d i e c i o c h o

2.7K 254 43
                                    

Joe sonríe despreciablemente mostrando cada uno de sus alineados y amarillos dientes. Una mezcla entre diversión y maldad pura, una sonrisa siniestra que me causa un estremecimiento una vez más. Yo continúo en el umbral de la puerta, muda y paralizada. Debatiéndome un montón de cosas que finalmente en este punto ya no tienen sentido.

Todo es como una de esas escenas que recreé en mi mente un montón de veces, una de tantas pesadillas que me asecharon por las noches, provocándome insomnio y poniéndome los nervios de punta. Este es uno de mis mayores miedos hechos realidad. Es terrible y yo continúo estancada en la puerta. Tan cerca de mi final al igual que de mi escape.

Un movimiento, un acto. Cualquier decisión que tome es importante ahora.

—Preciosa, ¿no vas a decirme nada? —Cuestiona poniéndose de pie de una vez por todas. Creo que nos hemos mantenido unos cuantos minutos en las mismas posiciones, él devorándome con la mirada y yo llorando internamente, tratando de no prestar atención a lo que transmite en el ambiente de la habitación. Él coge un arma que mantenía en su espalda, probablemente. Me mira aún divertido y ahora amenazante. —Cuánto tiempo, ¿no crees? Ya deseaba volver a verte, aunque parecías mucho más agradable ante. Oh, maravillosos estupefacientes. Sacan lo mejor de nosotros ¿no crees? —lo ignoro. Él vuelve la atención a su arma y la limpia un poco, ignoro el hecho de que él trata esa arma como un tesoro. Como si fuera un niño con un juguete, aterrador. —Aunque no voy a subestimar todos los esfuerzos de las personas que quisieron mantenerte a salvo. Fueron tan tiernos y estúpidos, siempre creyendo estar un paso delante de mí. Empezando por tu madre, y este chico obstinado e idiota... ¿Cómo se llamaba? ¿Noah? ¿Nicolás? —Joe suelta una carcajada despreciativa cuando menciona nombres al azar para referirse a Niall. No hago caso a la mención de mi madre a pesar de la preocupación que eso me provoca, continúo sin moverme un solo centímetro, respirando por mis fosas nasales con profundidad y mordiendo mis mejillas. —Él estará en un lugar mejor en un tiempo. Con seguridad, en el infierno. Se divertirá bastante allá. —eleva la mirada hacia mí, sus ojos brillando con maldad mientras lee mi rostro. — ¿No vas a decir nada? ¿Vas a negarme tus insultos? Oh, que pérdida tan grande. —se burla. Trago y doy un paso hacia atrás, sin girarme, aun mirando al despreciable hombre que ahora está a tan solo un par de metros de distancia.

— ¿Qué le has hecho? —susurro con molestia. El nudo en mi garganta y el miedo me impiden subir la voz para demostrarle lo furiosa que en realidad puedo ser. — ¡Dímelo!

No puedo dejar de regañarme a mí misma por no dejar de pensar en el bienestar de Niall aún en estos momentos, cuando lo que debería importarme es mi propia vida.

—Tan valiente, tan protector e intrépido. Pudo ser uno de mis mejores hombres, estuve a punto de tenerlo dentro. Sería el mejor en el negocio, hasta que una chica decidió alejarlo de mí. El amor nunca es bueno, mi preciosa Maiah. Jamás te enamores, sufrirás mucho más que estando sola. El amor es un montón de problemas, comenzando por la realización. Oh, la cruda realización de que el amor no es como lo cuentan, que todos esos estereotipos no son reales ni fáciles de alcanzar. Es duro darse cuenta de ello. Por eso lo evito, lo he hecho toda mi vida y él debió de hacerlo. Si solo me hubiera escuchado, pero ya sabes, él es tan terco. Me agrada eso, pero no tanto. —suelta un discurso, aun prestando atención a su arma. Doy otro paso hacia atrás; uno grande y cauteloso. Estoy cerca salir, solo un paso más y estaré en el pasillo. Libre de correr hacia cualquiera de las habitaciones para resguardarme. Piso un fragmento de cristal y Joe eleva la mirada, enarcando sus cejas y abriendo su boca fingiendo sorpresa. — ¿Tan pronto piensas marcharte? Que maleducada, pensé que Jane te había educado mejor que eso. Pensé que éramos amigos, tú sabes, por los viejos tiempos.

— ¿Cómo es que conoce a mi madre? —musito, interrumpiendo su monologo.

—Que no te sorprenda lo que sé, sino de lo que no tengo conocimiento. Créeme que es más increíble que haya algún dato que se me escape a que conozca toda tu vida. Te he estado observando, más cerca de lo que crees. Puedo decirte cada dato sobre ti misma que hasta tú desconoces. Te he vigilado todo este tiempo; tu depresión, como tu familia se vino abajo, tu madre fingiendo en el centro de rehabilitación. Todo, absolutamente todo, lo sé. —él eleva su arma hacia mi pecho e inclina la cabeza sonriendo con orgullo. Juro que mi corazón se paraliza durante más de medio segundo ante su acción. Sé de lo que él es capaz, pero no pensé que me ocurriría a mí, no tan rápido. Yo esperaba tortura o algo, no una muerte tan rápida. Fácil para él, no creo que esa sea su verdadera intención. —Y te conozco tan bien que sé que ahora mismo piensas escapar. Pero es imposible. No puedes huir. Porque ahora me perteneces.

Fears | niall horanWhere stories live. Discover now