ᴬᵐᵉⁿᵃᶻᵃʳ ᶜᵒⁿ ᵒᵇʲᵉᵗᵒˢ ᵒ ᵃʳᵐᵃˢ, ᵃᵐᵉⁿᵃᶻᵃʳ ᵈᵉ ᵐᵘᵉʳᵗᵉ

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Mi corazón latía frenéticamente, podía sentir cómo estaba a punto de salirse. Mi cabeza era un desastre, con tantos pensamientos rondando en ella. No eran pensamientos buenos, eran abrumadores.

Todo era borroso, quizás eran secuelas de las horas en las que estuve llorando en el suelo como un cobarde.

Los músculos no respondían ante mis intentos de levantarme del piso. Estoy totalmente agotado.

Si alguien llegara a tumbar esa puerta y me viera, jurarían que estaría muerto. Aunque no estarían tan alejados de la realidad.

Tom había llegado hace rato, pero ni siquiera me digné a salir a verlo. Sería denigrante que me viera tan deplorable. Sentiría lástima por mí. Solo deje que se fuera, autosaboteándome nuevamente.

Me odiaba por hacer preocupar a las personas que quiero. Ellos no deben meterse en esto ni preocuparse. Es algo que yo mismo causé y no puedo simplemente derrumbarme y querer que me ayuden por lástima. Tendría que salir de esto solo, pero ya lo siento imposible.

Estuve tan cegado por amor durante tanto tiempo que nunca noté el daño que causaba en mí.

Hunter fue un gran pilar en mi vida, pero ese mismo pilar se estaba derrumbando encima de mí.

Jake giró su cuerpo y quedó observando el techo de la habitación. Era un desastre.

—¡Ah!— Un gran quejido inundó el silencio abrumador del dormitorio.

Jake se levantó con dificultad del frío suelo. Al pararse, sintió un mareo extremo que casi le hizo perder el equilibrio.

Estuvo unos segundos apoyado contra la pared y comenzó a caminar en dirección al baño.

Cada paso que daba, sentía espasmos de eventos pasados, de las cosas que alguna vez sufrió en ese lugar.

Con dificultad, llegó al baño, y lo primero que lo recibió fue el espejo de la pared, que le dio un golpe de realidad al ver su aspecto.

Jake mentiría si dijera que no sintió ganas de vomitar al ver su reflejo.

Se quedó estático, observando cada detalle de su imperfecta cara.

—Ahora sí entiendo a Hunter —susurró para sí mismo, mientras pasaba las yemas de sus dedos por su rostro.

—¿Quién querría estar conmigo? —dijo Jake riéndose de sí mismo.

Siguió riéndose mientras se despojaba de la ropa que tenía puesta para entrar a la ducha.

Sentir las gotas frías caer sobre su cuerpo era una sensación reconfortante.

(...)

Riya compartía junto a Connor una mirada incómoda.

Hunter había llegado del trabajo, pero en vez de dirigirse a casa, se fue a la casa de Riya. Ambos eran amigos de años, y él sabía que siempre estaría ella para acogerlo con los brazos abiertos.

Pero lo que no sabía era que las cosas habían cambiado desde hace tiempo.

Con sentir la presencia de Hunter, era inevitable no sentir escalofríos al tenerlo cerca. Y peor aún si estaba sentado en tu sala de estar.

—Yyy, ¿Qué tal te va? —preguntó la actriz, rompiendo el silencio que había entre ellos.

El pelinegro separó su mirada del suelo y fue directo a ver a la mujer.

—Todo bien, algo estresado —respondió.

Connor estaba más que incómodo; odiaba tenerlo cara a cara.

Violentometro [Hunter x Jake]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora