Mil razones para quererte

11. Estado del trauma: no superado

ETHAN

Me desperté tras escuchar una acalorada discusión entre mis padres que termino con un portazo y mi padre, de nuevo, fuera de casa.

Al encender el móvil y ver las notificaciones me encontré con que tenía varios mensajes sin leer de mi grupo de amigos.

Carter: ¿Os apetece que quedemos mañana?

Jacob: Claro, mañana no tengo nada.

Aiden: Que va, yo no puedo 🙁

Carter: Que mal tío.

Respondí con un sí a la propuesta de Carter y bajé a decirle a mi madre que iba a salir. Y después de comer me prepare para irme con mis amigos.

*  *  *

Nos encontrábamos en un merendero pasando el rato mis amigos y yo, estábamos manteniendo una conversación aparentemente normal, pero todos los presentes podían sentir la tensión entre Carter y Jacob que hasta podía cortarse con un cuchillo, se contradecían en cada frase que decían, y todos notábamos como la tensión entre ellos iba aumentado por momentos.

Ninguno de nosotros nos atrevíamos a decir nada por temor a que la situación nos salpicase a nosotros también, por lo que nos dedicamos a intercambiar miradas entre nosotros cada vez que decían alguna de sus pullas, algo que no era habitual entre ellos, ya que consideramos que son grandes amigos.

Estaba claro que la situación venía de más atrás y era como un globo que se infla y se infla hasta que termina por lo que todo el mundo sabe, explotar, y este que parecía que iba a explotar en cualquier momento ya que todos sabíamos que Carter se había enrollado con Avery, la novia de Jacob, pero nadie había dicho nada y nadie tenía pensado decir nada hasta que una cosa llevó a la otra y...

—Al menos mi novia no me ha puesto los cuernos con mi mejor amigo—gritó Carter.

Y ese fue el detonante de una gran discusión que se les fue de las manos.

Eso había sido un golpe bajo, pese a que Carter era mi amigo y obviamente le apoyaba y quería, tenía que admitir que ahí se había pasado de la raya aunque más se pasó Jacob con lo que ocurrió a continuación.

Jacob lanzó un puñetazo y llegó disparado hacia la cara de Carter y después de ese, otro y otro hasta que Carter cayó en redondo al suelo. Pero este se levanta a los pocos segundos del suelo aturdido.

—¿Tío se puede saber qué coño te pasa? —Preguntó Will enfadado.

Y antes de que Jacob pudiese responder a la pregunta recibió un puñetazo completamente inesperado por detrás directo en las costillas de parte de Carter.

Fue entonces cuando la pelea se descontroló — si es que en algún momento lo había estado — y me quede completamente bloqueado, mis amigos empezaron a gritarme que les ayudara que no me quedase ahí parado, pero no reaccioné, no hice nada al ver la situación que estaba ocurriendo delante de mis ojos, simplemente me quedé paralizado, congelado, me quede ausente.

Y fue ahí al no hacer nada para que pararan de pelear me volví a sentir como un niño de siete años indefenso que no podía dejar de llorar, al ver como sus padres discutían una y otra vez, volviendo a recordar como mi padre por primera vez le alzaba la mano a mi madre y le daba una bofetada y yo sentía que tenía que hacer algo para que mi padre parara, pero solo era un niño asustado e indefenso.

Escondía la cabeza entre mis rodillas, cerraba los ojos haciendo tanta fuerza que hasta me dolían los párpados y me tapaba los oídos para no escuchar como mi madre lloraba y como mi padre la abofeteaba como una muñeca de trapo, me sentía muy mal, pero, ¿qué podía hacer yo?

Y siempre he estado muy arrepentido de ello, es algo que me atormenta cada día, tenía que haber hecho algo para impedirlo, y tal vez las cosas hubieran sido diferentes.

Le he pedido perdón a mi madre por permitirlo millones de veces y ella siempre me dice que no fue culpa mía, pero yo no puedo dejar de sentirme culpable, por no tratar de pararle los pies a mi padre en su momento.

Mis amigos me gritaban, pero les ignoraba, Aiden no estaba ahí, sé que si él hubiera estado ahí no hubiera gritado porque es el único de mis amigos que sabe lo que me pasa con mi padre y porque nunca hago nada cuando se produce una situación así, me bloqueo y me paralizo, es algo que no puedo superar.

*  *  *

Al regresar a casa hable con mi madre de lo ocurrido y de cómo me había sentido respecto a ello. Ella comprendió mi situación perfectamente y me ayudó en todo lo que pudo, también me dijo que tenía que volver al psicólogo, no estaba bien. Ella tampoco lo estaba, me tenía preocupado porque yo si que no tenia ni idea de cómo podía ayudarla.

Definitivamente los dos habíamos tenido un mal día, pero, como ella siempre me decía cuando era pequeño, al final del día siempre nos tendremos el uno al otro, siempre y para siempre.