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Sangre, mucha sangre, toda roja, caliente. Y no era suya.

-Oye... despierta- la voz le salía temblorosa- Asha déjate de bromas.

Lyonhart sentía un escalofrío que lo recorría completamente, sus manos temblaban y no podía ni siquiera tocar el cuerpo sobre él. Como era posible aquello, él no... él no podía... Asha no podía... él que siempre tenía esa mirada seria, su porte superior, ese rostro que por más que quería evitar siempre estaba en sus pensamientos y que ahora... ahora

-Asha- lo llamaba, pero no tenía respuesta. Se sentía aturdido. Acaso... acaso... él estaba muert...

-Lyon, reacciona- una voz familiar sonó en medio de la nebulosa que lo envolvía y el rostro de Charles arrodillado a su lado presionando su chaqueta sobre la espalda de Ashary- necesito que vuelvas en ti. Ashary está vivo.

Vivo. Con solo escuchar esa palabra pudo sentir como su corazón palpitaba de nuevo. Toda su atención se centró en el rostro pálido del chico rubio, donde su cabello se pegaba a su rostro empapado de sudor y gotas de sangre.

-¿él estará bien?- aún su voz era inestable, pero sabía que ahora que Charles estaba ahí con sus conocimientos médicos básicos, algo podría hacer.

-Debemos volver rápido, necesita ayuda urgente o realmente la situación puede tornarse preocupante.

Lyon asintió escuchando pasos que se acercaban a ellos. Eran guardias y con ellos varios nobles. Segundos después la imagen del rey se hizo presente.

-¿Qué pasó aquí?- rápidamente sus ojos cayeron en su hijo, en Milan temblando como un cordero aturdido y luego en Ashary. Estos se abrieron de la impresión.

-Su Majestad después le explico con más detalle, ahora necesitamos atender al joven Ashary, está perdiendo mucha sangre. Y por favor mueva a los guardias, hay un asesino que atacó al príncipe heredero.

El rey hizo un movimiento de la cabeza y tres guardias se movieron quitándose uno de ellos la larga capa para usarla de cama improvisada para mover al chico. Entre Charles y Lyonhart lo pusieron con cuidado escuchando un gemido de dolor de parte de este. Rápidamente la tela debajo de él se tornó roja y Lyon tembló ante aquello.

-Yo me encargo- Charles le puso la mano sobre el hombro- Mantente cerca de tu padre y de los guardias, no sabemos que puede... ¿Lyon?- Charles notó el cambio en el semblante del príncipe heredero- Oye no... le advirtió pero era demasiado tarde.

Lyon alzó la cabeza después de que su mirada se separara del rostro pálido y manchado de escarlata de Ashary. Los ojos de este ahora eran de un profundo y brillante dorado con la pupila tan pequeña que se perdía en aquel río dorado. Su ceño estaba tan fruncido que hizo retroceder a Charles.

Lyon estaba fuera de si. Solo sabía una cosa, había alguien que había atacado a Ashary... y eso lo pagaría.

Antes que alguien pudiera detenerlo ya había desenfundado la espada de uno de los guardias y con un ágil movimiento había dado un salto enganchándose del borde del muro y desapareciendo del otro lado.

-Lyonhart- la voz del rey resonó y se giró para darle señal a los guardias- Síganlo, protejan al príncipe heredero.

A Charles le tomó algunos segundos reaccionar ante lo ocurrido. Aquello no era bueno, Lyon se había dejado llevar por su instinto... el instinto básico de un alfa de destruir aquello que había dañado aquello que era importante para él. Ni siquiera le había prestado atención a Milan que estaba siendo ayudado por su padre que acababa de llegar y ver la escena. No... su atención había estado centrada en Ashary todo el tiempo.

Y Charles era lo suficientemente observador para saber que ocurría, pero no era momento de hablar de ello. Ashary debía ser atendido rápidamente. Esperaba que la herida no fuera tan grave.

***

Jeremy Lancaster, rey de Gless, estaba parado en la entrada del palacio rodeado de guardias al menos una hora después de todo el suceso. La fiesta había cesado rápidamente y enviando a casa a todos, menos el duque de Davreles dado que su hijo estaba siendo tratado en una de las habitaciones de arriba. Había sido informado que la condición del joven Ashary era estable, pero estaría en cama varios días dada la pérdida de sangre y que quedaría una cicatriz a lo largo de toda su espalda.

Sin embargo, su atención estaba puesta en que después de ese tiempo, aun desplegando los guardias en esa zona su hijo no acababa de aparecer.

Escuchó unos pasos a su lado y encontró que Charles se acercaba.

-Su Majestad- se inclinó ante él con una gota de sudor en su sien. Sabía que sería regañado por no haber seguido a Lyonhart, su trabajo era protegerlo después de todo. Por suerte el rey parecía realmente tenso como para no explotar contra él.

-Sino aparece en 10 minutos yo mismo salgo a buscarlo- dijo el rey con los dientes apretados. Debido a la tensión en su cuerpo sus feromonas tenían incomodos a todos. Era un alfa después de todo.

Charles no dijo nada, era lo mejor, aunque aún recordaba los ojos del príncipe. Era la primera vez que cambiaban de esa forma. Eso significaba una sola cosa. El alfa en el interior de Lyon había sido sacudida. Podría despertar en cualquier momento. Sin embargo, era mejor primero decirle a este mismo sobre su cambio, no parecía estar realmente consciente cuando había ocurrido aquello.

Y el tiempo se estaba acabando. El rey ya se estaba preparando para salir a buscar a su hijo cuando entre las sombras se escucharon unos pasos. El alfa pudo percibir a su hijo, podía reconocer su olor a varios metros, pero no estaba solo. Había un olor con él de otra persona, así como el de la sangre... y no era ni la de él ni la de Ashary.

Y grande fue la impresión de él cuando las luces de las antorchas del jardín iluminaron el cuerpo del joven, que se acercaba caminando. Sus orbes habían vuelto a su azul natural pero tan intenso que destacaba por encima de todo, sus brazos y manos empapadas en sangre, y en una de estas venía arrastrando el cuerpo inconsciente del que se había atrevido a herir a atacarlo.

Mi odioso duque omega ( trilogía corta Palacio de Cristal I)Where stories live. Discover now