Capítulo 11

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"Creo que me estoy enamorando de ti"  
Las únicas palabras grabadas en la cabeza del chico de cabellos rubios, quien ahora se encontraba mirando a la pared mientras que el dueño de tal confesión se deshacía en llanto delante de él.
Le estaba tomando bastante tiempo saber que decir. A pesar de querer saber que sucedía con Joshua, Jeonghan jamás esperó que el motivo fuera él. Sin embargo, ahí estaba, sin nada que decir aún con la cabeza llena de pensamientos.
-No... no me odies...- Los ojos del rubio rápidamente cayeron en la mirada suplicante de Joshua. -Por favor...- no hubo respuesta.
Minutos que se sintieron como horas pasaron entre ambas miradas, las cuales transmitían señales confusas para ambos chicos.
-Jamás podría.- finalmente el rubio pudo hablar y un suspiro de alivio dentro de toda la angustia escapó de los labios del menor, que en un esfuerzo por acercarse, se desplomó en los brazos de su mejor amigo.
Los ojos de Joshua siempre fueron una debilidad para Jeonghan y verlos rojos y llenos de lágrimas sólo provocaba en el rubio la necesidad de ayudarlo.
-Vamos, creo que necesitas descansar- Dijo, para después tratar de levantar al menor del suelo. Tras un par de intentos, Joshua se encontraba apoyado en el esbelto cuerpo del contrario. -Te llevaré a tu habitación así que caminemos con cuidado.- Joshua balbuceó en respuesta, pero con todo el ruido y la poca atención que Jeonghan prestaba, sus palabras se perdieron.
Mientras subían las escaleras, Jeonghan se encontraba absorto en sus pensamientos.
¿Por qué? ¿Desde cuando? ¿Que es lo que iba a hacer ahora? Todo esto estaba resultando muy difícil para él. Sin embargo, algo tenía claro y era que no quería perder a Joshua, pero como lograría eso cuando el castaño había confesado la única razón que podría separarlos algún día.
Cada escalón era una tortura, cada uno se sentía como un golpe de realidad y a la vez, como una nueva razón para no aceptar lo que estaba ocurriendo.
La tortura pudo haber terminado con el final de las escaleras, pero ahí se encontraba la puerta de la habitación de Joshua. Si bien era el destino, el rubio sabía que dejarlo todo ahí sería el fin.

Con mucho cuidado dejo a Joshua recostado de lado en su cama y se sentó a los pies de esta, observando a su somnoliento amigo. Cuando creyó que Joshua por fin había caído dormido, su voz atormentó sus pensamientos. -¿En que piensas?- la suave pregunta envió escalofríos por la espina del rubio, este se volteó para encontrarse al contrario observándolo con atención a pesar de su evidente cansancio.
-¿Recuerdas cuando éramos niños? Cuando tu mamá cedía a que me quedara en tu casa aún cuando había que ir a la escuela al día siguiente, todas esas noches en las que platicamos en silencio para que no nos escucharan, y cuando inició la secundaria y todos sabían que éramos la mejor dupla de la escuela.- Bufó una pequeña sonrisa al recordarlo, acción que Joshua copió. Ambos estaban con una leve sonrisa nostálgica. -Recuerdo todos y cada uno de los momentos contigo, recuerdo perfectamente la primera vez que me hicieron feliz en mucho tiempo, cuando dejé de sentirme solo e indefenso, porque fuiste tú quien logró eso.- Respondió con todo el afecto del mundo. -Lo recuerdo.-
La mirada de Jeonghan estaba perdida en el rostro de Joshua, con una expresión de angustia, duda y a la vez cargada de sentimientos, cargada de todo el amor que siente por su mejor amigo. En un gran esfuerzo por hablar, se aclaró la garganta y con los ojos bordeando lágrimas replicó.
-Si lo recuerdas, sabrás por qué no puedo aceptar tus sentimientos.- Las lágrimas cayeron. -Sabrás la razón por la que no quiero perder nuestra amistad, por qué no quiero perderte... Si cuando pequeños no pudimos vivir sin el otro... ¿Como lo haremos ahora? Si nos hacemos daño rompiendo nuestra amistad, yo no podría... no podría estar sin ti, Joshua...- Un sollozo angustioso interrumpió las palabras de Jeonghan, que ya no era capaz de ver a su mejor amigo a la cara.

