Capitulo 11

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El sonido en conjunto de los rugidos ya se orquestaba al completo en las lindes del piso. En cada una de las entradas del piso se habían formado intensas barricadas de monstruos que taponaban por completo toda vía de escape. Ahora mismo estar allí era un trampa fatal.

Un poco más lejos, sin embargo, el choque acústico entre las armas de los aventureros y la coraza de los monstruos cubría al completo el campo de batalla que empezaba a formarse con todo atisbo de demora.

— KYAAAAAAAAAAAAHHH 

*¡FUM!*

Sin poder pararse a recuperar el aliento, Mikoto encaró a la horda que tenía más próxima — m - maldita sea... ¿¡de dónde demonios salen tantos!? ¡Se supone que el pelotón de asalto se encargaría de ellos! 

*Gruñidos*

La aventurera se puso en guardia entre jadeos. No podía perder la concentración en ningún momento, ni siquiera para suspirar, y ya comenzaba a notar los efectos de la fatiga — C - Cómo esto siga así... Estaré acabada de aquí a no mucho... — el sudor ya corría de manera descontrolada sobre su piel y sus movimientos empezaban a ser torpes. Para su desgracia, el resto de aventureros ofensivos estaban en el mismo punto crítico que ella.

— ¡¡GROAAAAAAAAAAAAAAAH!!

— ¡Tsk, ahí viene!

De un segundo a otro, uno de los monstruos se lanzó a la carrera con el mero objetivo de embestir a Mikoto, pero había algo raro en él. Sus movimientos, lejos de ser precisos, parecían indicar que no fuese capaz de seguir una trazada recta. Así mismo, todos y cada uno de sus zarandeos terminaban con fuertes impactos contra el suelo que arrasaban al completo con todo.  Era casi como si fuese inestable.

 — ¿Pero qué demonios...? — Mikoto no entendía nada — Algo anda mal con estos tipos

*¡¡PRUM!!*

Casi por los pelos, la aventurera logró reaccionar en el último segundo y esquivó con éxito la embestida de su oponente. A falta de escasos centímetros de haber podido recibir el golpe, Mikoto sintió como se le ponía la piel de gallina.

"¡Por que poco!¡Casi no lo cuento!"

¡¡!!

Luego de haber tomado la distancia necesaria como para preparar un contraataque o esquivar a su oponente, Mikoto volvió  a su postura de combate y apuntó directo a la coraza de la bestia. Del mismo modo, este último también se había parado sobre sus patas tratando de imitar algún tipo de postura extraña.

— ¡Ni pienses que me dejaré vencer por un monstruo de tu calaña!

—¡¡¡¡GROAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAR!!!

Como con un flashback de la primera pelea entre Bell y el minotauro rojo, ambas unidades se lanzaron al ataque entre sí, cargando con todas sus fuerzas e intenciones asesinas, pero....

— ¿¡Qué!? 

De pronto, una especie de aura oscura cubrió por completo a la bestia y su presencia se multiplicó al menos en un x3. Ahora de ella emanaba una energía totalmente abrumadora. El desafío ya estaba en modo hardcore.

*glurp* jejeje... veo que no me lo piensas poner sencillo ¿eh?

— Brff... Brff... Brfff...

Mikoto trató de aparcar su miedo por unos instantes — muy bien... ¡Entonces vamos a ello! 

Nuevamente, ambos contendientes cargaron uno contra el otro y lograron encajar simultáneamente los ataques de su opuesto. Con un fugaz zarandeo, el intercambio de golpes dió rápidamente inicio.

Danmachi: Una Leyenda OratoriaWhere stories live. Discover now