Capítulo 2.- De Profundis

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Albus Dumbledore estaba complacido por cómo había resultado su pupilo. Severus Snape había sido un niño tan perdido cuando lo encontró. El pobre había sufrido mucho en su infancia y encontró personas equivocadas que lo intentaron arrastrar al abismo con ellos. Pero gracias a la bondad de alguien que jamás volvió a ver, Severus llegó a la iglesia donde Albus estaba empezando a oficiar servicios junto a su mentor de ese entonces, Nicholas Flamel.

Nicholas había sido un mentor extraordinario que también saco a Albus del abismo en donde se había apertrechado. La culpa por el destino de sus hermanos había corroído muchas de las creencias de Albus sobre el bien y el mal, y desgraciadamente su pareja de ese entonces le abandonó a su suerte.

Su hermana había muerto en medio de una pelea entre él, su hermano y su pareja. La niña solo había tratado de detener a los 3 hombres que peleaban y en el fragor, las armas salieron a relucir y una cuchillada dirigida a Aberforth, su hermano, dio en el blanco en otra persona, su hermana Ariana.

Gellert, su novio de ese entonces, huyó rápidamente y no supieron de él hasta tiempo después. Aberforth y Albus se quedaron solos, ya que sus padres habían muerto un par de años atrás. Su madre cayó presa de una enfermedad y no pudieron tratarla, mientras su padre fue abatido a manos de un asaltante en su negocio de víveres. Fue entonces que, cuando Albus se hizo cargo del negocio, siendo el hermano mayor, se encontró con un joven muy interesante llamado Gellert Grindelwald.

El joven austriaco era muy inteligente y elocuente, guapo, de esos que arrasan multitudes y por alguna razón, encontraba interesante a Albus y se convirtieron rápidamente en amigos. Albus siempre se supo diferente de otros hombres. A él no le interesaban las chicas aunque hubo muchas interesadas en él. Apenas tenía 18 años y muchas señoras le insistían en que considerara a sus hijas para casarse.

¿Cómo le explicaba a estas señoras que estaba más interesado en ver al rubio y muy guapo Gellert desnudo que a sus hijas, por muy bellas que estas fueran?

Por alguna clase de fortuna, Gellert fue bien recibido por sus hermanos e incluso le agradaba a su hermana Ariana. Albus nunca lo notó, pero Gellert lentamente empezó a darle ideas de irse juntos, abandonar ese "pueblucho" e ir a ver el mundo. Todo lo que tenía que hacer era vender esa horrible tienda de víveres.

Albus pensaba que no era necesario venderla y sería mejor simplemente dársela a su hermano menor para que él y Ariana vivieran bien. Luego empezaron las peleas y todo derivó en que Gellert peleo con Aberforth, acusándolo de estar deteniendo a su brillante hermano. Ariana era una niña sensible y no quería peleas en su pacífico hogar.

Todo acabo terriblemente mal. La cuchillada que recibió Ariana la desangro hasta morir, Gellert ya se había dado a la huida y la relación con su hermano no se recuperó hasta muchos años después. Albus le dejó todas las posesiones de sus padres a Aberforth y se fue del pueblo, incapaz de ver a los ojos al último pariente vivo que le quedaba.

Luego de esa tragedia, tan solo un par de meses después, estalló la guerra y Albus no dudo en enrolarse al ejército. Pasaron un par de años pero finalmente volvió a ver a su amante fugitivo y estaban en bandos opuestos de la guerra. Albus dudo en atacarlo y Gellert se escapó ante esa duda. Sería hasta casi el final de la guerra cuando Albus y Gellert volverían a encontrarse y Albus solo pudo ver cuando un soldado estadounidense le disparo a Gellert.

En el fragor de la batalla, Albus alcanzó a llegar hasta Gellert y este solo se arrancó algo del cuello y se lo dio antes de exhalar su último aliento. Era un collar de cuerda que le había dado la pequeña Ariana. Albus lloró mucho esa noche, porque ese collar era el símbolo de que Gellert se arrepintió de lo que hizo, pero nunca pudo cambiar su naturaleza.

Sanctus/BenedictusWhere stories live. Discover now