-Por favor... Jeonghan, dime que es lo que sientes, dime la verdad...-  El corazón de Jeonghan se sentía pesado y latía con fuerza, su estómago dolía producto de todas las emociones y aquella petición aumentó su malestar. -Dime ¿Sientes lo mismo?-  El tono suplicante de Joshua hizo que el rubio levantara la cabeza y se animara a responder tal pregunta.
-Yo... yo te amo Joshua, eres la persona que más me importa en este mundo y por la única que haría cualquier cosa...- Suspiró
-Pero no puedo, no esto.-
Como si de un yunque se tratara, el corazón de Joshua se desplomó y Jeonghan pudo sentirlo.
El tiempo volvió a ralentizarse y lo que eran minutos parecían miles de horas. Ninguno decía nada, como si silenciosamente estuvieran aceptando la cruel situación en la que se encontraban.
-Entonces... ¿puedes otorgarme un único deseo?-
Jeonghan observó extrañado a su amigo ante esta pregunta, no creía que fuera un buen momento para pedir deseos. Sin embargo, las lágrimas que surcaban el delicado rostro del castaño le hicieron entender que no se trataba de algo simple. -Claro, cual es tu deseo...- Respondió agotado e intrigado, sin imaginar que tipo de petición era la que el castaño haría.
El castaño suspiró y pronunció en un tono casi inaudible para alguien más que ellos.
-Si es aquí donde mis sentimientos deben quedar y de donde no saldrán jamás. Quiero que aquí quede el único recuerdo de esto, con un beso...-  Atónito, el rubio quedó sin palabra, por lo que el castaño prosiguió. -No te pido más que eso, prometo jamás volver a molestarte con mis sentimientos y si así lo deseas intentaré alejarme para no hacerte daño...- Lo último provocó un dolor en el corazón del rubio, que ante un impulso se acercó al contrario. -Ya te dije que no quiero que te alejes...- Con lágrimas en los ojos, ambos se miraban fijamente. -Por favor...- en un susurro, una súplica más esa noche escapaba de los labios del castaño.
Jeonghan suspiró, admirando aquellos ojos expectantes y lentamente decidió acercar su rostro al de Joshua, quien cerró sus ojos casi por inercia. A menos de un centímetro entre sus labios, Jeonghan observó los labios de Joshua antes de cerrar sus ojos y finalmente eliminar la distancia entre ambas bocas.

El beso fue delicado, lleno de miedo y timidez. Sin embargo, los movimientos de Joshua provocaron que aquel inocente beso se convirtiera en un profundo contacto entre sus labios. Jeonghan estaba confundido, en el limbo asfixiante entre seguir o parar. Cada uno de los pensamientos que atravesaban su cabeza hasta hace unos minutos, ya no estaban. Al intentar seguir los movimientos de Joshua, no pudo evitar sentirse más a gusto con aquella situación. Ambos se encontraban absortos en los labios del otro y fue tan solo el aire el que los obligó a retroceder y dar fin a aquella petición. Las miradas sorprendidas de ambos era lo único evidente en esa escena, no había ni el más mínimo ruido que perturbara aquel silencio que los envolvía.
Nuevamente, Joshua rompió el silencio y con un tono alegre y somnoliento se dirigió al rubio. -Gracias... este fue un amargo, pero perfecto cumpleaños...- Se acercó por última vez a Jeonghan y dejó en su mejilla un dulce beso junto a un tímido susurro antes de volver a recostarse y casi de inmediato dormirse.
También te amo, Jeonghan.

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