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Los ojos violetas estaban completamente dilatados, sus mejillas estaban rojas y perladas con un poco de sudor, sintió las uñas largas pasearse por su cabello rubio. Tragó duro. Kaida Ishibashi sin duda había atrapado su corazón desde el primer día, muy a su pesar, en serio que quería apartarla, activamente trataba de mantenerla lejos de él y de sus ojos.

Pero, en ese momento y gracias a todo ese alcohol en su sistema, podía pensar en eso sin querer gritar o arrancarse los parpados. Su cuerpo era exquisito y la forma tan caliente en la que lo estaba mirando, ahí recostada en sus sabanas negras, casi le hacía explotar y no únicamente el corazón. Y maldición, olía tan bien. Siempre olía tan bien.

- Katsuki – susurró entre el beso. Sintió su cuerpo apretarse al de él. Decidió que no había lugar para la resistencia o la contención.

Quizá, podría estar bien.

...

Se despertó con el aire atorado en la garganta y la entrepierna adolorida. Limpió el sudor de su cara con la palma de la mano. Solo habían pasado unas putas semanas, y de no ser porque él era Bakugo Katsuki, lo tendría a sus pies.

Odiaba la atención que siempre tenía encima, odiaba la forma en que la miraban como si fuera un espectáculo. Ya fuera en el pasillo de la escuela, en clase, en el festival de verano, siempre había alguien observándola, como si estuvieran esperando a saltarle encima. Lo peor, era que ella ni si quiera parecía darse cuenta.

Tendría que empezar a importarle menos, despues de todo, quien iba a subirla a su motocicleta era él. Los segundones podían seguir viéndola desde lejos.

Sonrió en su soledad.

A pesar de que la noche anterior su familia había celebrado hasta tarde, poder dormir se le había hecho casi imposible, pensar en verla lo ponía de los nervios; estaba a nada de mandarle un mensaje para cancelarle.

Tenía una reputación que mantener.

Para Kaida, ese sábado inicio desde muy temprano, para su pesar, en realidad

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Para Kaida, ese sábado inicio desde muy temprano, para su pesar, en realidad. El almuerzo en el restaurante dentro del edificio de la cede de Willow fue cansado, pero también había sido lindo ser festejada por héroes reconocidos y sonreír para fotógrafos, pronto tendría que hacérsele hábito, eso había dicho su madre. Podría decir, que incluso el insoportable pájaro de alas rojas se había comportado bien, seguro bajo las amenazas de su estricta hermana.

Pero estaba ansiosa, la idea de su cita de esa noche no la dejaba estar tranquila. Ni las vistas de la terraza, ni la distinguida compañía que tenía le podían sacar de la cabeza aquellos ojos bermellón. Pudo entonces recordar esa sonrisa brillante de delito en medio de la noche, las manos en su cintura. Ese olor. Tenía que conseguir el nombre de su perfume o robarle un hoddie.

Perdió su vista fuera del cristal ¿Era normal seguir pensando en eso? Por la mañana, mientras se alistaba para salir, pudo recordar la risa ronca y como habían subido entre besos y tropezones a su habitación. El olor a sudor y cerveza aun no se iba del todo de su nariz.

Taste of Gale (Katsuki Bakugou)Where stories live. Discover now