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—II: Klaus—

LA NOTICIA DEL DÍA: ¡ELENA había despertado a Elijah! Como si las cosas no estuvieran complicadas, ahora debía de estar al tanto de ella mientras tenía a Damon y Stefan gritándole sobre aquel desliz de su parte

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LA NOTICIA DEL DÍA: ¡ELENA había despertado a Elijah! Como si las cosas no estuvieran complicadas, ahora debía de estar al tanto de ella mientras tenía a Damon y Stefan gritándole sobre aquel desliz de su parte.

¡Pero ella no tenía la culpa! Por primera vez en mucho tiempo había podido dormir como bebé en una casa enorme llena de vampiros. Stefan lo comprendió de inmediato, Damon también.

Pero necesitaba a alguien con quién desquitar su enojo.

― ¡No me grites así, Damon Salvatore! ― rugió furiosa mientras se cepillaba el cabello. Haciendo que ambos hermanos guardaran silencio ― Déjame decirte algo que tal vez sorprenda a la rata que llevas dentro de tu cabeza: no es mi obligación cuidar a Elena, soy humana, yo necesito mis horas de sueño y aunque te parezca fascinante, es algo que todos los humanos necesitamos.

Damon gruñó por lo bajo, sabiendo que tenía razón. Se acercó a ella mientras le daba un beso en la frente, de esa manera se disculpaba pues no era de decir palabras.

En cambio, Stefan era demasiado bueno con ellas. ― Perdona, Lex. Tienes razón, nosotros estamos enojados con nosotros mismos por eso, sé que apenas pudiste dormir esta noche y te pido disculpas.

Alexandra sonrió yendo a abrazar al menor de los Salvatore que la recibió gustoso.

― Estás perdonado por ser una buena persona, Stefy.

No podía negar que los brazos de Stefan eran como su lugar seguro.

― Ahora, debemos de enfocarnos en encontrar a Elena antes de que el vampirito abuelo la mate.

Alexa rodó sus ojos acomodándose la diadema de su cabello, caminando hacia la sala con ambos detrás. ― Créeme, Elijah no le va a hacer nada.

― ¿Por qué estás tan segura?

Eso mismo se preguntó, fue como si conociera a Elijah y tuviera la certeza de que jamás le haría daño a alguien inocente. Se encogió de hombros. ― Se ve buena persona.

Damon aplaudió. ― Gracias, confiaremos en tu sexto sentido para no ir a buscarla.

Alexa suspiró, no le gustaba el modo protector que tomaba Damon cada que algo parecía pasarle a Elena, estaba empezando a exasperarla y la mejor manera era ignorarlo y concentrarse en el hermano bueno, Stefan.

― En la llamada dejó claro que no quería que interviniéramos, dejémosla hacer lo suyo.

― Lo suyo va a terminar matándola ― Damon rugió. ― Yo tengo una mejor manera de hacerlo.

Alexa se sentó en el sillón concentrada en la fogata que siempre mantenían prendida, mientras intentaba recordar dónde diablos había dejado su teléfono con la pelea de los Salvatore de fondo.

The Great War || Klaus Mikaelson Where stories live. Discover now