Epílogo

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Noah miró con cariño el bosque, se sentía en casa, pero también sentía que su corazón se rompía poco a poco.

— ¿Noah?

Nate y Nicolás se acercaron a él, tenían unas sonrisas cargadas de tristeza, pero también había felicidad en ellas.

— ¿Qué haces? — le preguntó Nate mientras colocaba su mano sobre el hombro del menor de los tres.

— El bosque, es como si ellos estuvieran ahí.

— Ellos están ahí.

¡Jared!

Vuelves a hacer algo así y vas a ver, Mieczyslaw.

Los trillizos vieron con sorpresa a su padre y su tío correr con diversión, parecían tener dieciséis años. Detrás de ellos se encontraban Derek, Dave y Asmodeo. La manada pronto los alcanzo. Nate, Nicolás y Noah pudieron escuchar a la perfección, por un momento, los aullidos de miles de lobos. Era una canción, una de despedida... solo para ellos.

— Adiós, papi. — limpió sus lágrimas — Gracias por todo. — dijo Noah con tristeza y felicidad.

El viento acarició sus rostros.

Sean felices mis amadas travesuras. Nos veremos de nuevo... en mucho tiempo.

— ¡Papá! — gritó una pequeña de cabello castaño de ojos whiskey mientas corría a los brazos de Noah. Detrás de ella se encontraba Eli con un bebé entre sus brazos y dos adolescentes castaños de ojos azules a su lado.

— Aquí estoy, mi pequeña travesura. — le dijo Noah mientras tomaba a su hija entre sus brazos.

Nicolás sonrió mientras abrazaba a Mikaela que cargaba a una bebé. Un adolescente pelirrojo de ojos azules saltaba a su alrededor.

— Ataca a tu padre. — le dijo Axel a un pequeño de cabello azabache de ojos azules que corrió y se aferró a las piernas de Nate.

— ¡Tenemos hambre! ¡Vengan! — les gritó Mitch desde la puerta de la mansión.

Ahora era el momento de la siguiente generación de la manada Hale. 

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