Capítulo 8

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+Emma Blake+

Tras calmar mi alocado corazón, entro a la sala y veo al que debe ser el señor Hiromi -que de señor no tiene nada pues es tan joven como Alessandro-, y junto a él está otro joven que debe ser su asistente.

- Buen día, señor Hiromi. Mi nombre es Emma Blake y soy la secretaria del señor Giordano. El cual vendrá en un momento- menciono al acercarme a mi lugar.

- Gracias, señorita Emma- menciona con una sonrisa de dentadura perfecta.

El hombre es como esos actores asiáticos super guapos.
Altos, atléticos, cabello negro, rostro perfilado y simplemente encantadores.

'No cabe duda que Dios tiene a sus favoritos y ellos lo son'

Porque incluso su asistente es atractivo. Sus razgos los hacen ver increíbles.

- Gustan café, agua...

- Estamos bien, señorita Emma, gracias- dice sin dejar de mirarme con intensidad.
Me acomodo en mi lugar sintiendo algo de incomodidad.

- Ok- respondo.

A los minutos vemos que entra Alessandro junto a Raúl deslumbrado el lugar.

- Señor Hiromi- saluda Giordano con esa voz profunda que posee.

- Es un gusto conocerlo, señor Giordano- se levanta y lo saluda de mano.

- Lo mismo digo. Le presento al señor Raúl Davis. Mi segundo al mando.

- Mucho gusto- saluda Raúl.

Comienzan con las negociaciones luego de que cada quien toma asiento.

Estoy anotando algunos datos cuando me sobresalto al sentir la mano de Alessandro colarse bajo la mesa.

La pone sobre mi pierna y comienza a trazar circulos con su pulgar.

- Usted conservará el cincuenta por ciento y una acción más para que conserve su puesto de socio mayoritario- informa Alessandro mientras comienza a alzar un poco mi falda. Su mano toca directamente la piel de mi muslo y siento como mi respiración comienza a ser entrecortada.

'Joder, no puede hacerme esto aquí'

Pienso y trato de controlar mi respiración cuando su mano sube un poco más.

- Bien, Alessandro. En ese caso los espero mañana en mi empresa para firmar los documentos- dice y voltea a verme con esa sonrisa deslumbrante que tiene.

- Nos vemos mañana- dice serio y suelta mi pierna de repente.

Se aclara la garganta y se endereza en su silla.

- Raúl, acompaña al señor Hiromi al ascensor- ordena.

- Por supuesto, jefe- dice ocultando una sonrisa que no entiendo.

Salen y nos quedamos solos.

Me pongo de pie pero antes de poder dar un paso, caigo en sus piernas pegando mi espalda en su pecho.

- ¿A dónde crees que vas?- rodea mi cintura y pega su nariz a mi cuello inhalando mi aroma.

- ¿Qué hace? Puede entrar alguien y vernos de esta manera- digo alarmada.

- Nadie va a entrar- susurra.

- Señor...- musito.

- Te dije que esto no se iba a quedar así- acaricia mi pierna sobre la falda y la comienza a alzar.

Antes de que llegue a su destino, me pongo de pie.
Me mira con el ceño fruncido y la respiración agitada.

- No vuelva a hacer eso- digo acomodando mi ropa.

Lo veo ponerse de pie y acercarse.
Me toma de la cintura atrayéndome a su firme y musculoso pecho.

- No vuelvas a provocarme, señorita Blake. Tampoco coquetees con otro frente a mí- dice a mi oído.

Deja un corto beso en mis labios antes de soltarme.

Se acomoda su traje y sale de la sala de juntas dejándome muda.

'Este idiota...

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****************

Me dejo caer en el sofá con un vaso de jugo y un delicioso Sandwich.

Hoy es mi día de descanso y lo agradezco.
Últimamente me siento agotada.

'Seguro es por tanto trabajo que el exigente de Alessandro me deja todos los días'

Cuando no tiene juntas o alguna cita, tengo que archivar, capturar y sacar cualquier trabajo que él necesite urgente.
Incluso ir por sus pastelillos antes de regresar al trabajo luego de mi hora de comida es parte de mis actividades.

Creí que ser la secretaria del Ceo sería mas sencillo pero me equivoqué.

Suspiro recordando ese día después de la junta.

Luego de aquel contacto que tuvimos hace una semana, no a vuelto a ocurrir nada.

Y no sé si agradecerlo o no porque en serio me dejó deseosa de más.

Escucho que sale Kathia de la habitación riendo y eso me hace regresar a la tierra.

Ultimamente luce más radiante, relajada y alegre.

Giro en mi asiento para verla.
- ¿Y a qué se debe esa risa?- cuestiono y entrecierro los ojos

- Emma, me asustaste- lleva su mano al pecho.

- ¿Saldrás?- señalo su bolsa.

- Sí, veré a alguien- menciona nerviosa y pasa un mechón de cabello detrás de su oreja.

Me hinco en el asiento para verla bien.

Lleva un lindo vestido color blanco con flores pequeñas, unas plataformas color ostion y su cabello miel lo lleva suelto.

- Ok- digo dudosa.

Sale al escuchar el claxon de un auto.

Y me quedo sola en un sábado.

'Genial' pienso irónicamente.
Debería conseguirme otro novio para que me consienta a todas horas.

Pero no hay candidatos en mi lista.

Decido ir a mi habitación pero el timbre de la entrada me detiene.

Ruedo los ojos, seguro Kathia olvido sus llaves de nuevo.

Me acerco lentamente a la puerta.

- De nuevo olvidas...- me quedo muda al ver a la persona frente a mí.

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(El Bebé Del Millonario Libro 1) Nuestro BebéDonde viven las historias. Descúbrelo ahora