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El padre de Diamond se acercó a ella con una expresión seria en el rostro, claramente preocupado por lo que estaba sucediendo.

—Diamond—,dijo con voz grave, —¿estás saliendo con el hijo de los Green?

Diamond se sintió atrapada por la mirada penetrante de su padre, pero sabía que no podía mentirle. Asintió con la cabeza, sintiendo un nudo en la garganta mientras respondía: —Sí, papá. Estoy saliendo con Tate Green.

El rostro de su padre se oscureció aún más, una mezcla de preocupación y desaprobación cruzando sus rasgos. —Diamond, sabes que los Green y nuestra familia tienen una larga historia de enemistad. Esto podría complicar las cosas aún más.

—Pero papá...—comenzó a decir Diamond

Pietro la interrumpió. El rostro de su padre se contrajo en una expresión de decepción y preocupación.

—Diamond, no puedo permitir que continúes viendo al hijo de los Green—,dijo con firmeza. —Sabes muy bien la historia entre nuestras familias y las consecuencias que podría traer.

Diamond sintió un nudo en el estómago al escuchar las palabras de su padre. Sabía que su relación con Tate estaba desafiando las reglas establecidas por años entre las dos familias, pero también sentía una conexión especial con él que no podía ignorar. —Papá, entiendo tus preocupaciones, pero Tate no es como los demás. No quiero dejarlo solo, especialmente ahora que está herido.

Su padre suspiró, sintiendo la angustia en la voz de su hija. —Lo siento, Diamond, pero no puedo permitir que esta relación continúe. Es demasiado arriesgado para ti y para nuestra familias.

Diamond se mordió el labio, luchando contra las lágrimas que amenazaban con caer. —Papá, por favor, dame una oportunidad para demostrarte que Tate y yo podemos superar esto juntos.

El padre de Diamond la miró con tristeza, comprendiendo el dilema de su hija pero firme en su decisión. —Lo siento, Diamond, pero esto es lo mejor para ti. No quiero verte lastimada por una disputa que ha durado generaciones.

Diamond asintió con resignación, sintiendo el peso de la prohibición de su padre sobre sus hombros. Sabía que sería difícil, pero también sabía que su amor por Tate era fuerte.

Diamond se sentía atrapada entre el deseo de seguir su corazón y la presión de las expectativas familiares. Sabía que no podía simplemente abandonar su relación con Tate, pero también entendía que desafiar las reglas establecidas por generaciones tendría consecuencias graves.

Mientras reflexionaba sobre su situación, se dio cuenta de que solo había dos opciones: encontrar una manera de convencer a su padre para que aceptara su relación con Tate o escapar y enfrentar las consecuencias más adelante.

La idea de huir le parecía tentadora, pero sabía que significaría dejar atrás a su familia y enfrentar un futuro incierto. Además, temía el daño que podría causar a Tate al abandonarlo de esa manera.

Por otro lado, tratar de persuadir a su padre para que aceptara a Tate era una tarea monumental. Sabía que tendría que encontrar la manera de demostrarle que su relación no representaba una amenaza para la familia y que Tate era diferente a los demás miembros de los Green.

Con determinación, Diamond se propuso encontrar una solución que le permitiera estar con Tate sin poner en peligro la paz entre las dos familias. Sabía que no sería fácil, pero estaba dispuesta a hacer lo que fuera necesario para seguir su corazón.

Diamond se alistó para ir al hospital, pero su padre la detuvo.

—Como vayas al hospital a ver a Tate Green dejas de ser mi hija. — amenazó su padre.

—¿Yo? ¿Ir al hospital?— rio la chica pero luego suspiró pesadamente.

—Estas castigada, no puedes salir de esta casa. —dijo su padre seriamente.

—Tengo veintitrés años no puedes castigarme como si fuera una niña.

—Mírame hacerlo. Es mi casa, mis reglas.

La chica suspiró pesadamente.

—Dame tu teléfono, no puedes escribirle a Spade para que vaya a verlo por ti.

Ella le dio el teléfono frustrada, su padre pensaba en todo. No por nada era el rey de la mafia.

Fue a comer y se encontró a sus hermanos.

—En serio, Diamond, ¿con Tate Green?— dijo Princess juzgándola.

—Tu sales con el abogado del FBI. ¿Ya le dijiste tu verdadera identidad?—espetó su hermana. Princess la fulmino con la mirada. Tomo las llaves de su auto y se fue de ahí enojada. Diamond suspiro pesadamente.

Terminó su desayuno y fue a su habitación a ver televisión pero no podía quitarse de encima a Tate. Estaba muy preocupada por el y quería verlo.

Queen of diamonds Where stories live. Discover now