A decir verdad, aunque tuviera o no la intención indagar un poco más, no puedo saber ni suponer la razón por la que comenzó a llorar, porque nuevamente no se me ocurre nada respecto al tema.

Estos últimos dos días había pensado en hablarle desde la cuenta secundaria para enterarme mínimamente de su paradero, pero con distracciones de por medio, sabiendo que era algo que no me concernía y por más que haya estado presente en el momento; decidí no hablarle, mucho menos por el hecho de que a ratos, se me hacía incómodo recordar la existencia de ese segundo perfil de mi parte.

Pero por otro lado, más me incomodaba el pensar en deshacerme de él.

No sé, ¿puede ser que sí ande en mis días?

Encima, desde ayer por la noche que ando con un ligero dolor de cabeza, sintiendo molestias en la garganta también.

—Aaaah, ¡Sasuke, ven! —escuché la voz de una mujer a pocos pasos de mi alcance. Cuando me detuve y viré mi cabeza en dirección a ella, pude ver a la señora Sanjō detrás de la cerca de su casa, moviendo su mano para llamar mi atención.

En muy pocas ocasiones me la había topado por el pasaje, y extrañado porque ésta me llamara, me acerqué aprovechando de que me encontraba en la misma vereda que la de mi hogar, situada a tan sólo unos cuántos metros más.

—Hola.

—¿Cómo has estado, muchacho? Hace muchísimo tiempo que no me topaba contigo —dijo ella, sonriendo abiertamente y mostrando esos característicos dientes pequeños que se traía—, ¿cómo has vuelto de tu viaje?

Pfff, ya van más de cuatro meses desde que regresé.

—Bien.

—Tu madre siempre me habla mucho sobre eso, y me ha informado varias veces el terror que sintió junto con tu padre por no poder estar cerca de ti durante ese tiempo. A mí me encantaría que mi pequeño Atsu se animara a salir de su jaula, pero con sus condiciones, es incapaz... —continuó diciendo, soltando un suspiro a poco menos de dolencia y con la mirada media estática, pero me mantuve en silencio, sin tener idea de lo que hablaba. No sé quién es Atsu, no sé a qué se refiere con condiciones, no sé porqué mencionó lo del supuesto terror que sufrieron mis padres, y ni siquiera conozco el nombre de esta mujer. Sólo sé que se apellida Sanjō— Bueno, sólo quería entregarte esto. Se lo debía a tu madre —dijo, ofreciéndome unos billetes que había extraído de su bolsillo.

Con confusión, observé el dinero un minuto.

—¿Y esto por qué?

—Oh, ¿no ves? Tu madre nuevamente extrajo todas las malezas de mi jardín, podó mi césped y limpió —dijo, señalándome toda su área verde.

Observé ésta misma y, en efecto, pude notar el estado en el que se encontraba. Parecía reluciente y casi como nueva. Está bastante claro que mi madre posee una fina mano para cosas como estas. En nuestra casa sobre todo y justo en el jardín trasero, posee un montón de plantas que cuida como si fueran sus propias hijas, y muchas veces ha madrugado para mantener el patio delantero impecable.

Pero luego miré el dinero. Eran ¥7.000 en total.

Desde la última vez, no tenía idea de que mi madre había vuelto a echarle una ayuda a la señora Sanjō para arreglar su jardín. Y al parecer, esta última estaba bastante conforme con el resultado.

—Gracias —guardé el dinero en el bolsillo, dispuesto a marcharme.

—No hay de qué, chico —contestó la señora volviendo a sonreír, aunque antes de darme la vuelta, volvió a llamar mi atención— ¡Oh! Casi olvidaba preguntarte, ¿te ha gustado el whisky que le obsequié a tu madre la semana pasada?

Armony  ⌊ SasuSaku ⌉Where stories live. Discover now