5. Contando historias

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 ETHAN

Mis padres habían vuelto a discutir como de costumbre, pero esta vez era menor medida. No sé porque estaban discutiendo, pero seguramente seria porque mi padre estaba borracho otra vez así que hice lo que hago siempre. Salir por la ventana de mi cuarto e irme a la playa.

Siempre lo hago porque el sonido de las olas chocando contra la arena una y otra vez me produce una sensación de paz y tranquilidad. Necesitaba salir de casa para así no escuchar los gritos de ambos.

Ya le había dicho a mi madre quinientas veces que le pusiera la denuncia de una vez, pero ella no me hacía caso ya que tenía miedo de que cuando cumpliera sus constantes amenazas, aunque en más de una ocasión hemos estado a punto de acudir a la policía. Y he de admitir que si es verdad que a mí también me da miedo alguna vez he tenido pesadillas con eso, y cada vez son más frecuentes.

Estaba tumbado en la arena yo solo con mis pensamientos y con el sonido de las olas cuando de repente escuché el relinchar de un caballo. Alcé la vista y vi a Ashley montada en él. Cuando se percató de que era yo se bajó para saludarme y me pregunto que, si quería acompañarla a las cuadras, por supuesto la dije que sí. Después la invite a dar un paseo. Le dije que sí que iría porque si no me volvería a casa y no me apetecía.

Cuando estábamos llegando al establo del caballo la pregunte:

–¿Hace cuánto que montas? –

–Desde que tengo ocho años. Siempre me han gustado mucho los animales desde pequeña ¿Tú haces algún deporte? –

–Antes jugaba al hockey, pero ahora solo toco la guitarra clásica–

–¿Por qué ya no juegas? – me preguntó

–Esa es una larga historia que ya te contaré algún día mariposita–

Mil razones para quererteWhere stories live. Discover now