6-Amigo el ratón del queso

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*Pedri*

Mi teléfono no paraba de sonar, y solté un bufido sin querer cogerlo abrazandome al cuerpo que tenía a mi lado.

¿Un cuerpo a mi lado? Abrí los ojos de golpe, topandome con Alexia totalmente relajada.

Nos habíamos quedado dormidos, y no se como habíamos acabado tumbados en el sofá medio abrazados, porque yo era el que tenía el brazo debajo de su cuello rodeandola y ella tenía un brazo apoyado en mi pecho.

Me permití mirarla detenidamente, tenía una cara muy dulce, sus facciones eran muy suaves y así de relajada estaba incluso más bonita que normalmente.

Era la primera vez en toda mi vida que me había quedado dormido con una chica, pero es que Alexia tenía algo que llamaba mi atención como ninguna chica antes.

Me relajé cerrando los ojos de nuevo, no me quería levantar, pero mi teléfono volvió a sonar haciendo soltar otro bufido, quien fuese iba a despertarla a este paso.

Me giré como pude alargando mi mano hasta mi teléfono, Fer era el que llamaba con tanta insistencia.

-Dime-contesté en un susurro adormilado.

-¿dime?¿¡Cómo que dime?! ¿¡Dónde coño estas Pedri?! No has dormido en casa y tienes entreno en media hora, ¿es que no piensas venir ni a cambiarte?-me dijo mi hermano y yo me separé el móvil de la oreja fijándome en la hora.

Joder ya era por la mañana, había dormido un montón de horas.

-¡Ay dios! Voy para casa-dije colgando sin darle margen de responder, y ese pequeño alzamiento de voz hizo que Alexia abriera los ojos, y al vernos en esa posición se separará sonrojandose-Alexia, vamos tarde, muy tarde, son las nueve y media-le dije y ella se levantó de golpe.

-¿¡Cómo que las nueve y media?!-me dijo y yo asentí mientras me ponía los zapatos-madre mia, ¿en qué momento nos quedamos dormidos?-me dijo preocupada y yo me encogí de hombros.

-No lo sé, pero hemos dormido un montón de horas-le dije y ella me miró seria, haciendo que a mi me diera la risa floja y ella intentará ocultar una risa mordiendo su labio.

-No es gracioso-me dijo alzando las cejas.

-No, claro que no, llegamos tarde, pero que le hacemos-le dije encogiendome de hombros mientras cogía mis cosas metiéndolas en mis bolsillos.

Ella cogió su móvil comprobando la hora.

-Nos vemos en el club-le dije despidiéndome dándole un beso en su mejilla y fui hasta la puerta saliendo de su piso.

A pesar de haber dormido en un sofá, parecía que había dormido en una cama de oro, porque estaba súper descansado.

Al llegar a casa no me dio tiempo a meter la llave en la cerradura cuando Fer me abrió la puerta enfadado.

-¿Qué hora son estas de llegar?-me preguntó cruzando de brazos y yo reí al verlo modo padre conmigo.

-No me des la chapa, que me ducho me visto y me voy-le dije esquivandolo subiendo escaleras.

Pero más allá de esquivarlo, me siguió sentándose en la taza del váter cruzado de brazos mientras yo me duchaba.

-¡Fer que me estoy duchando!-me quejé.

-Soy tu hermano, imbécil-me dijo y yo reí, estaba tan contento que creo que hoy nada podía ponerme de mal humor- encima estás tan feliz, ¿Dónde has dormido?

-No es lo que te piensas para nada-le dije mientras salía de la ducha cogiendo una toalla.

-Ya, pues con la cara de tonto del culo que traes cualquiera lo diría, ¿no que tu no dormías con las tías con las que te acuestas?-me dijo y yo rodé los ojos.

LLEGASTE TÚ-PEDRI GONZÁLEZ Where stories live. Discover now