Epílogo

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-¡Basta, maldición!- exclama Siwon completamente frustrado y con cara de pocos amigos.

Por tercera vez JongDae ha pateado la parte trasera de su asiento para expresar su descontento ante la situación. ¡Qué se aguante! Todos están igual de jodidos y no se quejan.

Dentro de la estrecha cabina de la pickup de Chanyeol esperan a que pasen las horas frente al Club nocturno de Heechul. El Alfa, JongDae y Siwon parecen sardinas en lata. Fueron desterrados de "la noche de omegas" que organizó hace una semana Heechul para sus amigos Luhan, BaekHyun, Minseok y DongHae. Pero si que los obligaron a hacerles de chofer cada uno por su lado pues no cabían todos en un vehículo.

Heechul les abrió gustoso las puertas de sus armarios y, aunque sabía que a sus amigos no les gustaban las prendas femeninas, siempre había algo que podía combinar con accesorios y zapatos para elevar un poco sus looks de esa noche.

Así terminó Luhan enfundado en un pantalón de lino blanco que le apretaba el culo y necesitaba usar sin ropa interior y varias tiras de cadenas doradas sobre su polo azul claro y pulseras del mismo tono. Baek escogió cuero, cosa que abundaba, y sobre su camisa negra puso una chaqueta llena de tachas plateadas, peinó su pelo hacia atrás y puso en su oreja derecha un diamante mediano.

Minseok vistió jeans oscuros anchos en los pies y camufló así unas plataformas de tacón cuadrado que alargaron su estatura unos hermosos diez centímetros, se recogió el pelo en una coleta muy kawaii y se adornó los dedos con llamativos anillos. El Doc prefirió quedarse como estaba, a él poco le importaba lucir pueblerino, lo que pensaran los demás le tenía­ sin cuidado: iba a disfrutar su noche de todas maneras.

Ya en el club, Heechul tiene una pequeña reunión con los gorilas de la puerta y les presenta a las parejas que los miran huraños desde sus autos en el parqueo.

-Ellos no entran al local esta noche bajo ningún concepto, ¿está claro?- les dice en modo diva-dueña del lugar.

-¿Y si hay un incendio?- grita uno de los alfas, siempre existe la posibilidad.

-¿Tú eres bombero, JongDae?- pregunta Minseok poniendo los ojos en blanco.

-No te quejas cuando apago tu fuego... -refunfuña el hombre con pedantería y se aleja de la ventanilla.

Y se marcharon... y los dejaron fuera, como cachorros abandonados en la lluvia, en un charco sucio, temblando de frío y de hambre, mendigando atención...

Vieron entrar a los fiesteros de esa noche con la cara pegada al cristal como pegatinas, todos hombres prácticamente. Peligro. Sus alfas aullaron a la noche y empujaron en su interior de pura inconformidad. Omegas irrespetuosos, voluntariosos, rebeldes, provocadores. Fue peor cuando Siwon les contó cómo fue su experiencia en las dos ocasiones que visitó el lugar. JongDae se puso rojo de la rabia, Chanyeol pálido de preocupación.

Pasada la medianoche comenzaron a irse los juerguistas. Ellos siguieron esperando.

A las dos de la madrugada, finalmente, cierra el local. Lee espera a que los chicos estén cerca de los autos y saluda a los alfa con la mano, se va a descansar después de una larga jornada.

Las parejas se acercan derechitos al auto, o al menos, lo intentan  con entusiasmo. Sosteniéndose los unos a los otros y riendo muy alto es imposible que no llamen la atención. Los tres enormes alfas saltan de la pickup de Chanyeol como si esta estuviera en llamas.

-¡Channie!- exclama Luhan con voz chillona de borracho.

Tiene las mejillas y la punta de la naricita coloradas. Una sonrisa tonta adorna toda su cara. Se tambalea de un lado a otro como hierba fresca en la pradera. Por la Madre Luna, ¿qué ha pasado con su "pedacito de cielo"? Luhan se desliga del resto e intenta acercarse a su alfa, tropieza, trastabilla y logra aterrizar en el ancho pecho de Chanyeol. El resto de las parejas se ríe­n escandalosamente.

Mi pareja, mi destino.Where stories live. Discover now