26-Felices juntos

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*Alexia*

-¿Puedo probarlo?-me preguntó Pedri a mis espaldas y yo asentí cogiendo una cucharada pequeña para que probase lo que estaba haciendo.

-¿Le falta sal?-Le pregunté y el negó relamiendose los labios.

-Está buenísima-me dijo y yo sonreí agradecida acabando de hacer la cena.

Mientras yo acababa de emplatar el puso la mesa y después nos sentamos a cenar.

El canario había encendido la chimenea mientras yo me duchaba y ahora la casa estaba súper calentita.

-Te gusta mucho cocinar-me dijo el canario al acabar y yo asentí sonriendo-a mi madre también-me sonrió.

-De pequeña me encantaba ayudar a mi abuela cuando se ponía a cocinar, siempre me gustaba preguntarlo todo y estar pendiente y al final me vino bien porque me independicé muy joven-le dije y el sonrió.

Cogió mi brazo tirando de mi para que me sentase sobre sus piernas mientras hablábamos y aunque a veces seguía pensado en el tema de mi peso, pedri siempre acababa diciéndome algo bonito y había acabado aceptando que aunque no tuviese un cuerpo de anuncio, tenía que quererme como era. Todo gracias a él.

Acarició mi muslo con cariño mientras me contaba cosas de su madre, y yo lo escuchaba atenta.

-¿Algún día me harás croquetas?-me preguntó y yo reí negando.

-Ni hablar, he probado las de tu madre el listón esta muy alto-dije negando y el sonrió abrazándome.

-Venga, yo quiero probarlas-me dijo y yo rodé los ojos mientras asentia.

-Algún día te haré croquetas-acabé prometiendo y el sonrió-no entiendo como tu apenas sabes cocinar viendo a tu hermano y a tu madre-le dije y él se encogió de hombros.

-Supongo que justo por eso, Fer era el mayor y siempre le había gustado mucho meterse en la cocina con mamá, y yo era más de irme con papá al campo o a la playa-me dijo con nostalgia.

-Se nota que te han criado con mucho cariño, solo hay que ver como presumes a tu familia ante todo-le dije y el asintió mientras yo tragaba saliva.

-Siempre presumo de los míos, y tú eres parte de ellos ya-me dijo y yo sonreí escondiendo mi cara en su cuello-me encanta que hagas eso-me dijo acariciando mi espalda.

-Me das tanto miedo a veces-murmuré y el me miró frunciendo el ceño- te estoy dando algo que nunca le había dado a nadie, y es el poder de destrozarme si por lo que sea esto no llega a nada-admití algo insegura.

-Tu tienes ese mismo poder sobre mi, puedes destrozarme en cualquier momento, aunque si tengo que elegir prefiero que seamos felices juntos, ¿te parece?-me dijo y yo sonreí asintiendo.

-Me parece-le dije dejando un beso en su mejilla.

Nos levantamos para recoger todo y después pasamos al salón, nos pusimos una película en la tele y nos sentamos a verla en el sofá.

Yo con mi espalda apoyada en su pecho mientras él me rodeaba con sus brazos dándome calorcito, no recordaba cuando había estado tan a gusto con alguien, pero me estaba encantado mi finde con el canario y eso que solo acababa de empezar.

Con sus manos estaba dejando caricias sobre mi piel y el tacto de las yemas de sus dedos me erizaban de pies a cabeza.

Me removí varias veces intencionadamente y obtuve respuesta pronto cuando noté como el bulto del canario crecía contra mi culo.

Sonreí satisfecha porque lo mismo que provocaba él en mi lo hacía yo en él y me di la vuelta en su dirección buscando su boca.

Pedri fue el encargado de meter su lengua en mi boca entrelazándola con la mía mientras posaba las manos en mi cintura sentándome sobre él haciendo que nuestros sexos solo estuviesen separados por la ropa que nos acompañaba.

Empezó a dejar besos húmedos en mi cuello mientras acariciaba mi espalda y un jadeo salió de mi garganta.

-Pedri...-murmuré con los ojos cerrados.

-Dime cariño, dime que quieres-jadeó haciendo que lo mirase unos segundos para volver a darme un beso.

Él sabía perfectamente lo que yo quería, pero quería que se lo dijese, le encantaba que se lo pidiese.

