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Maratón 5/6

Virgo

Habían pasado unas cuantas semanas desde que salí con Capri, Tauro y el intento de Ken, el cual se llamaba Leo. Esa doble cita había sido de lo peor —o al menos para mi—, Leo maravillosamente había cumplido con tres malditos puntos de mi lista, ya iban 5, solo le faltaban otros 5 y aunque me doliera decirlo... valdría la pena enamorarse de él.

Porque Leo cumplía con los puntos de la lista sin darse cuenta, era como si el chico que tanto hubiera buscado estuviera abajo de toda esa hermosura e idiotez que se denominaba Leo Ross. Lo peor es que si había cumplido con el punto Ser alguien inteligente y razonable. No un imbecil que a penas si puede sumar algo. Y no me malentiendan, me refería a los idiotas ignorantes, aquellos que no sabían pero quería seguir sin hacerlo. Pero Leo encima de inteligente no era ningún puto ignorante.

-Te sientes atraída por él —sentenció Sagi mientras Piscis asentía.

Oh si. Pi también sabía sobre la lista y los intentos de Leo de poder enamorarme —cosa que nunca pasaría, claro que no—. El tema aquí es que yo no le dije nada al igual que la otra castaña en esta habitación. Al parecer se había dado cuenta por las 90 malditas flores que recibía cada jueves —lo sé, era algo tierno— y porque vio a Leo comprar las mismas en una florería cerca del Time Square, por donde ella siempre pasaba para ir a su trabajo cuando le tocaba el turno del mediodía.

-No, claro que no —me reí como si me hubiera dicho el mejor chiste del año. -Una cosa es que, de una manera mágica y que no logro entender, este completando la maldita lista y otra cosa muy diferente es que me atraiga

-Oh vamos, Vir. Hasta yo me siento atraída hacia él. De hecho atraída hacia todos sus amigos —se mordió el labio imaginando cualquier cosa con esos chicos. -Admitelo, son calientes como el infierno.

-Bueno, eso no te discuto. Pero toda esa atracción se va a la basura cuando veo su personalidad tan arrogante y se piensa que es el señor yo domino el mundo. —dije para convencerlas aunque muy en mi fondo sabía que era para autoconvencerme de igual forma.

Después de todo, me lo había demostrado en el pasado y nada me aseguraba que él cambie actualmente. Lo sé, estaba siendo muy resentida por lo que me había hecho en la secundaria, pero no podía evitar no hacerlo.

-Mira, Acuario es una mierda de persona a simple vista. Pero luego lo conocí un poco más y parece alguien un poco decente. Además de que antes de haberme llevado un poco mejor con él, le odiaba y tú lo sabes, y aún así me parecía de lo más ardiente —como odiaba cuando ella tenía razón.

Me sentía atraída hacia él. Y eso supongo que estaba bien, porque no me gustaba, era simple atracción física. Porque en cuanto atracción de su alma, no señor, nunca en mi maldita vida sentiría eso, ni yo ni mi pobre alma quien se negaba a sentir por la de Ross. Después de todo, yo ya conocía está historia y no quería repetirlo.

Pero si solo me atraía, estaba bien ¿no...?

-¿Ves?, te estabas ahogando en un simple vaso de agua. Maldita dramática nos venimos a conseguir como amiga Pi —les pegué a ambas con la almohada de mi cama.

Estábamos sentadas en ella charlando sobre el maldito rubio de ojazos que podían hasta matar a un pobre insecto de un infarto. Ahora la duda viene, ¿Por qué charlamos sobre él?.

Porque debía de seguir planeando los encuentros de Capri, aunque ella se negaba ya que decía que había ayudado lo suficiente y ahora era su turno. Pero no me podía quedar de brazos cruzados, cada vez se acercaba más a completar la bendita lista y debería de otorgarle una cita.

New York City |Zodiaco| [NYCZ]Kde žijí příběhy. Začni objevovat