18La amnate

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Anahí llevaba en casa una semana cuando el departamento de recursos humanos se puso en contacto con ella. Tenía que pasarse por seguridad para devolver su insignia y firmar unos documentos.

Suspirando, accedió a ir aquella misma tarde. Al llegar al aparcamiento, buscó la plaza de Alfonso y se sintió aliviada al ver que estaba vacía. Entró en el edifico y se dirigió al departamento de seguridad.

No había nadie, pero justo cuando estaba dejando su insignia sobre la mesa, apareció Ivan.

-Anahí- dijo Ivan con reserva.
-Ivan- le imitó ella. -Me han dicho que tengo que firmar unos documentos.

Asintiendo con la cabeza, Ivan le entregó los papeles y ella les echó un vistazo rápido. Tras coger un bolígrafo, los firmó antes de devolvérselos junto con su insignia. A punto de salir por la puerta, se volvió y le entregó una unidad de memoria.

-¿Qué es esto?
-Una grabación de una conversación entre Marcus y Dmitri Nardiv. Es un poco tenue, pero quizás alguien del departamento de informática pueda hacer que se escuche mejor.
-¿De dónde lo has sacado?- le preguntó Ivan.
Ella se encogió de hombros
-Tenía que hacer unos recados antes de irme de Nueva York y vi a Marcus comportándose de forma sospechosa, así que le seguí hasta un bar. Estaba hablando de Dmitri, e intenté grabar la conversación. Puede que encuentres algo útil.

Ivan sostuvo el dispositivo en su mano y observó a Anahí alejándose. Nunca había creído que era culpable. Aunque no aprobaba que su jefe hubiese empezado una relación con ella, la había tratado lo suficiente como para saber que no era capaz de hacer algo así. Aunque también ayudaba la revisión de antecedentes que había llevado a cabo, que no había descubierto nada fuera de lo normal.

Lleno de curiosidad, se sentó en su escritorio e insertó la unidad de memoria. La conversación era difícil de escuchar. Descolgó el teléfono y llamó al departamento de informática para que enviaran a alguien. Mientras esperaba, se preguntó qué iba a encontrar. Aunque siempre había considerado a Marcus un oportunista, nunca pensó que fuera capaz de traicionarles. Alfonso le pagaba muy bien.

Tardaron dos días, pero cuando terminaron de limpiar el archivo, no les quedó ninguna duda de quién era el culpable de la filtración, y de que a Anahí le habían tendido una trampa. Más de una vez, Dmitri Nardiv expresaba su malestar por la inflexible negativa de Anahí a aceptar su oferta, que él mismo consideraba muy generosa. Aunque ella no lo sabía, ya que se había negado a escucharla.

Como Alfonso seguía en Nueva York, Ivan le envió un mensaje para que se pusieran en contacto con él a través del chat de vídeo. Dos horas más tarde, el chat de Ivan le anunció que Alfonso estaba esperando.

-Hola, jefe- saludó Ivan al ver a Alfonso en el monitor
-¿Qué tal va todo en Nueva York?
-Está siendo difícil. Hemos estado reparando el desastre de Anahí y parece que hemos perdido ambos contratos. Marcus está trabajando para incorporar a otro cliente.
-Entonces, ¿estás seguro de que fue Anahí?
-Claro que sí, la información salió de su portátil….
-Que dijo haber dejado en la oficina. ¿Te has parado a pensar que tal vez le hayan tendido una trampa?
-¿Por qué iba a hacerlo? Todas las pruebas apuntan hacia ella.
-Y aún así no la has denunciado. ¿Por qué?
-Marcus pensó que no era buena idea.
Por supuesto que no, Ivan pensó para sí mismo.
-Ivan, ¿qué quieres?
-Tengo un archivo de sonido que creo te va a interesar

Ivan lo reprodujo y vio cómo el rostro de Alfonso pasaba de la sorpresa a la indignación.
-¿De dónde lo has sacado?
-Anahí lo trajo cuando vino a firmar el finiquito. Vio a Marcus comportándose de forma extraña y le siguió hasta un bar. Consiguió grabar parte de su conversación con Nardiv. Era inteligible y nos ha llevado un tiempo, pero como has comprobado, hemos conseguido que suene más claro.

enamorada de un millonario Where stories live. Discover now