✧ Capítulo 1 ✧

119 19 10
                                    

«I'm no sweet dream, but I'm a hell of a night»

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

«I'm no sweet dream, but I'm a hell of a night». Nightmare, Halsey.


PANDORA

1 de octubre.

Me desperté con un dolor de cabeza tan intenso que, al incorporarme en la cama, sentí que estaba a punto de caerme. Gemí audiblemente y me tumbé sobre la cama de nuevo.

¿Qué-demonios-había sucedido?

No recordaba nada.

—Joder.

El dolor de cabeza no remitió, pero fui capaz de abrir los ojos y fijarme en mi habitación oscura. ¿Habría bebido la noche anterior? Sí, había habido una fiesta, por supuesto que había bebido... ¿verdad?

Me levanté con dificultad. Emma no estaba en su cama, debía de haberse despertado muy pronto, pues solo eran las ocho de la mañana. Yo nunca podía dormir bien cuando había bebido y la noche anterior debía de haber sido una fiesta demasiado descontrolada. Esperaba no haber hecho ninguna tontería, lo último que quería era que alguien me enseñara un vídeo mío vomitando en alguno de los baños del colegio.

La cama de Emma estaba perfectamente hecha y yo puse los ojos en blanco al reparar en ello. Apenas llevaba unas semanas compartiendo habitación con ella, pero era tan ordenada que resultaba insoportable.

Necesitaba una ducha. La boca me sabía a rayos y olía a sudor. En definitiva: daba asco. Como pude, me arrastré hasta el baño, encendí el agua caliente y entré en la ducha de cristal. Solo cuando el agua comenzó a caer sobre mí reparé, por primera vez, en que el líquido no era transparente, no completamente, al menos. Sangre. Había sangre.

¿Me había venido la regla?

Comprobé que no era así cuando pude comprobar que la sangre venía de dos lugares fundamentales: mis manos y mi pelo. La cabeza me dolía a rabiar y, al parecer tenía una herida, pero... ¿la sangre en mis manos? ¿Era mía? Debía de haberme caído, ¿qué otra explicación había?

—Espero que no haya sido una pelea -susurré para mí misma—, por mi propio bien.

El simple pensamiento de haberme metido en alguna pelea la noche anterior, y además de haber salido perdiendo, amenazaba con hacer que me desmayara. Quizás la fiesta había sido demasiado para mí.

Ser la chica nueva en ese internado no era fácil, no cuando ya tenía dieciocho años. Si ya era difícil encontrar amigos antes, hacerlo ahora, cuando tan solo quedaba un año para graduarme, las cosas eran aún más difíciles. Por lo general, nunca había encajado bien con los chicos ricos de mi edad y ese lugar... ese lugar era un maldito nido de niños pijos.

Cuando salí del baño, la cama vacía de Emma seguía tan perfecta como antes. ¿Qué tendría que hacer mi compañera un domingo a esas horas?

No quise pensarlo más, a decir verdad, no me importaba en absoluto lo que hiciera esa chica. Me vestí con ropa cómoda y salí de la habitación. Podía sentir que algo había sucedido la noche anterior y, fuera lo que fuera, quería enterarme cuanto antes.

⚜︎⚜︎

El comedor estaba vacío. Tan solo un par de alumnos se encontraban allí y, a diferencia de mí, era evidente que ellos no habían acudido a ninguna fiesta la noche anterior. Estaba claro que eran estudiosos y aplicados, probablemente no malgastarían su tiempo en algo tan pretencioso y vacío como perder la consciencia después de seis vodkas en una fiesta organizada a espaldas de los profesores.

Los fines de semana, la Academia estaba muy tranquila. Muchos de los estudiantes se marchaban a su casa -los que tenían una, claro- y otros permanecían allí todos los días, a excepción de los meses de verano. Yo, que tan solo acababa de llegar, ya podía contarme como una de ellos. No pensaba regresar a mi casa a no ser que fuera estrictamente necesario.

El personal de las cocinas ya se encontraba trabajando y yo pasé por el mostrador intentando no llamar demasiado la atención. Agarré una manzana y una taza de café, pero, tan pronto como me senté ante una mesa, sentí que mi estómago rechazaba la mera idea de consumir ningún tipo de alimento. Sentí una arcada al contemplar la manzana y acabé apartándola de mi vista, centrándome en el café.

Entonces apareció él.

Levanté la vista perezosamente hasta fijarla en una sudadera negra que contrastaba profundamente con su cabello rubio, tan claro que me había sorprendido al verlo la primera vez. Hunter Alexandre no era el tipo de chico al que esperaba ver allí a las ocho y cuarto de la mañana un domingo después de la fiesta. Habría jurado que él había permanecido allí hasta tarde la noche anterior...

Un pinchazo atenazó mi cabeza al pensarlo y, de inmediato, el recuerdo de Hunter en esa fiesta pareció esfumarse y tratar de evocarlo se hizo doloroso. Esa imagen había estado ahí solo un segundo antes, recordaba a Hunter observándome a solo unos metros de distancia la noche anterior, quizás a punto de decirme algo... pero era incapaz de revivirla otra vez.

Me toqué la nuca y noté que una costra comenzaba a formarse en la sangre, ya seca, que había salido de mi herida. Con un gesto indiferente me coloqué la capucha de mi sudadera y tomé un sorbo de mi café sin dejar de observar a Hunter. Lo vi tomar una manzana verde, como la mía, y morderla allí mismo, sin esperar a sentarse. Durante los siguientes segundos, el joven pareció decidir si agarrar algo más de ese mostrador repleto de decenas de alimentos. Alzó la mano, como si estuviera a punto de dirigirla a un pequeño pastel de chocolate. Mi corazón se detuvo un instante.

Sus manos...

Sus manos también tenían sangre, o restos de ella.

Dejé el café sobre la mesa y mi respiración se aceleró cuando Hunter se giró hacia mí, aún con la manzana en la mano. No supe si se había percatado de a dónde se dirigían mis ojos, pero cubrió sus manos con la tela de su chaqueta y me sostuvo la mirada.

Sus ojos eran azules, muy claros. Los ojos de un vikingo, de un actor de Hollywood. Los ojos de un fantasma.

Mis manos temblaban y agarré la taza de café con más fuerza. Pese a no recordar nada concreto, de pronto tuve una revelación innegable: algo había pasado con Hunter Alexandre la noche anterior.

Y, maldita fuera, ese algo no podía ser bueno.


⚜︎

¡Mil gracias por estar aquí! No olvidéis votar y comentar si os ha gustado el capítulo. ¿Desde dónde me leéis?

 ¿Desde dónde me leéis?

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
Los 7 infiernos de Hunter Alexandre.  [Fantasía/Romance].Where stories live. Discover now