Capítulo 8: Como vuela el tiempo

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Ya ha pasado mucho tiempo desde ese día en el que le había dado una oportunidad ha Alex, y ahora estamos más que bien ya somos como quien dice, una pareja. Hoy es el cumpleaños de Kelsey y estoy muy emocionada porque es su primer cumpleaños y quiero que lo disfrute. Haremos una fiesta pequeña yo, Alex, mi tía y unos amigos de Kelsey del jardín de niños.

—Cariño, ¿ Dónde pongo esto?— Me preguntó Alex desde la cocina señalando ha un gran arreglo de globos que trajo mi tía.

—Déjalo ahí cariño yo luego lo busco.—

—¿Estas nerviosa?— Preguntó nuevamente.

—No, ¿Compraste el regalo de Kelsey?— Pregunte.

—Si.— Respondió.

—¿Que le compraste?—

—Lo sabrás después?— Dijo y tocó mi nariz.

(*)

Al final la fiesta estuvo bien, Kelsey se estaba divirtiendo y eso es lo importante. Alex le había dado de regalo a Kelsey un gran auto rosa, no se de donde demonios lo saco, pero esta hay.

—¿Te divertirse hoy Kelsey?— Le pregunte a kels que río.

—Es tarde.— Dijo Alex señalando al reloj de la mesa que esta al lado de el sofá.

—Si, es cierto, quédate, es muy tarde para que te vallas a estas horas.— Dije preocupada.

—No seas exagerada, apenas son las doce.— Dijo divertido.

—Pero yo quiero que te quedes.— Dije haciendo un puchero.

—Bebe mañana tengo que trabajar y...— iba a seguir diciendo pero yo lo interrumpí.

—kelsey quiere qué te quedes, ¿Verdad nena?— Dije mirando a Kelsey.

—¡ Papá! — Dijo Kelsey agitando sus manitos en el aire. Alex y yo la miramos sorprendidos. Ella, a pesar de qué acaba de cumplir su primer año, aun no había dicho su primera palabra hasta ahora.

—¿Que dijiste nena? Dilo de nuevo.

— ¡ Papá! — Dijo y puedo jurar que vi unas pocas lágrimas bajar por el rostro de Alex.

—Ahora te quedaras.— Aproveche de la situación.

—Lo que quiera la cumpleañera.— Dijo y los dos reímos. Este ha sido un gran momento en nuestras vidas y de verdad agradezco a dios, que nosotros dos estemos juntos para presenciar este momento.

(*)

Cuando desperté en la mañana Alex ya se había ido a trabajar y yo había llevado a Kelsey a la guardería y me había ido a casa, mi turno empezaba al medio día.

Me quede leyendo un libro. Él timbre suena muchas veces, como si alguien estuviera desesperado por que habrá la puerta. Me levante del sofá y camine hacia la puerta y la abrí.
Santa.

Mierda.

Me paralice en mi lugar, no sabia que hacer en este momento, ella estaba hay, en frente de mi. De alguno forma ella sabe donde yo estoy viviendo. Esto es una locura.

—Adriana yo...— Iba a seguir hablando, pero yo le cerré la puerta en la cara, con la esperanza de que ella captara la indirecta y se fuera, pero no lo hizo y siguió tocando la puerta fuertemente.

—¡Adriana abre! Por favor, necesito hablar contigo.— Gritó ella del otro lado de la puerta.

Abrí nuevamente y la mire a los ojos.

—Escucha atentamente, no voy a hablar contigo ni hoy, ni nunca, hací que agradecería que te fueras de mi casa y no volvieras, no quiero tenerte cerca, ni de mí y de mi hija menos, hací que aléjate lo más posible de esta casa y no vuelvas.— Termine de decir y cerré la puerta de nuevo.

Se que fui un poco dura, pero se lo merece, ella dejo que papá me echara de la casa y eso es imperdonable, luego hablare con mi tía sobre esto.


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