Cap 1. Sorpresa

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- Entonces, iras a casa por la noche o ... - Ambas nos pusimos de pie y por arte de magia, o por que Dinah me tomaba del brazo, mejor dicho, logré llegar a la salida y empecé a retirar los patines.

- No. - Podía sentir ampollas en mis pies cuando saqué rápidamente los botines de mis pies, los dejé libres unos segundos y me puse mis botas. No sabía por que sentí la urgencia de aprender el mismo deporte al que se dedicaba mi novia, podía haberle pedido que me enseñara, pero la simple idea de sorprenderla me agradaba en verdad, así que decidí preguntarle a mi hermana, quien sabe patinar desde que tengo memoria, tanto en concreto como en hielo, pero la falta de paciencia que la polinesia tenía de niña, seguía presente hasta ahora. - Me gusta quedarme en el departamento de Camila aún cuando ella no está ahí. - Guardé los patines y me recargué aliviada en la banca. - Es que hay algo al estar envuelta en sus sábanas y respirar el perfume que es todo Camz. - Reí.

- Dema ... siados detalles. - Dinah aclaró su garganta, guardando sus propios patines en su maleta. - Bueno, si no quieres cocinar, siempre puedes ir a nuestra casa, eres nuestra hermana pequeña y siempre tendremos un lugar para ti. - La rubia agregó, refiriéndose a ella y Mani.

Me había mareado bastante en el hielo, y no veía con mucha claridad, así que saqué mis gafas de mi maleta y las coloqué sobre mi nariz. me puse de pie y cargué la bolsa en mi hombro. - Gracias, pero hay algo de pasta en el refrigerador. - Pause por un momento y cuando la polinesia se puso de pie la empujé en un gran abrazo. - Gracias por ser tan genial, lamento apestar en esto.

- Bueno ... no te preocupes Lau, todos nos equivocamos las primeras veces. - sonrió. - Y yo siempre soy genial, por si no te habías dado cuenta, ahora llevemoste a casa.

- Tenías que arruinar el momento. - Reí.

Más tarde en la noche, buscando por el refrigerador, me extrañe. Al parecer me había distraído bastante, no recordaba que había comido la pasta la noche anterior mientras hacía una investigación. En un suspiro, busqué por un menú que estaba en algún lado del escritorio. me senté en el sofá. - De acuerdo, de acuerdo. - marqué el número y exploré el menú de pizzas que era de nuestro nuevo restaurante favorito.

No pasaba muy seguido que ordenáramos algo, Camila era una cocinera asombrosa y por supuesto que seguía en una dieta Olímpica eterna. Yo, por el otro lado, estaba muy feliz al poder comer lo que yo quisiera y que mis músculos siguieran en su lugar, aunque obviamente tendría que seguir ejercitándome si así lo quería. Ahora que mi vida no estaba rodeada de competencias y preparándome para ellas, la disfrutaba un poco más.

Para cuando hubo un "knock" en la puerta, tenía todos mis libros de la Universidad sobre la mesa del comedor, me quité los lentes algo cansada de la lectura. - Voy en camino!!!. - Marqué la página en la que me quedé y corrí a abrir la puerta, no molestándome en ver por la mirilla.

- Alguien ordenó pizza?. - Una rica y atractiva voz dijo.

- Oh por Dios!, eres la repartidora más hermosa que haya visto. - Reí, jalando a Camz dentro del departamento, enterré mi rostro en todo el perfume que era Camila. La abracé por la cintura y la levanté del suelo, dándole un enorme beso.

La patinadora rió contra mis labios, tomando con fuerza la caja de pizza y pasando su brazo libre por mi cuello. - Lauren. - Camz se soltó, casi cayéndonos ambas, corrió rápidamente a la cocineta y dejó la caja.

Cuando regresó conmigo no perdí tiempo y la besé de nuevo, mis dedos luchando contra el cinturón que sujetaba sus pantalones.

- Lolo. - La interrumpí de nuevo y ella rió aún más fuerte, paso ambos brazos por mi cuello y nos guió al dormitorio.

Así era siempre entre nosotras, pensé cuando al fin quité el cinturón de donde estaba. Nunca había un simple hola, solo un frenesí de pasión departe de ambas por nuestra constante separación. Una vez apenas tomamos media copa de café antes de escandalizar a una cafetería completa. - Wow. - Dije cuando la morena giró nuestras posiciones, aventandome a la cama y subiendo por encima de mi. Sonreí contra los persistentes labios que viajaban por mi cuello, las dos deshaciéndonos de toda la ropa que estorbaba.

Me sentía aún adormilada cuando me recargué en mis codos, una sonrisa gigante apareció en mi rostro al mirar a mi derecha. Camila había caído dormida, dormida sobre su estómago, su rostro en mi dirección, la sábana de seda morado oscuro cubriendo hasta su cintura, sin poder resistirme, pasé un brazo por encima de ella, juntando nuestros cuerpos para estar lo más cerca posible. - Te extrañé tanto. - Dije, rozando mis labios por un hombro descubierto.

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Aquí el primer capítulo de la secuela, espero que les guste, no olviden votar y comentar, que les parece?.

At A Distance (Camren) VS#2Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt