Capítulo 8.- Epilogus, Amén

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Albus Dumbledore estaba sentado en aquella banca de piedra donde hace poco más de un año, le había terminado de contar su historia a su joven pupilo. Albus siempre pensó que Severus no estaba hecho para el sacerdocio y aunque fue un excelente sacerdote, no hay nada que hacer cuando el corazón ama con esa intensidad.

Ver a esos dos hombres encontrarse uno al otro, hizo que Albus pensara profundamente sobre su historia con Gellert. Si Gellert no se hubiera empecinado en vender la tienda de víveres para tener dinero, ¿Ellos habrían sido felices? Claro que hubieran vivido como "solteros" o "casados" con alguna mujer que supiera sobre su secreto y estuviera dispuesta a cubrirlos. No podía saberlo ya.

Como fuera, Albus llevaba un año en soledad que pronto terminaría. Severus le escribió al mes de su partida y le contó cómo estaba agarrando mucho color bajo el sol de las Bahamas. Le envió incluso una postal donde se veía un lugar bastante paradisiaco.

En esa carta, Severus también le instaba a buscar que los "estirados de arriba" le enviaran a un sacerdote que estaba en la misma situación que ellos estuvieron, siendo movido de un lado a otro porque el joven sacerdote se negaba a predicar tonterías como que "la homosexualidad era un pecado".

Albus ya había solicitado la transferencia del joven sacerdote Colin Creevey y había sido una bendición. Era bastante más joven que Severus, apenas cumpliendo sus 25 primaveras meses atrás. Sin embargo, en su misma lozanía, tenía energía como para cubrir muchas cosas que Albus y Severus jamás tuvieron la energía de hacer.

El joven sacerdote había hecho una escuela de catequesis y los jóvenes que no habían recibido la instrucción pertinente en poblados vecinos, acudían a la iglesia luego del servicio del domingo. Albus simplemente se dedicaba a ayudar al joven con sus clases y se podía decir que habían hecho una buena amistad.

En las cartas que siguieron a esa primera, Severus continúo describiéndole como estaban pasándola entre las clases de Harry y una carrera para él. Severus se había decidido por Contabilidad, ya que siempre fue bueno con los números y quería ser de ayuda para su amante. Harry era él que constantemente pedía ser salvado de sus clases, pero Severus sabía que en el fondo las disfrutaba.

Un años después de su huida, Harry finalmente había entrado a una carrera de Administración Empresarial y dejó el manejo de su patrimonio al futuro esposo de Sirius, Remus. Remus resultó ser excelente en eso y no era para menos, ya que Sirius era bueno haciendo negocios pero no gestionándolos, así que Remus ya manejaba el patrimonio que sería suyo también en un par de meses. Ahora solo estaría gestionado el de su ahijado adoptivo también.

Severus también le contó a Albus en sus cartas que había comprado un anillo para Harry pero no quería dárselo hasta que hubiera pasado la boda de Sirius y Remus.

Cuando Albus finalmente leyó sobre la propuesta y el corto compromiso, se sintió feliz por su muchacho. Albus nunca tuvo hijos pero Severus fue lo más parecido a eso que tuvo alguna vez y era feliz de que su muchacho finalmente tuviera la felicidad que merecía. Al parecer, la boda en Canadá fue un asunto bastante sonado en aquellos lares por la cantidad de dinero derrochado.

Cuando habían pasado casi 2 años desde su fuga, Severus le dio la noticia de que regresaba a casa.

Fue en ese momento, justo cuando se cumplieron esos 2 años, que Albus estaba esperando en aquella banca de piedra hasta que vio un barco desconocido acercarse al puerto. El barco estaba pintado en alegres colores psicodélicos y con un enorme lirio al costado.

Una media hora después, dos hombres, uno de mediana edad y otro joven apenas entrado en sus veintes, llegaron hasta donde Albus estaba sentado.

—¿Qué haces ahí sentado, anciano? —.

Albus sonrió—Ver pasar el tiempo. Es divertido cuando le agarras gusto—Sin demora, Albus se levantó y abrazó al hombre que había extrañado.

Los invitó a pasar a la casa parroquial y les sirvió un poco de té. Albus les comentó lo que se habían perdido en esos dos años, empezando con Petunia.

Los Dursley se habían mudado apenas un mes después de la partida de Harry y Severus. Petunia fue internada en un hospital psiquiátrico, ya que fue diagnosticada como "peligrosa para otros y para sí misma". No sabían bien que diagnostico fue, solo que la mujer no saldría en varios años y quizás nunca.

Vernon solicitó el divorcio y aunque se comprometió a pagar el hospital para ella, no quiso saber mucho sobre la mujer a futuro. Finalmente el hombre se volvió a establecer con una mujer, también divorciada que Marge Dursley aprobó ampliamente.

Dudley Dursley terminó en la cárcel luego de que intento propasarse con una chica y aunque no logró su cometido, fue encerrado por 10 años. Albus rezaba porque en esos 10 años encontrara algo de conciencia.

Quitando a los Dursley, el pueblo había crecido bajo el plan de mantenimiento de Theo y aquí Severus le dijo que ellos habían hablado con Theo en una de sus múltiples salidas a fiestas "de negocios", donde se lo encontraron y estaban de acuerdo con su plan. Su abuelo no estaba muy de acuerdo hasta que vio el potencial y dio luz verde al negocio.

Severus luego confesó que estarían haciendo una gran donación al proyecto en breve y que querían fuera usado sobre todo en la iglesia y los edificios históricos. Albus estaba feliz con esta información.

Albus les contó sobre el "nuevo" sacerdote y como había logrado levantar el solo una escuela de catequesis y Severus le dijo que podía ayudar con algo de fondos para eso, ya que sería mejor si tuvieran un edificio anexo para eso en vez de hacer las clases al aire libre como venían haciendo hasta ahora.

El último chisme que Albus contó a la pareja fue que finalmente habría una "boda" entre Dean Thomas y Seamus Finnigan, ya que llevaban viviendo juntos más de un año y Seamus finalmente se había armado de valor para hacer la pregunta.

La noticia más feliz para Albus es que Severus había comprado el terreno donde estaba aquella cabaña donde solían guardar sus conservas y carnes ahumadas, y Harry quería construir su casa soñada en ese terreno. Ambos regresaban a casa y no se volverían a mover.

Cuando la construcción de la casa acabó 4 meses después, incluso los aldeanos que no querían a Severus, fueron gustosos a darle la bienvenida. Como le había dicho Rufus, sin él, la vida en el pueblo se había vuelto aburrida.

Nadie mencionó a los Dursley y muchos se sintieron intrigados por la otra pareja homosexual que no conocían, un hombre de cabello negro y largo y otro de cabello castaño y corto. Los aludidos simplemente dijeron que eran los padrinos de Harry y que también pensaban comprarse algún terrenito para hacer su pequeño nido de amor... y que estaban interesados en el proyecto de Theo Nott, pero tenían ideas de hacerlo más grande aún.

Años después, nadie hubiera reconocido el pequeño pueblo pesquero que, si bien conservaba todos sus sitios históricos, había crecido orgánicamente alrededor de la iglesia. Las casas nuevas conservaban ese estilo antiguo pero con las nuevas comodidades. Incluso se estaba proyectando construir una universidad local para que las nuevas generaciones no se fueran lejos de casa, incluso de los poblados vecinos.

Hogsmeade se convirtió en una especie de ciudad portuaria con encanto antiguo y una zona de chalets para gente de dinero que quería una escapada a un lugar tranquilo. El dinero fluía y los pobladores vieron una mejora en su calidad de vida, pero sin dejar de lado sus amadas costumbres como pescar con red e ir a la iglesia a recibir los sermones del Padre Colin, ya que Albus estaba algo más cansado.

Albus sabía que no quedaban muchos años antes de partir a su próxima aventura, pero quería ver con sus propios ojos cuanto más podía cambiar este pueblo que le proveyó sus mejores años. Además, sus muchachos estaban prosperando y quién sabe, quizás en un futuro querrían ampliar su familia y Albus esperaba seguir ahí para ver eso.

Finis.

Sanctus/BenedictusDonde viven las historias. Descúbrelo ahora