada de los papeles.

Becky se quedó pensando si decirle o no, pero era por el bien de Freen.

–Usted, ¿sabía que en la universidad molestaban a Freen?– preguntó.

El señor Wong volvió a ver a Becky y sonrió no era una sonrisa de felicidad si no de tristeza.

Asintió lentamente

–Lo sé, aunque Freen me dice que ya no la molestan– respondió –Sólo estoy esperando a que termine este año y tal vez cambiarla de universidad.

Becky soltó un suspiro y volteó a ver Freen quien se encontraba todavía durmiendo y vio que su mejilla izquierda se abultaba ya que estaba siendo aplastada con el sillón.

—Le prometo que mientras yo esté ahí nadie más molestará a Freen —prometió estando segura de sí misma.

El señor Wong sonrió

—Muchas gracias, hija, pero no tienes por qué—respondió.

—Lo hago porque Freen no merece ser tratada así, ella es una omega hermosa — lo último lo dijo en un susurro que el señor Wong si pudo escuchar.

—Te lo agradezco mucho —hizo una pausa —Por favor cuida de ella, es la persona más importante en mi vida —una lágrima resbaló por su mejilla derecha.

—No se preocupe, la voy a cuidar más que mi vida —prometió.

Después platicaron de otras cosas del trabajo, donde Becky le pidió consejos para la empresa y ser una buena jefa.

No es que no se llevara con su padre, lo respetaba y le tenía mucho cariño, pero también quería más opiniones.