13-¿Trato?

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*Alexia*

-Hola bonita-me saludó pedri al llegar a mi casa dándome dos besos.

Ayer le prometí que hoy le daría un masaje para relajarle los tendones de la pierna y había sido muy puntual con la cita.

Yo ya había preparado el sofá para que el pudiese tumbase sobre las toallas y él ya venía preparado con unos pantalones de fútbol cortos.

Se tumbó en el sofá y yo me puse los guantes empezando a masajear la zona con cuidado, porque la tenía muy cansada y veía como El hacía muecas de dolor en la cara.

-Tienes que relajarte Pedri, estas muy tenso-le pedí y el hizo una mueca intentado relajarse un poco más.

Seguí por un largo rato, hasta que fui deshaciéndome de varios nudillos que tenía en su pierna y lo noté mucho menos tenso.

Me incorporé quitándome los guantes mientras el se sentaba en el sofá y yo me sentaba en la pequeña mesa que tenía frente al sofá esperando que me dijese algo.

-Creo que ahora mismo si me hubiese pillado la pierna con una corta césped me dolería menos, pero se que mañana voy a estar muchísimo mejor-me dijo y yo reí viendo la comparación que me había hecho.

Me levanté guardando la crema y tirando los guantes a la basura mientras el se levantaba.

-¿Puedo ducharme? Me noto pegajoso-me preguntó y yo asentí mientras iba al baño para sacarle una toalla limpia-gracias bonita-me dijo y yo le sonreí saliendo del baño y cerrandole la puerta para dejarle intimidad.

Mientras pedri estaba en la ducha el timbre de casa sonó, y al abrir me encontré a Ale con muy mala cara.

-No sabes lo que me ha pasado-me dijo soltando su mochila en el sofá mientras se me cruzaba de brazos enfadado.

-No, no lo sé, pero ahora mismo no puedo Ale estoy ocupa..-me cortó.

-Candela me ha dicho que soy un imbecil, pero así eh, como te lo estoy contando-me dijo súper ofendido con su "¿rollito?" Y yo lo miré nerviosa, joder tenía a pedri en la ducha y si lo veía salir iba a pensar de todo menos lo que verdaderamente había pasado.

-¿Qué le has hecho ya?-Le pregunté mientras cogía su brazo para llevármelo hasta la puerta.

-Yo nada, solo decirle que me apetecía venir a cenar contigo, hacia días que no nos veíamos y la tía coge y se enfada-me dijo volviendo a andar hasta el salón y yo abrí los ojos.

-Ale, te lo agradezco pero yo es que hoy no puedo, estoy ocupada-le dije y el frunció el ceño mirándome.

-¿Qué tienes que hacer?-me preguntó y justo cuando iba a contestar, Pedri salió del baño secando su pelo con una toalla.

Se quedó parado cuando vió a Ale, y la mirada de Ale hacia el no era nada amigable, asique se creo una atmósfera de lo más incómoda.

-Ya veo-me dijo mientras cogía su mochila andando hasta la puerta.

-No es lo que parece Ale, solo le he dado un masaje-le dije a mi amigo.

-¿Sabes qué? Haz lo que te de la gana pero cuando te haga polvo a mi no me vengas llorando, porque no pienso estar ahí-zanjó dando un portazo al salir.

Ni pedri ni yo dijimos nada por unos minutos, hasta que fue él el que rompió el silencio.

-Alexia, yo nunca te haría daño a conciencia-me dijo y yo me giré en su dirección, dándome cuenta que lo tenía demasiado cerca otra vez.

-Ale es complicado, seguro que si te conociera cambiaría su opinión de ti-le dije y el sonrió.

-Cuando él quiera aquí voy a estar yo esperando, por ti-me dijo dando un toquecito en mi nariz que me hizo sonreír-no, no sonrías-me pidió y yo lo miré frunciendo el ceño.

-¿Por qué?-le pregunté.

-Porque me Dan ganas de besarte, y no quiero que vuelvas a alejarte de mi-me dijo y a mi se me paró la respiración por unos segundos.

Lo miré a los ojos, lo tenía tan cerca que su respiración chocaba con la mía.

Mente y corazón en una guerra, ¿lo besaba o lo alejaba? No sabía que hacer, y creo que por primera vez en mucho tiempo dejé que mi corazón ganase a mi mente.

Tiré de él hasta que sus labios chocaron con los míos y rápidamente pedri reaccionó metiendo su lengua en mi boca buscando la mía para que empezaran una guerra.

Paso las manos por mis caderas pegándome a él y yo pasé los brazos por su cuello intensificando el beso que no quería que acabase nunca, pero que tenía que acabar porque nos empezó a faltar el aire al ambos.

Pegamos nuestras frentes aún con los ojos cerrados y ya me empezaba a arrepentir de lo que había hecho, esto no era olvidarlo, esto era todo lo contrario.

-Déjate llevar, no te frenes-me pidió pedri dejando un pico en mis labios.

-Me da miedo todo esto Pedri-negué separándome un poco pero el no dejó que lo hiciera.

-Se qué te pasa como a mi, no lo puedes controlar y eso es por algo-me dijo mientras cogía mi mano y la ponía en su pecho, que iba muy rápido-solo tú lo pones asi-me dijo y yo reprimí la sonrisa que amenazaba por salirme.

El me miró esperando una respuesta y yo asentí despacio tras unos segundos.

-Vale, pero hasta que veamos donde lleva todo esto no se lo decimos a nadie, para el resto del mundo somos amigos, solo amigos-le dije y el sonrió asintiendo despacio-¿Trato?

-Trato-me dijo sonriendome desde cerca.

Giró la cabeza para darme otro beso que recibí con ganas, y es que el canario mejor no podía besar, sus labios eran suaves y carnositos y su lengua entraba con decisión en mi boca fundiendose con la mía.

Ese día cuando pedri se fue de mi casa yo no sabía que pensar, si había hecho lo correcto o no, solo sabía que a estas alturas de la historia de amor pedri ya se había hecho un hueco en mi corazón demasiado grande y demasiado incontrolable...

(CONTINUARÁ...)

¡Os leo!❤️✨️

LLEGASTE TÚ-PEDRI GONZÁLEZ Where stories live. Discover now