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Lyonhart siempre tuvo un serio problema con su autoestima y eso se debía a que siempre perdía ante Ashary, su proclamado rival en todo. No importaba lo que hiciese siempre sucumbía contra él, fuera estudios, fuerza, incluso hasta en la forma de comportarse y en la opinión popular. Razón por la que cuando se vio siendo el número 1 de todo su grado, en el tablón de notas de la academia no se lo creyó hasta fue Charles le golpeó el hombro a su lado sacándolo de su nebulosa.

-Ves, No eres tan malo como pensabas- le dijo su amigo con era sonrisa, estando él en el lugar 8. Nada mal para una matrícula de casi 60 estudiantes.

Si sigo así podré terminar el curso como el mejor del año- sonrió Lyon orgulloso de sí mismo convenciéndose así que no era alguien mediocre o débil, sino alguien que podía resaltar sin ser opacado.

Ya podría restregarle en la cara a Asha sus méritos.

No era un mal estudiante como casi siempre se hacía ver, sino no estuviese donde estaba.

Aún así, los dos años que llevaba en la academia no habían sido nada fáciles. Cualquiera podría pensar que por ser el príncipe heredero el camino sería sin dificultades. Nada más lejos de la realidad.

Todos pensaban que por su posición se lo regalaban todo, desde las notas hasta los beneficios, Escuchar rumores sobre él se convirtió en una cotidianidad. Pero eso cambió con el paso de los meses.

No solo les había demostrado que en fuerza era superior a todos los demás estudiantes, sino que en conocimiento era mucho más dotado que la mayoría. Había sido un camino duro, pero fructífero. Eso no quitaba que aún hubiera rumores... como los que últimamente se estaban regando en el último curso donde estaba él.

No les había prestado nada de atención, no tenía tiempo para ello, tenía que ser mejor que el día anterior. Y en eso había arrastrado a Charles que muchas veces casi terminaba llorando porque quería descansar. Gracias a ello en el tiempo trascurrido sus cuerpos ya comenzaban a mostrar los primeros signos físicos de su subgénero alfa.

Habían crecido varios centímetros y ganado masa muscular. No tanta como la mayoría de los alfas pero no eran los cuerpos delgados y adolescentes de hacía dos años. Incluso ahora el uniforme les era más favorecedor, con la chaqueta y pantalón a juego, con incrustaciones en dorado sobre todo en la hebilla del cinturón, y el cuello alto blanco.

-Cuando Milan me vea se va a sorprender- Lyon tenía una sonrisa ahora que iba a cenar al comedor general atravesando uno de los pasillos de aquel enorme castillo, dividido por varias alas, con paredes de piedras y pisos de madera. Eso no le quitaba la exuberancia del lugar donde estudiaban y se preparaban los hijos de las mejores familias del país, aunque una vez dentro todos eran tratados por igual sin diferencia de status.

Charles, que caminaba a su lado con las manos detrás de su espalda, pero completamente alerta solo alzó una ceja.

-Se nota que tienes ganas de verlo, no has dejado de hablar de él en todo el tiempo que llevamos aquí-

Lyon pudo jurar que había escuchado un deje de ironía en sus palabras, pero no le prestó atención.

-Solo faltan pocos meses para que termine el curso y ya podré graduarme e irme de este lugar de una vez por todo.

Charles simplemente alzó los hombros.

-¿Oh, has escuchado los rumores?- le preguntó.

Lyon negó.

-Sabes que hace tiempo los ignoro, porque tendría que ponerle atención ahora.

-Pues dicen que va a entrar un nuevo alumno este año. Como su área es más enfocada en la política y en economía pues no necesita todo el entrenamiento bruto al que hemos sido sometido.

Eso llamó la atención de Lyon, aunque frunció el ceño.

-Vaya, entra con el camino aplanado- bufó con algo de molestia- No es que me importe mucho mientras no se meta en mi camino.

-También hay otro rumor- Charles prosiguió- Dicen que es...- bajó la voz- una puta.

Lyon alzó una ceja.

-¿En serio? Y lo van a mandar para acá, se lo comerán vivos los perros en celo que están en este curso.

Charles apretó los labios.

-Pobre de él. No sabe lo que le espera aquí. Aunque bueno todo son rumores. Ni siquiera han dicho quién es.

Lyon hizo una mueca.

-No entiendo como no saben quién es, pero ya al parecer saben de toda su vida- protestó el príncipe cansado de precisamente esos rumores, al haber sido víctima de ellos, pero se los haría tragar una vez estuviese afuera de aquel lugar y con el poder que le correspondía.

-Bueno, debe ser alguien muy importante para que quieran rebajar su imagen a una simple puta- Charles bajó su voz ya que estaban entrando al comedor donde, como siempre, fueron objeto de atención.

Razón por la que Lyon se preguntó qué tanto de verdad tendrían esos rumores.

***

Todos los alumnos estaban ocupando sus asientos en la sala de conferencias. El profesor de política entró saludando a todos con un simple movimiento de la cabeza y ajustando la armadura de sus gafas sobre el puente de la nariz.

-Buenos días estudiantes- él dejó un sobre sobre la mesa y los enfocó.

Lyon y Charles se habían sentado en la tercera fila donde no estaban ni muy arriba ni muy abajo y era fácil atender. Si estaban en primera fila terminaba siendo el objetivo de preguntas, si iban a las últimas filas arriba pues allí estaban los que estaban de últimos en el ranking y que solo fastidiaban la vida de los demás y donde estaban la mayoría de asientos vacíos.

Ellos esperaban comenzar la clase cuando el profesor cambió repentinamente el tema.

-Como ya saben hoy tendremos un nuevo alumno. No pudo incorporarse antes por asuntos familiares y de la corona, pero terminará el curso junto a ustedes- el hombre miró hacia la puerta y le hizo señas a la persona que estaba del otro lado.

Lyon no prestaba atención, no le importara quien fuera el nuevo alumno... hasta que escuchó sus pasos.

Podrían haber pasado dos años, pero había convivido demasiado con esa persona para no reconocerlo. Alzó su mirada y esta se encontró al momento con la del recién llegado y sus sospechas tomaron sentido.

Lo que ahora con un cuerpo más alto, algo más delgado de lo que lo debería tener un futuro alfa que se marcaba aún más por el cinturón, con un cabello largo y rubio en una trenza sobre su hombro que caía hasta su cintura, y los familiares mechos que enmarcaba aquel rostro que se había afilado más con el paso del tiempo, y sobre todo el par de rubíes que habían perdido cualquier toque adolescente y que ahora eran mucho más desafiantes.

Lyon tragó en seco, incluso Charles a su lado, ante la imagen de... de...

¿Qué demonios hacía Asha en la academia?

Mi odioso duque omega ( trilogía corta Palacio de Cristal I)Where stories live. Discover now