Capitulo 4

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Ya de vuelta en su hogar, Kagome se encontraba sobre su cama pensando en que es lo que pasaría en el futuro, aquel hombre que había conocido hoy dijo que la conocía y que ella lo conocería pronto ¿Que tan pronto sería aquello? Muchas preguntas rondaban por su cabeza, pero había una en especial, una sobre la batalla final ¿Que pasaría después de la batalla? Una de las respuestas a esa pregunta que ella se hacia constantemente era que el pozo se cerrada para siempre, sin importar en cual de las dos épocas se encontrara aquello la destruiría a toda costa. 

-Mañana no tengo ninguna prueba...ni nada importante, por lo tanto una pequeña ida a la época feudal no haría daño... -Kagome se dispuso a ir al baño para poder tomarse una ducha antes de viajar. Más tarde hizo su mochila, donde empaco un poco de ropa y algunas cosas para sus amigos. Se encontraban en plena primavera, por lo tanto debes en cuando hacía calor y mucho, como si fuera verano. Por lo tanto Kagome decidió ponerse ropa ligera, se puso unos shorts azules junto con una polera de tirita rosa, se puso su mochila y bajo las escaleras.

-¿Ya te vas hija? -preguntó su mamá algo confusa. 

-Si, se que llegue ayer...pero estamos algo ocupados allá, bueno tu ya sabes. -se acercó a su mamá y le dio un beso en la mejilla -prometo volver pronto. 

-No prometas nada si sabes que no vas a cumplirlo -su mamá dio una pequeña risa. 

-¡Mamá! 

-Perdon hija, anda nos vemos luego. 

-Despídete del abuelo y de Sota de mi parte ¿Si? 

-Yo les digo, no te preocupes. 

-Gracias mamá. -Con ello Kagome salio de su casa y fue en dirección al pozo, ya al otro lado de el, camino tranquilamente hacia la aldea de la anciana. En el camino se encontró con algunos aldeanos quienes la saludaban alegremente por su regreso, a pesar de ya  haber pasado dos años de que había llegado a la aldea, todavía a muchos aldeanos les acostaba asimilar el hecho de que ella viniera del futuro, como siempre cada vez que volvía cada vez llamaba más la atención, claramente por las ropas que traía y claramente este era uno de esos días. Los shorts que llevaba puestos dejaban a la vista sus largas piernas, mientras que su polera dejaba a la vista sus brazos. En esta época no era normal llevar tan pocas prendas, por lo tanto siempre recibía muchas miradas por parte de los hombres de la aldea.  

-Hola, ya volví -dijo Kagome entrando por la puerta de la cabaña. Se acercó hacía sus amigos y dejo su mochila en el suelo. 

-Kagome- dijeron todos al mismo tiempo.

-Como les había dicho ayer les traje algunas cosas -introdujo su mano en la mochila y saco una caja rectangular -Shippo, estos son para ti, son crayones. 

-¡Gracias!

-Inuyasha, a ti te traje tus papas fritas 

-¡Excelente!

-Sango y Miroku, sus bebidas. Una de sabor frutilla para ti -se la extendió a Sango -Y una de arándano para ti -esta se la extendió al monje. Ambos le dieron las gracias.

-Kikyo, no sabia que traerte, por lo tanto te traje una bebida- Kagome le extendió la bebida, pero ella la miraba dudosa-Tranquila, no es veneno. 

-Señorta Kikyo debería aceptar lo que la señorita Kagome le a traido, le aseguro que le fascinara. 

-Gracias -Kikyo tomo la botella,  Inuyasha se ofreció a abrírsela. 

-Y por ultima anciada Kaede aquí tiene un par de remedios.

-Gracias Kagome.

-Saben, hoy día me paso algo muy extraño...¿Se acuerdan que les dije que tendría una prueba? -Todos asintieron -Bueno, resulta que yo pensaba que aquella prueba era de matemáticas, eh... las matemáticas son cálculos con numeros...en fin resulta que al final era de historia y en una de las hojas había un documento sobre el árbol sagrado.

-¿Sobre cuando fui sellado? -preguntó Inuyasha

-Si, pero la historia era muy diferente. 

-¿Cómo era? 

-Bueno...eso no se si pueda contárselas.

-¿Eh? ¡Kagome! ¿Por qué? Se supone que es mi historia por lo tanto tengo derecho a saberlo. 

-Ya Inuyasha, cálmate. Es que veras, cuando le iba a contar la historia que yo conocía a mis amigas un profesor se hizo presente en la sala, el quería charlar conmigo. 

-¿¡Que tiene que ver eso con la historia!?

-¡Inuyasha cálmate! -Kagome hizo sonar su garganta y volvió a hablar -Como les decía, este profesor al parecer me conoce, ya que me dijo que yo lo conocería pronto. Entonces el me dijo que no podía contarle nada a mis amigas ya que alteraría el orden de las cosas, por lo tanto tampoco se se deba contarles a ustedes aquella historia. Pero cuando lo vuelva a ver le voy a preguntar ¿Que tal Inuyasha? 

-Bueno...

Despues de un tiempo, la noche seso, Kagome y Sango habían ido a pasear ya que necesitaban un tiempo entre ambas. 

-¿Kagome que hago? -pregunto su amiga desesperada. 

-Solo dile lo que sientes, ambos sienten lo mismo. Yo no le veo el problema

-Lo se...pero su excelencia es tan...libidinoso ¿Tu me entiendes, no? 

-Si, coquetea con cualquier mujer que se le cruce. Pero yo creo que si ambos se declaran eso ya no será un problema. 

-¿Lo crees? 

-Te lo aseguro, aun que pienso que también tendrás que darle algo de tiempo, ya que el siempre a sido así por toda su vida. 

-Si...tienes razón. 

Ambas caminaron en silencio hacía un extremo de la aldea, donde se sentaron en una cerca que había y miraron al oscuro cielo. Kagome contemplaba alegremente las estrellas, ya que en su época casi nunca podía contemplarlas de esta forma, la brisa calida de la primavera las golpeo a ambas, dejando que el viento hiciera de lo suyo con sus cabellos. 

-¿Kagome? 

-¿Si?

-Hay algo que me llevo preguntando un tiempo.... 

Kagome miro a su amiga 

-¿Que pasa? 

-¿Que sucede entre...Sesshomaru y tú? 

Kagome aparto la vista de su amiga y miro hacía el suelo -Nada, no pasa nada. Solo somos amigos. 

-Ya veo...

-Sango...¿puedo contarte algo? Pero me juras que no se lo vas a contar a nadie 

-¿Que pasa? 

-Veras -Kagome se a cercó más a su amiga y le susurro al oído -Creo que me gusta Sesshomaru. 

-¡¿Qué?! -Sango dio fuerte grito de asombro, algunos aldeanos se voltearon a verlas. Kagome se contraba con la cara roja como un tomate, se la cubria con ambas manos el rostro. 

Abriendote mi corazón (EDITANDO)Место, где живут истории. Откройте их для себя