1 una virgen para un millónario.

192 21 2
                                    

Un despótico multimillonario al que le encanta mezclar negocios y placer"...
El millonario y Ceo Alfonso Herrera necesita una secretaria. Durante el proceso de la entrevista, una joven rubia despierta su interés. Y decide contratarla para su placer personal.

Tras conocer a Alfonso, Anahí intenta que su relación sea profesional. Pero cuando una reunión tardía se convierte en un apasionado encuentro, las cosas se complican...

Vamos, Anahí. ¿No querrás llegar tarde en tu propio cumpleaños?
–Ya voy –respondió Anahí a su compañera de piso mientras acababa de arreglarse. Cuando se miró al espejo, quedó sorprendida por la transformación. Habiendo crecido entre pastos de ganado, en el centro de California, la idea que Anahí tenía de arreglarse era ponerse unos vaqueros limpios y unas botas. Pero hoy era su veintiún cumpleaños y sus amigas habían insistido en celebrarlo en Casbah, una discoteca nueva de San José. El local tenía normas de etiqueta, y para sus amigas había sido un placer prepararle el modelito perfecto para la fiesta.
–¡Anahí!
–Voy. Voy.

Su vecina Chloe le había prestado un vestido palabra de honor plateado, que se ajustaba a sus curvas a la perfección. Al ser un poco más baja que ella, el largo del vestido resultaba más modesto en Anahí, le llegaba justo por la mitad del muslo. Se giró una vez más frente al espejo. Sus radiantes ojos azules se fijaron en el reflejo, y vio cómo su pelo rubio oscuro caía en ondas. Tenía buen aspecto.

Cuando salió del cuarto de baño, sus tres mejores amigas silbaron y jalearon, mientras ella se daba una vuelta para mostrar el resultado. Mia, Chloe y Lisa, sin dejar de reír comenzaron a cantar un desafinado Cumpleaños Feliz, y su compañera de piso, Mia, le plantó delante un cupcake con una vela encendida. Anahí sonrió a sus amigas, pidió un deseó y sopló fuerte para apagar la vela.

–Espero que hayas pedido un nuevo novio– dijo Lisa en cuanto salieron por la puerta.
–Daniel no tiene nada malo – replicó Anahí. –Me ha pedido disculpas por no venir esta noche, tiene que trabajar. Además, prefiero pasar mi cumpleaños con vosotras. Aunque no hasta muy tarde ¿vale? Tengo una entrevista por la mañana.
–Ejem, ejem– replicó Mía, a la vez que arrastraba a su amiga hasta el coche.

*****

Cuando llegaron a la disco, la fila daba la vuelta a la esquina. Anahí iba a ponerse al final, pero Chloe la agarró del brazo y siguieron caminando hacia la puerta.
–Esta noche no hay fila para nosotras- dijo Chloe aproximándose al cordón. Uno de los porteros se adelantó al ver acercarse a las chicas. Sonriendo alegremente, le dio a su hermana Chloe un abrazo y las invitó a pasar.
–Feliz cumpleaños, Anahí.
–Gracias, Mathew –dijo Anahí entrando en la discoteca, y luego le dio un codazo a su amiga, susurrándole –Me alegro de que tu hermano trabaje aquí.
–¡Venga!– exclamó Lisa cuando subieron a la plataforma que había sobre la pista de baile. –Arriba hay mejores.

Cuando las chicas se acomodaron y pidieron sus bebidas, Lisa y Mia se inclinaron sobre la barandilla para echar un vistazo a la pista. No eran ni las diez de la noche y la discoteca estaba en pleno apogeo.

Un montón de cuerpos ondulantes se movían al ritmo de las mezclas de música dance.
Examinando a la gente, las chicas descubrieron en la pista de baile una figura familiar. Dándose la vuelta, Mia hizo un gesto a Anahí y a Chloe, que se unieron a ella en la barandilla. Anahí bajó la mirada para ver a Daniel bailando con una morena vestida con una camiseta sin mangas y una falda corta.

Anahí se agarró con fuerza a la barandilla al ver a su novio besando a la chica mientras salían de la pista de baile. Se instalaron en la barra, pero ella se quedó de pie entre las piernas de él, mientras continuaban acariciándose y besándose.

Rodeando a su amiga con un brazo, Chloe le preguntó:
–¿Quieres que le diga a Mathew que lo eche?
Enderezando los hombros, Anahí negó con la cabeza.
–No, tengo una idea mejor–. Y cogiendo su teléfono, empezó a escribir un mensaje para Daniel.

Hola cielo, te echo de menos. Esto no es lo mismo sin ti. ¿Cómo va el trabajo?

Muy aburrido. No puedo creer que me hayan hecho venir hoy. ¿Y tú qué haces?

Ya sabes, con las chicas. Dime. ¿Qué opinas de mi modelito?

¿Me has enviado una foto?

No, pero si te giras y miras hacia arriba, lo verás.

En cuanto Daniel levantó la vista vio a Anahí y a sus amigas observándolo. La morena parecía no tener ni idea de lo que estaba pasando e intentó abrazarlo de nuevo, pero él la apartó a un lado.

Mientras Anahí lo miraba fijamente con su copa en alto, el móvil de Daniel anunció la llegada de otro mensaje:

Vete a la mierda.

Anahí se dio la vuelta, dibujó una sonrisa en su rostro y miró a sus amigas. Levantó su copa y se la bebió entera, agitándola después, haciéndole una señal a la camarera.

–Vamos a emborracharnos –propuso Anahí a sus amigas, quienes acabaron rápidamente con sus copas para pedir otra ronda.

enamorada de un millonario Where stories live. Discover now