Capítulo 7

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Una vez que salimos del gimnasio del cuadrilat nos encontrábamos caminando por la acera en silencio.

¿Cómo comienzo a contarle de mi vida? Maldición, nadie sabe de mi vida a excepción de Matt. Y creo que es mejor que siga siendo así.

-¿Entonces?

-No sé cómo empezar. -Le dije con sequedad mientras miraba hacia el frente. Pasé una mano por mi cabello que aún seguía algo húmedo por la ducha. -No quiero que nadie entre en mi vida. ¿Por qué tú quieres hacerlo? -La miré con frialdad. No lo entiendo, ¿para qué?

-Yo...quisiera...-Dijo ella bajando la mirada hacia sus manos que se retorcían. -Nada, tienes razón... Esto fue un error. Será mejor que me vaya. Lo siento, no debí entrometerme. -Ahora lucía avergonzada para después girar sobre sus talones y marcharse.

Veía como se alejaba. Y suspiré al ver qué tal vez me arrepentiría de esto.

No nos golpeamos por nada. Cumpliré ése maldito trato.

Estoy seguro de que ella lo hubiese cumplido a pesar de que no le gustase.

-¡Rossel!-grité para después comenzar a correr tras ella.

Ella paró de caminar para esperarme.
Me detuve a su lado y miré su rostro. Conecté mi mirada gris con la suya y entonces me concentré en sus heridas.

Tenía abierta la ceja al igual que su labio.
Su mejilla se había puesto morada y ya me sentía terrible por haberla lastimado. Jamás había hecho daño a una mujer.

-No me mires así.-dijo molesta.

-¿Qué te mire cómo?

-No me tengas lastima, ni te sientas culpable que tú estás igual. Te dije que no es mi primera vez peleando.

-No te tenía ninguna de esas dos cosas.-mentí mientras metía las manos en mis bolsillos.

-¿Decidiste por fin abrirte a ésta desconocida?

La miré fijamente y antes de que pudiera decir algo su mano fue hacia su liga para quitarsela y al hacerlo su larga cabellera lacia y castaña cayó en cascada por sus hombros. Su mano fue a parar a su nuca, la cual masajeó.

Observé atentamente como caían algunos mechones por su cara.

-¿Por qué tan siquiera te importa Rossel? No te entiendo. Yo no te agrado y decidiste pelear conmigo para ganarte mi confianza cuándo yo no tengo la tuya. Podría mentirte de mi vida y tú me creerías.

Ella alzó su mirada. Y al hacerlo sus ojos conectaron con los míos. A pesar de que ambos teníamos una mirada penetrante ninguno la bajaba. Sus iris de ser claro se hizo oscuro y entonces... Me perdí en sus ojos y por un momento olvidé la pregunta que le hice. Olvidé que estábamos en un lugar donde pasaban personas y nos miraban extraño por que sólo estábamos ahí en medio de la acera, perdiéndonos en nuestros pensamientos.

-Confío en ti Harrison. No me preguntes la razón de eso. Por qué ni yo lo sé.

Después de unos segundos asentí y le tomé de la mano sorprendiéndola.

-¿Q-Qué haces?

-Vamos a hablar, ¿eso querías no? Además de que, es por eso que peleamos en el ring y ahora estamos "lastimados"

-Sigo sin entender por qué tomaste mi mano.-dijo con las mejillas ligeramente sonrojadas.

-Por que vamos a mi casa.-dije poniendo los ojos en blanco mientras sacaba mi celular para marcarle a Matt.

+¡Jordan! Joder, hasta que decides contestar perra.

-Lo siento. Apagué mi celular...estaba desahogándome un poco.

EL BØXEADØR ©Where stories live. Discover now