Tormenta

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Tan pronto me subí al auto, escuché el tono de llamada de Lisa.
Cerré la puerta y encendí el motor antes de encender la calefacción.
Hacía un frío increíble.

Se aproxima una fuerte tormenta esta noche.
Fuertes vientos, hielo y mucha nieve. 
Ya habían un par de copos cayendo sobre el auto, así que solo esperaba llegar a casa antes de que todo empeore.

Tomé mi teléfono y contesté la llamada justo a tiempo.
Antes de poder hablar, ella ya estaba diciedo mil cosas.
La preocupación en su tono era obvia.

¿Dónde estás, T/n? ¿Estás bien? —Comentó rápidamente. —Se aproxima una fuerte tormenta y las calles son peligrosas, ¿ya estás cerca de casa? 

Lo siento, Lisa —Suspiré. —Tuve que trabajar un poco más de lo esperado, apenas estoy subiendo al auto para ir a casa 

Bien, solo mantente a salvo —Suspiró pesadamente. —Si ves que todo se pone mal, estaciona el auto y ya pensaremos qué hacer —Asentí aunque ella no me viera. —Te amo, ten cuidado

También te quiero, Lily~ Llegaré en un momento 

Dejé mi teléfono en el asiento del copiloto y encendí el auto.
La tormenta comenzó a empeorar mientras iba camino a casa.
La nieve en las calles dificultaba la situación.

No habían muchas personas en la calle.
Solo gente como yo que no tenía más opción que trabajar hasta tarde en un día de tormenta.

Sin embargo, tuve cuidado.
Iba lento pero seguro.
Quería estar a salvo.

Pero mientras más nieve caía, más difícil era todo.
Todos los autos íbamos de forma lenta para estacionarnos al costado de la calle.

Bueno... casi todos. 

Una persona con complejo de Dominic Toretto estaba manejando a toda velocidad.
Y, como ya les dije, las calles se estaban convirtiendo en hielo. 
Pero este genio del volante pensaba que nada sucedería. 

La luz cambió a rojo y, aunque los frenos fueron activados, el carro continuó su camino por aquel hielo.
Y, como supondrán, en dirección hacia mi.
Por desgracia, yo solo estaba concentrada en que el semáforo frente a mi había pasado a verde por fin. 

El golpe fue tan repentino que no tuve tiempo de gritar.
Un leve gemido ahogado salió de mis labios.
Sentía que todo se apagaba; suplicaba que alguien me escuchara.

Lo próximo que escuché fue una voz desconocida a mi lado.
Sentía que movían mi cuerpo, así que abrí los ojos.
Fue difícil al principio; pesaban, como si estuviera muy cansada.

Sin embargo, logré abrirlos.
Estaban subiéndome a la parte trasera de una ambulancia.
Veía como los autos iban lentamente evitando más accidentes.
Pero algo se cruzó por mi mente.

Lisa...

Los paramédicos comenzaron a preguntarme muchas cosas.
Yo no recordaba nada.
Solo su nombre escapaba de mis labios.

Lisa... Necesito a Lisa —Murmuré y los chicos me miraron con el ceño fruncido. —Mi novia... Deben llamarla, la necesito

Lo haremos pero, por favor, no cierres los ojos —Pronunció uno de ellos mientras daba leves golpes en mis mejillas.

Solo recuerdo su leve tacto en mis mejillas.
Pronto había perdido la consciencia de nuevo.

Sin embargo, desperté un rato después.
Rato que, para Lisa, fue una eternidad.
Llevaba horas ahí sosteniendo mi mano.
Ha estado allí desde que recibió aquella terrible llamada. 

¿Lisa? —Murmuré con debilidad, tratando de acostumbrarme a la fuerte iluminación del lugar.

Escuchaba el sonido de la máquina de una forma constante.
Traté de moverme y este aumentó la velocidad.
Mi cuello dolía. Mucho.

Pero sentí un leve apretón en mi mano.
La suave voz de Lisa me calmó al instante.

Aquí estoy, cariño —Murmuraba con delicadeza. —Todo está bien, estoy aquí 

Me giré un poco para verla.
Pude ver los rastros de lágrimas en sus mejillas. 
Los limpié con mi mano y ahí pude ver que estaba conectada a varias máquinas.

¿Estás bien? ¿Cómo te sientes? —Preguntó preocupada, pude ver en su rostro lo mal que estaba.

Todo me duele 

No me sorprende, estuviste en un accidente —Soltó una pequeña risa y acarició mis mejillas. —Lamento que te duela, cariño, pero estás viva y estarás bien —Suspiró. —La llamada que recibí del hospital...

Hizo una pequeña pausa.
Su respiración era temblorosa.
Mordió su labio inferior conteniendo las lágrimas.

Lo siento, Lili —Me disculpé al instante. —Y-yo estaba siendo cuidadosa, lo juro

Lo sé, pero ambas sabemos que no todos son igual de cuidadosos —Suspiró. —Por culpa de ese idota tienes una pierna rota, tu mano necesita un yeso, un par de heridas abiertas

Podría ser peor... —Murmuré al ver que iba a llorar y ella soltó una risa. —Todo estará bien, Lisa —Ella asintió y dejó un beso en mi mano.

Lo sé —Sonrió. —Eres alguien fuerte, puedes superar todo 

Asentí e hice un pequeño puchero.
Ella sonrió y se inclinó a besarme.

Te amo

Te amo, T/n —Continuó besando mi rostro. —Estaba muy preocupada, no sabes lo feliz que estoy al saber que estás bien 

Igual yo... —Murmuré con una sonrisa, acariciando sus manos. —Aunque la recuperación será un largo camino

Tal vez, pero no te preocupes —Me besó. —Porque lo haremos de la mejor manera... juntas

BlackPink y Tú (Vol. 2)Where stories live. Discover now