Capítulo 7

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+Emma

- Señorita Blake, venga a mi oficina- escucho la masculina voz de mi jefe por el intercomunicador.

No respondo, simplemente me pongo de pie, cojo la tablet y salgo rumbo a su oficina.

Entro sin avisar.

- Qué necesita, señor- lo miro.

- Mi traje color negro para la reunión con los japoneses- menciona.

Agrando los ojos.

Ese traje lo llevé ayer a la tintorería.

Pero ese no es el problema.

- Su junta es a las 4pm y son la 2pm. El trayecto hacia la tintorería es de 50 minutos. No voy a llegar a tiempo aunque tuviera alas. Los taxis tardan- explico seria y molesta a la vez.

- No si sigue hablando. Debería darse prisa. Porque el tiempo corre- una sonrisa aparece en sus labios.

Y maldigo por lo sexy que luce esa leve sonrisa de niño bueno.

Sin más remedio, salgo corriendo de la oficina de mi odioso jefe.

Al llegar al primer piso, corro.

Por más que haga señas no se detiene ningun taxi.
A este paso no voy a llegar ni a recoger el traje.

En eso, veo un auto conocido detenerse frente a mí.

- Emma, ¿qué haces aquí?

- Hola, señor Watson. Esperando un taxi- sonrío.

- Sube, te llevo a donde vayas- quisiera negarme pero Giordano quiere su traje.

- Gracias- abro y rapido subo.

- Ponte el cinturón- menciona.

- Listo.

- A dónde te llevo- me mira con aquellos ojos oscuros.

Le doy la dirección de la tintorería.

- No puedo creer que te haga hacer este tipo de cosas- menciona algo molesto luego de decirle que el señor Giordano quiere su traje para una junta.

- Descuide, es mi trabajo- respondo casi a punto de llegar.

Se detiene y bajo corriendo.

Por suerte ya lo tenían listo.

De regreso el señor Watson no dijo nada, solo se dedicó a manejar.

- Gracias. A salvado mi empleo- digo antes de bajar.

- Espera- giro a verlo-. ¿Te parece si nos vemos luego en horarios fuera del trabajo?

- Eh...- no sé ni que decir.

El señor Elliot es casado aunque Erick mencionara el divorcio.
Miro su mano y aún tiene su anillo de casado.

Antes de poder decir algo más, mi telefono suena.

Agradezco a quien quiera que esté llamando en este preciso momento.

Pero me arrepiento al ver que es Giordano.

- ¿Si?

- Olvide el traje. Utilizaré el azul- cuelga.

Despego el aparato de mi oreja y me quedo viendo la pantalla por un segundo.

'Este hijo de...'

- Emma, ¿todo bien?- dirijo mi mirada a él.

- Si, señor Watson. Gracias por la ayuda. Y sobre su invitación... No creo que sea apropiado- lo veo ponerse serio y hasta un tanto triste.

- Entiendo. Nos vemos luego- sube el cristal de la ventanilla y lo veo marcharse.

Giro dispuesta a hacerle pagar a mi jefe por esto.

Llego hasta nuestro piso.

Camino decidida con una sola cosa en mente.
'Venganza'

Paso primero a mi oficina por algo y rapidamente regreso.

'Alessandro Giordano utilizará este traje quiera o no'

Toco dos veces la puerta y entro tras escuchar su autoritaria voz.

Lo veo de pie frente a su escritorio con algunos documentos en mis manos. Me mira.
- Le dije que...- tropiezo "accidentalmente"
- ¡Pero que demonios te pasa, mujer!- grita.

- Lo lamento, señor. Yo...- digo mirando inocente el desastre que hice-. No me fijé y tropecé con la alfombra.- frunzo el ceño y lo miro directamente a sus azules ojos-. Ahora tendrá que usar el traje por el que fui hasta el otro lado de la cuidad- agrego con tono preocupado aunque en realidad sea todo lo contrario.

Sé que estoy tentando mi suerte al hacer esto.

- Lo hiciste a propósito- afina su mirada.

- Fue un accidente- contraataco.

- Eres tan...- dice entre dientes.
Lo veo lanzarse sobre mí poniendo sus manos a cada lado de mi cabeza
Me tiene acorralada contra la puerta.
Sujeta mi mandíbula y me mira demasiado cerca.

- Por qué te gusta poner su paciencia al límite- musita.

Paso saliva al sentir su perfecta anatomía pegada a mi cuerpo.
Su calor en envuelve y me es imposible responder.

- Te encargarás de limpiar el desastre que hiciste- sentencia a escasos centímetros de mi rostro.

- Solo debe cambiarse- al fin respondo sintiendo que me ahogo con su cercanía.

Niega y una sonrisa que no comprendo atraviesa su rostro.

- Tú lo harás- declara.

Desliza su mano por mi cuello y luego toma una de mis manos y la lleva a la pretina de su pantalón.

La hebilla de su cinturón me estremece al hacer contacto.

- S-se...ñor- tartamudeo.

- Hazlo, señorita Blake. Arregle el desastre que provocó- acerca mas su rostro pegando su frente en la mía.

Mi respiración se vuelve entrecortada.

Sus dedos se encargan de guiar los míos.

Mi cuerpo está temblando pero de anticipación a lo que voy a hacer.

'Lo veré nuevamente desnudo'

Antes de poder desabrochar el botón de su pantalon los golpes en la puerta nos hacen regresar a la realidad.

Se aleja rapidamente de mi cuerpo y se aclara la garganta.

Parpadea varias veces saliendo de esta extraña burbuja en la que nos metimos.

- ¿Quién?- grita sin despegar los ojos de los míos

Pero yo prefiero desviar la mirada porque apuesto a que estoy roja.
No sé si es solo por los nervios, la vergüenza o la excitación que comenzaba a sentir o todo junto.

- Señor Giordano, el señor Hiromi ya está en la sala de juntas- reconozco la voz de Heydi.

- Ahora voy- responde fríamente.

Paso mi cabello detras de mis orejas antes de mirarlo.

- Voy a recibir a los japoneses. Con permiso- solo asiente sin decir nada.

Giro pero su mano en mi cintura me detiene.

Pega su pecho a mi espalda y un escalofrío recorre mi columna al sentir su mano sobre mi vientre.

- Esto no se quedará así- frunzo el ceño sin entender, pero a los dos segundos todo cobra sentido.

Pega su entrepierna a mi trasero dejando claro lo duro que está.

- Ahora ve y dame al menos 10 minutos para estar listo- susurra en mi oído.

- Ok... jefe- paso saliva en seco.

Me suelta y salgo disparada de esa oficina.

'Necesito beber agua fría antes'
Pienso antes de ir con los japoneses.

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(El Bebé Del Millonario Libro 1) Nuestro BebéDonde viven las historias. Descúbrelo ahora