-A ti-murmuré al separar nuestros labios y el sonrió mientras nos giraba tumbándome sobre el sofá para colocarse encima de mi.

Levantó mi camiseta de pijama sacándomela por la cabeza y rápidamente metió la cabeza entre mis pechos llevándose uno de mis pezones a la boca mientras jugaba con el otro entre sus dedos y yo solo con eso ya empezaba a estar mojada.

Enredé mis piernas en su cintura soltando un gemido en su oreja que hizo que él gruñera estirando un poco mi pezón.

Le quité su camiseta con su ayuda y pasé directa a sus pantalones dejándolo en ropa interior.

-Vamos a la cama-me dijo cogiendome enredando mis piernas en su cintura y yo solté un grito.

-¡Pedri te vas a hacer daño!-le dije haciendo referencia a mi peso pero él me tiró en la cama sin importarle nada.

Estiró de mi pantalón bajándolo por mis piernas y empezó a dejar un rastro de besos de mis pies hasta mis muslos, donde hizo el amago de separarme las piernas lentamente.

Jugó con el elástico de mi tanga torturándome hasta que solté un bufido que le hizo sacar una sonrisa.

-¿Necesitas algo, bonita mía?-me preguntó.

-Pedri...hazlo ya-murmuré moviendo un poco mis caderas y el trepó hasta mi boca dejándo nuestras caras muy cerca.

-¿Qué quieres que haga? Dímelo-me pidió y yo me sonrojé haciendo que él sonriese buscando mi mirada con la suya.

-Sabes que me da vergüenza-le dije dándole un golpecito en el pecho y el sonrió hundiendo su cara en mi cuello mientras colaba una mano en mi tanga jugando con mi clítoris por fin.

-Solo quiero que me digas que quieres que te haga y lo haré, tu mandas cariño-me susurró mientras metía un dedo en mi interior dándome más placer.

-Sabes lo que quiero-le dije enredando mis manos en su pelo y el negó con una sonrisa.

-Sabes que me cuesta acordarme de las cosas-me dijo metiendo un segundo dedo en mi interior haciéndome soltar un gemido en su oreja.

-ahh..-gemí sin poder evitarlo y el sonrió arqueando sus dedos en mi interior mientras besaba mi cuello.

-Podría correrme solo con oírte gemir...-me susurró y yo me estremecí antes sus palabras.

-¡Pedri¡ ¡Si¡-gemí.

-¿si?-me dijo haciéndose el tonto.

-Baja-gemí y el sonrió dejando un rastro de besos por mi cuerpo hasta llegar a mi feminidad.

Deslizó mi tanga por mis piernas y porfin frotó su lengua contra mi clítoris mientras yo enredaba los dedos en su pelo.

La lengua de pedri se movía a compás con sus dedos haciéndome explotar de placer, su mano libre subió para hacer círculos con mi pezón y finalmente me corrí en su boca gimiendo su nombre con la respiración entrecortada.

Pedri se tragó todos mis flujos pasando su lengua por su sexo satisfecho y subió hasta mi boca con una sonrisa satisfactoria en la cara.

Lo tumbé en la cama bajando sua calzoncillos y él sonrió agarrando mi pelo.

Me lo metí en la boca ayudándome con la mano como a él le gustaba mientras masajeaba sus testículos dándole el máximo placer y él me miró desde arriba soltando un gemido ahogado.

-Madre mia...-murmuró mientras su abdomen se contraria-justo así...

Cogió mi cabeza metiendomela hasta el fondo de mi garganta mientras soltaba un gemido y acabé escupiendo saliva en su punta para que estuviese más lubricado mientras subia y bajaba con ayuda de mis manos.

-Nena, me voy a correr...-me hizo saber y yo enfaticé mis movimientos hasta que acabó explotando en mi boca soltando un gemido ronco.

Me tragué todo el líquido y el tiro de mi brazo tumbándome a su lado rodeando mi cuerpo desnudo con sus brazos.

-Me vas a volver loco un día de estos-me dijo con una sonrisa y yo sonreí dejando un beso en sus labios..

(CONTINUARÁ....)

LLEGASTE TÚ-PEDRI GONZÁLEZ Where stories live. Discover now