Capítulo 11

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Emma Blake.

Hoy de vuelta al trabajo.
Y debo decir que por más que lo intenté, no pude dejar de pensar en Giordano.

El sábado fue todo un encanto.

'Ojalá y así fuera siempre'

Pero hoy ya es lunes y toda esa magia acabó al salir de su camioneta.

Dejo mi bolsa en el perchero junto a mi blazer.
Cojo la tablet y me apresuro a ir por el café de Giordano.

Una vez que el café está listo, lo coloco sobre la charola y me dirijo a la oficina de mi jefe.

Hoy no tengo ganas de hacerlo esperar por su café.

Ya son las 8:13am. Lo que quiere decir que está por llegar.

Y ciertamente, a las 8:15 aparece en el pasillo.
Luciendo imponente y autoritario como siempre.

Está enfundado en un armani color azul marino que se ajusta a su anatomía.
Su porte de hombre de negocios siempre me impresiona.

- Buenos días, señor- digo cuando lo tengo frente a mí.

Pues eso de tutearlo se acabó al salir de la fiesta.

- Buenos días- murmura con el ceño fruncido y pasa de largo a su oficina sin mirarme.

'Creo que hoy vino de mal humor'

Suspiro tratando de controlarme.
Estar cerca de él me dan ganas de besarlo.

Entro tras él a su oficina, dejo su café en su escritorio y comienzo a decirle lo que tiene agendado para hoy como cada mañana.

- Bien, señorita Blake. Cancele mi visita al golf, veré al señor Keller otro día y deje pendiente a Ermin de Orión- se recarga del respaldo de su asiento y cierra los ojos.
- Puede retirarse- menciona a ojos cerrados.

- Con permiso- menciono extrañada.

'Hoy al parecer tampoco trae las pilas cargadas' pienso acomodándome en mi silla.

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*Alessandro Giordano*

Dejo escapar un suspiro al escuchar que salir a Emma.

'Esa mujer me tiene hechizado'

Anoche decidí ir al club junto a Elliot y Raúl para relajarme luego del sábado agitado que tuve.

Los dos idiotas no pudieron ir a la fiesta a ultima hora por no sé que razón.

El cuento es que estábamos bebiendo de lo mas tranquilo hasta que Raúl invitó a unas amigas a unirse a nuestro plan.

Cuando llegaron todo parecía marchar con normalidad.
Incluso una de ellas se mostró interesada en mí.

No dudé en prestarle atención.

Desde aquella noche del club, no he vuelto a estar con nadie y Emma solo me dejó cachondo el sábado.

Sin embargo, a la hora de llevar a la mujer a la cama, mi amigo no reaccionó.

Cosa que me frustró.

Como podía fallarme en esos momentos.
Y ser traidor frente a Emma.

Al final, la mujer se fue molesta y yo me quedé frustrado.

Respiro profundamente antes de ponerme a hacer mi trabajo.
No puedo dejarme llevar por estos estupidos pensamientos y deseos.
Mi empresa no se dirige sola.

(El Bebé Del Millonario Libro 1) Nuestro BebéWhere stories live. Discover now