VI.- Demonios

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Stiles miró a sus hijos jugar con Magnus, los pequeños eran unos nefilim pero no quería entrenarlo aún, eran muy pequeño pero les había enseñado algunas cosas para que pudieran protegerse si en algún momento estaban solos, pero eso era algo casi improbable ya que no los dejaba solos desde aquel incidente.

— Son fuertes. No les pasará nada. — suspiró — Has estado nervioso desde que regresamos del pueblo. — dijo Jared mientras se sentaba a su lado, acababa de regresar de una misión y lo que necesitaba era estar con su hermano y sus adorados sobrinos, su familia.

— Tengo un mal presentimiento, es como si algo estuviera por pasar.

— Eso no me gusta, tienes un sexto sentido y de seguro algo va a pasar.

— Ni me lo recuerdes. ¿Es mucho pedir paz? Solo quiero que mis hijos crezcan sin peligros.

— Lo malo es que en nuestro mundo no hay paz, tenemos momentos de paz pero siempre habrá peligros que afrentar. — dijo Jared con cansancio.

— Solo quiero estén a salivo.

— Y lo estarán en el instituto, de lo que debemos de preocuparnos son los demonios y ángeles, pero este lugar está a salvo de todos ellos.

Stiles miró a su hermano, el otro solo dejó caer su cabeza sobre el hombro del castaño.

Los niños miraban a su abuelo Magnus con impresión, el brujo estaba haciendo un poco de magia para sus nietos.

Alec y Jace se encontraban viendo algunas cosas de las próximas misiones.

— Creo que pronto tendremos dos miembros más en la familia. — comentó Alec a lo que el otro alzó una ceja.

— ¿Por qué lo dices? ¿Acaso Magnus y tu al fin va a adoptar?

— Desde que Stiles regresó habla a diario con ese lobo y con su cachorro, los dos sabemos la historia de esos dos y no sería raro que Hale llegara a nuestras puertas en cualquiera de estos días.

— No me gusta mucho la idea de que otro quiera el corazón de mi primo.

— Eres demasiado sobreprotector. Recuerdo que a Dave también se lo dejaste bastante difícil.

— Pero lo logró y superó.

— Siempre lo admiré por soportarte.

— Mitch merece lo mejor y nada menos. — dijo Jace, su primo había llegado a sus vidas para alegrarlas, era una persona demasiada buena y solo merecía lo mejor.

— En eso concuerdo, el lobo tal vez no sea tan malo además de que ha luchado por Mitch todos estos años. Hay que darle algo de crédito.

— No me convence.

— Sobreprotector.

Jared sonrió al ver a esos dos discutir, era obvio de que hablaban ya la verdad estaba de acuerdo con Jace. Derek le agradaba pero tendrá que esforzarse por estar tranquilo en esta familia porque sin importar lo que cualquiera de ellos dijera, quien toma la decisión es Mitch.

*

Alec se encontraba solo en el área común, la mayoría de los cazadores se encontraban en sus habitaciones durmiendo y su familia estaba en el tercer piso (el cual les pertenecía por completo, nadie puede entrar) de seguro durmiendo o haciendo otras cosas, pero ya habían hecho suficiente por ese día.

— ¿Qué haces? Deberías estar en cama, conmigo. — dijo Magnus sorprendiendo a su esposo.

Alec sonrió al ver el brujo, quien vestía su pijama y sobre ella tenía su bata dorada de seda.

— Tu deberías estar dormido.

— No evadas mi pregunta, Alexander.

Alec dejó que el otro lo abrazara.

— Han estado pasando cosas que no les he dicho a ninguno de ustedes. Durante unas semanas he enviado a mis cazadores a unas misiones bastante peligrosas, la verdad no se como es que han regresado con vida.

— ¿De qué hablas?

— Los demonios se han estado moviendo demasiado, han habido demasiados ataques por toda la ciudad y me he contactado con otros institutos y esta pasado lo mismo.

— Algo malo esta por suceder, los demonios son malos pero desde que Valentine cayo ellos han estado tranquilos y no se meten con los humanos o nosotros porque saben que eso podría acabar con su libertad. Alguien debe de estar detrás de todo, alguien los esta moviendo.

— ¿Qué podemos hacer?

— Obtener información. — ambos miraron con sorpresa al recién llegado — Mañana me reuniré con las personas que nos podrán decir lo que esta sucediendo.

— No quería que te involucraras. — dijo Alec con tristeza mientras miraba a su mejor amigo.

— Sé que quieres que este en paz y disfrute a mis hijos pero si algo grande sucede no quiero terminar escondido o muerto por no saber que esta ocurriendo. — sonrió — Somos un equipo.

— No puedo esconderte las cosas, Mieczyslaw.

— Ambos son unos idiotas, ahora debemos ir a dormir o yo mismo los noqueare. 

Cazador de SombrasOnde as histórias ganham vida. Descobre agora