Dentro de pocos segundos se comenzaron a intensificar los golpes y gruñidos, y con ellos se intensificaban los miedos del grupo.
Empezó lo que parecía ser una pelea, escuchaba los gemidos de dolor de Liam y un tormentoso chillido incesante que perforaba los oídos de Ariadne haciéndole imposible poder concentrarse.
Amber había alzado la cabeza para ver qué era lo que estaba pasando y ahogó un grito de enfado.
-¿Qué pasó cariño? .- preguntó Serena con una tranquilidad alarmante para la situación.
La pelinegra sin dar ninguna explicación pasó por encima de Piero quien soltó un quejido y abrió la puerta del auto para a continuación salir gateando.
-¿Estás loca? Regresa a tu sitio.- ordenó Frank al borde de la paciencia.
Ariadne se sentía sofocada y cansada, decidió seguir el ejemplo de Amber y salir del auto.
El rocoso suelo de la pista le dañaba las rodillas pero las vendas se aferraban lo más que podían a ella. Fue detrás de su compañera quien se había quedado aferrada al lado de la última rueda asomando la cabeza. Antes de poder acercarse demasiado a ella, sintió que alguien la tomaba por los hombros y le tapaba la boca.
Intentó zafarse de inmediato pero, la posición en la que se encontraba no le favorecía.
-No te muevas tanto.- le susurro al oído.
Ariadne se relajo un poco al escuchar la voz de Liam. Este se disponía a regresarla a su asiento cuando un gruñido de dolor lo alertó.
Liam se puso de pie y salió en busca de la fuente de ese ruido, empujó suavemente a Amber hacía atrás dándole a entender que debía volver. Sin embargo, esto solo pareció aumentar el enfado de Amber quien se terminó de poner en pie y lo siguió.
La princesa gateó tanto como le permitían sus rodillas y tomó a Amber de sus botas de cuero para frenarla.
-¿Qué haces?
-Ayúdame a levantarme- le pidió Ariadne con el propósito de ganar tiempo y evitar que se acercara más al peligro.
Amber sin rechistar la tomó por los brazos y la levantó. Por la contextura delgada y tan estilizada de Amber no parecía tener mucha fuerza pero, su agarre no era tembloroso ni débil.
-¿Qué es lo que viste? .- preguntó Ariadne.
-La pregunta es a quién vi.
-¿A esa cosa?- susurró la princesa con asco en la voz.
-Ya quisiera.- musitó Amber dándole la espalda y señalando hacia Liam quien conversaba seriamente con un hombre encapuchado.
-Él no es...
-El que casi destroza mi espalda- Amber terminó la oración.
-¿Crees que él hacía esos ruidos extraños? No creo que sea posible.
-No, él no los hacía.- la pelinegra a continuación le señaló un arbusto cercano.
-No estoy entendiendo
Amber no le respondió pero centró sus ojos en aquel conjunto de ramas que su compañera había señalado y se percató de algo inusual. Un líquido goteaba de él. Sangre.
-Si vomitas no lo hagas tan cerca de mi.- le recomendó Amber alejándose un par de pasos de ella.
-Qué asco.- pronunció Ariadne apartando de inmediato la mirada por miedo a terminar de analizar el panorama.
-¡Ey, tú!.- gritó la pelinegra de repente
Ariadne exaltada la tomó del brazo y la jalo hacia atrás.
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Sirey
Science FictionEn las sombras de la misteriosa desaparición del venerado rey de Sirey, el reino se sumerge en una vorágine de incertidumbre. Edgar, el primogénito destinado a heredar el trono, se enfrenta a la desafiante tarea de mantener la cohesión del parlament...