36-Mente o corazón

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*Pedri*

-Mira, ¿sabes que te digo? Que mi novia en cuanto abre los ojos pregunta por mi, y no voy a dejarla sola, de hecho, no se que hago aquí hablando contigo en vez de estar ahí dentro con ella-le dije dándole un pequeño empujón para volver a la habitación con mi chica, no iba a seguir cagándola más.

Alexia me miró desde la cama y me dirigí a ella con una tímida sonrisa para acariciar su pelo con cariño.

-¿No tienes entreno?-me preguntó y yo negué mientras le volvía a colocar el respirador.

-No, y no te preocupes por mi, intenta no hablar así te recuperaras antes mi niña-le dije acariciando su mano.

-Vale, pero no te vayas-me pidió a media voz y yo negué.

-Nunca bonita-Le dije y ella asintió volviendo a cerrar los ojos.

Conseguimos que se durmiera un ratito más justo cuando Maria y Ale se fueron, y me quedé con la compañía de sus abuelos y su hermano.

-Disculpen, solo un acompañante puede pasar la noche con la paciente-nos indicó el médico entrando por la puerta.

-Si, ya nos vamos-dijo su abuelo y yo miré a su abuela.

-¿Puedo quedarme?-le pregunté algo cortado.

-Quiero quedarme yo, hijo-me dijo ella y yo asentí educadamente, le había prometido a Alexia que me quedaría con ella, pero entendía que su abuela también quisiera hacerlo asique solo pude levantarme haciendo una mueca-pero sé que ella preferiría que te quedaras tú-acabó y yo la miré sorprendido por sus palabras viendo como ella se levantaba de su silla.

-Gracias-Le dije.

-Dame tu número para preguntarte por ella, y por la mañana a primera hora te haré el relevo-me dijo y yo asentí anotando mi número en su teléfono.

Me despedí de su abuelo también que llevaba al pequeñín a su espalda y me acomodé en la silla cogiendo su mano viendo como descansaba.

Apenas pegué ojo, pero si acabe apoyando mi cabeza en la cama mientras agarraba su mano luchando contra el sueño por estar pendiente de ella.

*Alexia*

Unos ligeros ronquidos me hicieron despertarme en plena noche, solo la luz de la luna llena alumbraba la triste habitación de este hospital y cuando bajé un poco mi mirada sonreí viendo de donde venían esos pequeños ronquidos que me habían despertado, mi pedri estaba ahí.

Solté el agarre de su mano y la llevé a su nuca para dejar pequeñas caricias que lo relájasen como a él le gustaba.

Estuvo unos minutos sin hacer ruido, hasta que apretó la mano que minutos antes tenía agarrada la mía y se despertó de golpe aturdido.

-¿Qué haces despierta mi vida?-me preguntó y yo me encogí de hombros-¿te duele algo? ¿Quieres que llame al médico?-me preguntó y yo negué.

-No te deberías haber quedado conmigo, mañana te va a doler todo-le dije y el sonrió dulce mientras me miraba.

-No, no te preocupes por mi, donde mejor estoy es contigo-me dijo y yo sonreí, hasta que el recuerdo de sus palabras volvieron a mi mente y mi sonrisa se esfumó.

"Soy más de comida sin grasa", de repetió en mi mente y él me miró frunciendo el ceño.

-¿Qué pasa? Te ha cambiado la carita-me dijo y yo negué apartándole la mirada mientras las lágrimas amenazaban por salir-bonita...-me llamó.

-¿Por qué lo dijiste pedri?-le pregunté con la voz rota y su cara se desencajó por completo-te pedí que no me hicieras daño-sollocé y el negó acercando sus silla más a mi para secar mis lágrimas con sus pulgares.

-No llores, por favor-me pidió justo cuando un ataque de tos volvía a atacarme.

Me costaba mucho respirar y el llanto solo había empeorado la situación si cabía.

Él me colocó el respirador con cuidado de nuevo y yo intenté tranquilizarme para poder volver a respirar con normalidad.

Durante varios minutos hubo un silencio enorme en la habitación, con él con una de mis manos entre las suyas mientras tenía la mirada fija en ella.

Volvió a mirarme al cabo del tiempo y vi en sus ojitos marrones que dijese lo que me dijese me iba a decir la verdad, pedri era transparente.

-Eres la mujer más preciosa que he conocido nunca-me dijo-me encanta tus sonrisa, tus labios, tus manos, tu nariz, tus ojos, tus piernas, tu pelo, el lunar que tienes entre los pechos y que me parece lo más sexi del mundo-me dijo y yo cogí aire-me gusta como eres con los demás, la forma de ser esa tan bonita que tienes de llegar a un lugar con tu sonrisa y hacer que todos sonrían, lo inteligente que eres, el corazón tan grande que tienes, siempre estás dispuesta a lo que sea para ayudar a los demás, intentas mejorar cada día, eres luchadora, prudente, educada, no se que colonia usas pero se ha convertido en lo que más me gusta oler, y tu cama-sonrió mirando hacia abajo- tiene cojones que teniendo una casa de tres plantas mi lugar favorito del mundo sea tu apartamento de cuarenta metros solo porque en él solo estamos tu y yo, juntos-me dijo al final besando el dorso de mi mano.

-Si, dije esa estupidez, la dije y me arrepentí al instante, pero fue porque tu no querías que lo chicos lo supiesen al menos por el momento y fue lo más estúpido que pude hacer, no se quien fue quien te llenó de complejos pero no debería tener ojos en la cara para darse cuenta de la mujer que eres, preciosa por dentro y por fuera y yo quiero ser el que te lo recuerde cada día-me dijo y otro sollozo me acompañó-siento muchísimo haberte echo daño, lo siento de verdad porque mi unica intencion contigo es hacerte feliz y quererte toda la vida-me dijo con lágrimas en sus ojos.

Me quede callada sin saber qué decir después del discurso que pedri me había dado, con la mente echa un lío, con la cabeza diciéndome una cosa y el corazón otra, y esta era una de las pocas veces en mi vida que no sabía a cual hacerle caso de las dos, mente o corazón...

(CONTINUARÁ...)

¿Qué haríais si fuese Alexia? Quiero saber que queréis que pase porque por vuestros comentarios me voy a guiar para seguir de una forma u otra.

En vuestras manos está, ¡Os leooo!❤️✨️

LLEGASTE TÚ-PEDRI GONZÁLEZ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora