Capítulo 41

67 19 49
                                    

Heechul abre los ojos despacio, está soñoliento. El sol juguetea en su rostro escurriéndose entre las hojas de los árboles. El murmullo del bosque le endulza el alma. Se estira cuán largo es haciendo mil muecas y pataleando al aire. Se sienta.

Le duele el cuerpo, su pobre cuerpo que ha vivido los últimos días intensamente.

Fue una encerrona total. Planificada, orquestada y llevada a cabo con completa maldad y alevosía. Tonto, fue un tonto al creer que Siwon lo iba a tomar para sí mismo y meterlo a lo profundo del bosque y no se lo iba a servir a su lobo en bandeja de plata.

Hay algunas hojas secas sobre la enorme manta que han puesto en el claro del bosque. Heechul mira sus piernas y hace un berrinche, tiene picaduras de mosquitos. En la ciudad esto no pasa. Él va a tener que poner más repelente esta tarde por los alrededores y preparar su refugio de mosquitera más temprano.

Heechul se da la vuelta sobre la manta, busca con la vista a su alfa.

Siwon escogió este claro en particular por tres razones. Uno, está prácticamente en los perímetros de la manada, alejado de cualquier actividad humana y disfrutan de total privacidad para vivir en la naturaleza: es el momento del lobo, es el tiempo del alfa. Segundo, está muy cerca del río, para nadie es un secreto que el agua ha sido la clave del desarrollo de la civilización. Tercero, una pequeña gruta que sale de la tierra y se eleva unos cinco o seis metros le ofrece refugio si llueve y espacio de almacén.

En la piedra sobresaliente, el alfa descansa mansamente, está tomando el Sol y vigilando el descanso de su hembra. Él ya proveyó en la mañana, se internó en el bosque temprano y volvió con dos conejos y una perdiz gorda. La dejó cerca del lugar donde se hace el fuego cada noche. Después se subió a la manta y olisqueó a su dormida pareja pasando la punta húmeda de su hocico por las largas piernas y la espalda. Su hembra no tiene pelaje, no corre bajo la luna ni caza en el bosque pero aceptó su reclamo y lleva su olor. Es suya.

*******

-¿Cansado?- es la pregunta preñada de burla que susurra Siwon a sus oídos.

Heechul se deshace en gemidos sosteniéndose a duras penas sobre sus manos y rodillas mientras su hombre lo folla. La polla de Siwon roza rítmicamente el punto dulce en su interior y hace que cada célula de su cuerpo explote pero... esa electricidad llega a sus testículos dolorosamente y no hay respuesta, ya se ha corrido dos veces. Siwon todavía.

-¿Eso es todo? No lo creo. Solo debo buscar mejor la leche escondida dentro de ti...

-Siwon... déjame descansar un poco, ¿si?- Heechul pide con voz suave- Voy a mamar tu polla... lo haré delicioso para ti y te daré alivio, ¿si?

-Cuando termine contigo dormirás como un bebé, te lo prometo.

Siwon sale de él despacio. Rebusca sobre la manta el lubricante y en sus manos pone una cantidad generosa. Masturba a Heechul con firmeza mientras embadurna su culo dejándolo bien húmedo. Mete los dedos con cuidado, les da vuelta, hace tijeras, expande los bordes.

-Estás listo, mi Luna.- le dice con satisfacción.

Heechul necesita un minuto o dos para entender. Finalmente ha caído en cuenta.

-Siwon...- intenta darse vueltas pero el hombre no lo deja aprisionándolo bajo su cuerpo.

-No tengas miedo. Solo quiero que seas su Luna también.

Es difícil de explicar. No es miedo, ya él tuvo esa conversación con sus amigos en la manada: los tres han intercambiado con los alfas de sus parejas. Más bien es indecisión de dar ese paso. Siwon lo sabe, está claro que lo ha leído en él y por eso preparó este momento. El alfa de Siwon no entiende de indecisiones, lo tomará y concluirá el asunto.

Mi pareja, mi destino.Where stories live. Discover now