Capítulo 7.2

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Dentro de pocos segundos se comenzaron a intensificar los golpes y gruñidos, y con ellos se intensificaban los miedos del grupo.

Empezó lo que parecía ser una pelea, escuchaba los gemidos de dolor de Liam y un tormentoso chillido incesante que perforaba los oídos de Ariadne haciéndole imposible poder concentrarse.

Amber había alzado la cabeza para ver qué era lo que estaba pasando y ahogó un grito de enfado.

-¿Qué pasó cariño? .- preguntó Serena con una tranquilidad alarmante para la situación.

La pelinegra sin dar ninguna explicación pasó por encima de Piero quien soltó un quejido y abrió la puerta del auto para a continuación salir gateando.

-¿Estás loca? Regresa a tu sitio.- ordenó Frank al borde de la paciencia.

Ariadne se sentía sofocada y cansada, decidió seguir el ejemplo de Amber y salir del auto.

El rocoso suelo de la pista le dañaba las rodillas pero las vendas se aferraban lo más que podían a ella. Fue detrás de su compañera quien se había quedado aferrada al lado de la última rueda asomando la cabeza. Antes de poder acercarse demasiado a ella, sintió que alguien la tomaba por los hombros y le tapaba la boca.

Intentó zafarse de inmediato pero, la posición en la que se encontraba no le favorecía.

-No te muevas tanto.- le susurro al oído.

Ariadne se relajo un poco al escuchar la voz de Liam. Este se disponía a regresarla a su asiento cuando un gruñido de dolor lo alertó.

Liam se puso de pie y salió en busca de la fuente de ese ruido, empujó suavemente a Amber hacía atrás dándole a entender que debía volver. Sin embargo, esto solo pareció aumentar el enfado de Amber quien se terminó de poner en pie y lo siguió.

La princesa gateó tanto como le permitían sus rodillas y tomó a Amber de sus botas de cuero para frenarla.

-¿Qué haces?

-Ayúdame a levantarme- le pidió Ariadne con el propósito de ganar tiempo y evitar que se acercara más al peligro.

Amber sin rechistar la tomó por los brazos y la levantó. Por la contextura delgada y tan estilizada de Amber no parecía tener mucha fuerza pero, su agarre no era tembloroso ni débil.

-¿Qué es lo que viste? .- preguntó Ariadne.

-La pregunta es a quién vi.

-¿A esa cosa?- susurró la princesa con asco en la voz.

-Ya quisiera.- musitó Amber dándole la espalda y señalando hacia Liam quien conversaba seriamente con un hombre encapuchado.

-Él no es...

-El que casi destroza mi espalda- Amber terminó la oración.

-¿Crees que él hacía esos ruidos extraños? No creo que sea posible.

-No, él no los hacía.- la pelinegra a continuación le señaló un arbusto cercano.

-No estoy entendiendo

Amber no le respondió pero centró sus ojos en aquel conjunto de ramas que su compañera había señalado y se percató de algo inusual. Un líquido goteaba de él. Sangre.

-Si vomitas no lo hagas tan cerca de mi.- le recomendó Amber alejándose un par de pasos de ella.

-Qué asco.- pronunció Ariadne apartando de inmediato la mirada por miedo a terminar de analizar el panorama.

-¡Ey, tú!.- gritó la pelinegra de repente

Ariadne exaltada la tomó del brazo y la jalo hacia atrás.

SireyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora