New York City |Zodiaco| [NYCZ]

22

Escorpio

¡Esto no era para nada genial!

¡Tener todo el maldito cabello y la ropa llena de mantequilla derretida era un asco!

Sentía como la mantequilla seguía bajando por mi cara debido a que mi cabello estaba lleno de ese liquido.

Estaba caminando con apuro hacia las duchas, junto con una muda de ropa que traía desde que todo esto comenzó, al menos no le habían hecho nada porque sino debería irme a mi departamento, y no tengo ganas de ir hasta los Apple Street.

Pero lo más triste es que no íbamos ganando en esta guerra de bromas y eso era lo que nos frustraba, tal vez el edificio Sur era mejor en notas pero en agallas no. La verdad es que no eramos ni un poco valientes, tampoco teníamos mucha imaginación al hacer bromas.

Pero...

Piscis Westbrook si.

Últimamente había estado haciendo cientos de bromas pero no tenía el apoyo de otras personas que también ataquen, y yo era una de esas.

Yo solo veo, no participo.

Soy demasiado cobarde como para hacerlo, aunque no muchas veces lo demostraba.

Apenas si entré a los cambiadores de las porristas, los cuales tenían duchas porque sino ni loca iría, me encontré con cada y una de ellas. Cada una con sus faldas super cortitas y con sus camisetas que le llegaban hasta arriba del ombligo.

A veces me daban asco algunas de ellas pero también las envidiaba por su autoestima que estaba hasta por el espacio, eso ayudaba mucho en cualquier parte porque si te creías la reina de Inglaterra, eras la reina de Inglaterra y todos te veían tal cual por lo que te hacias pasar.

Lo que lograba la confianza en uno mismo, era mágico.

Todas posaron sus ojos sobre mi, sus miradas eran de asco y por alguna razón envidia, una asquerosa envidia que era muy palpable en el ambiente. Pero sin darle importancia, me acerqué cautelosamente a una ducha y dejé mi ropa limpia en los asientos que estaban al lado de donde me estaba por bañar.

Me saqué toda la ropa grasienta y me cubrí con la cortina para dejar las prendas un poco alejadas de las otras que estaban en perfecto estado.

Al fin podría ducharme bien, al menos la universidad proporcionaba todos los elementos de higiene y eso me facilitaba mi limpieza completa.

Luego de unos minutos de estar bañándome, sentí como las animadoras salieron del baño entre risas y charlas. Al menos no las tendría que ver al salir, se notaba que no les caía, y lo más gracioso es que ni sabía el porqué de su desagrado hacia mi. Según estaba al tanto, no se habían enterado de nuestra broma hacia ellas así que no tendría que tener su odio.

Debería ser indiferencia.

Apagué la ducha tarareando una canción y estrujé un poco mi cabello para que la toalla lo secara un poco mejor. Sin mirar hacia el exterior, comencé a palpar en el asiento donde había dejado todo, hasta el pedazo de tela llamado toalla, pero no había nada...

¿Por qué... no había nada?

Seguí palpando como es tupida a medida que mi ritmo cardiaco iba subiendo y un suspiro salió al tocar mi ropa interior, pero solo estaba una parte... no estaba mi maldito brasier.