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Diamond se levantó esa mañana sintiéndose enferma, pero decidida a ver a Tate a pesar de todo. Con cautela, se dirigió a su encuentro, tratando de mantener su malestar bajo control. Sin embargo, cuando estuvo con él, comenzó a toser violentamente, sintiéndose cada vez más débil. Antes de que pudiera siquiera decir una palabra, se desmayó frente a Tate.

Preocupado, Tate rápidamente llamó al doctor, temiendo lo peor mientras intentaba despertar a Diamond. Mientras esperaba la llegada del médico, su corazón latía con fuerza, lleno de preocupación y miedo por la salud de Diamond.

Minutos después, Diamond abrió los ojos lentamente y se encontró recostada en una camilla de hospital. La luz brillante y los sonidos familiares del entorno hospitalario la rodeaban, y tardó unos momentos en recordar lo que había sucedido. Miró a su alrededor buscando a Tate, quien estaba a su lado con una expresión de alivio en el rostro.

—¿Estás bien? —preguntó Tate con voz preocupada, aferrando suavemente la mano de Diamond.

Ella asintió débilmente, todavía sintiéndose un poco aturdida por el desmayo. Agradecida por estar de nuevo consciente y aliviada de que Tate estuviera a su lado, Diamond se esforzó por sentarse, lista para escuchar las palabras del médico y abordar cualquier problema de salud que hubiera causado su colapso.

El doctor llegó al lado de Diamond con un semblante serio pero amable. Después de revisar sus síntomas y realizar algunas pruebas, finalmente pronunció esas palabras que resonaron en la habitación como un eco sorprendente: "Señorita Wolf, está embarazada".

El mundo pareció detenerse por un instante para Diamond. Sus pensamientos se agolparon, mientras intentaba asimilar la noticia. Una mezcla de emociones la invadió: sorpresa, incredulidad, pero también una chispa de emoción y asombro ante la idea de la nueva vida que crecía dentro de ella.

Ella miró a Tate, buscando su reacción. En sus ojos, vio una mezcla de sorpresa y alegría contenida. Sabía que esta noticia cambiaría todo, pero también sabía que enfrentarían este nuevo capítulo juntos.

El beso profundo selló el momento mientras el doctor se retiraba, dejándolos solos para procesar la noticia. La declaración de Tate rompió el silencio con una propuesta inesperada:

—Debemos casarnos—,dijo con determinación. Diamond entendió la seriedad en sus palabras y la responsabilidad que ambos sentían hacia el nuevo ser que crecía dentro de ella.

Sin embargo, las preocupaciones de Diamond afloraron rápidamente: —Pero nuestros padres no estarán de acuerdo—,expresó con pesar. Tate la miró con ternura y seguridad, respondiendo:

—No podrán objetar después de que nos casemos.

La idea de casarse pronto comenzó a tomar forma en sus mentes, pero Diamond quería asegurarse de que sus seres queridos estuvieran presentes en este importante día

—¿Invitaremos a nuestros hermanos? Quiero que Heart y Liam estén ahí con mi sobrina en su panza,—preguntó, sintiendo la importancia de tener a su familia cerca en este momento crucial de sus vidas.

Con un susurro lleno de ternura, Tate compartió sus sentimientos más profundos:

—Quiero compartir mi amor solo contigo—.Sus palabras, cargadas de sinceridad y pasión, llenaron el espacio entre ellos, creando un momento íntimo y emotivo. Sin necesidad de más palabras, se dejaron llevar por la emoción del momento y se fundieron en otro beso, sellando su compromiso mutuo con un amor que solo pertenecía el uno al otro.

Con la noticia de que serían dados de alta al día siguiente, Diamond y Tate sintieron una oleada de emoción y anticipación por su próximo matrimonio. La idea de comenzar su nueva vida juntos como marido y mujer les llenaba de alegría y entusiasmo.

Mientras esperaban ansiosamente su alta, comenzaron a hacer planes para su boda, discutiendo detalles como dónde celebrarían, quiénes serían sus testigos y cómo sería la ceremonia. A pesar de las circunstancias inesperadas, estaban decididos a convertir este momento en uno de los más especiales y memorables de sus vidas.

Con el corazón lleno de amor y esperanza, esperaron el día siguiente con una mezcla de nerviosismo y felicidad, listos para embarcarse en el viaje de su vida juntos como esposos.

Diamond consideraba dos opciones para su vestido de boda: un vestido largo y plateado con escote cuadrado, o un vestido blanco corto. Estaba ansiosa por tomar la decisión final una vez que estuviera en casa y pudiera probar ambos estilos para ver cuál se ajustaba mejor a su visión para el día especial.

Tate, por otro lado, estaba listo para adaptar su atuendo según el color que Diamond eligiera. Estaba abierto a usar un traje gris o blanco, dependiendo de la elección de ella, con la esperanza de complementar perfectamente su aspecto el día de su boda.

Ambos estaban llenos de emoción y anticipación mientras imaginaban cómo sería el gran día. La idea de unirse en matrimonio les llenaba de alegría y expectativas, y esperaban con ansias cada detalle de la celebración que estaban planeando juntos.

Queen of diamonds Where stories live. Discover now