Capitulo 40

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Capitulo 40

Naruto junto a Thalia viajaron a lomos de Tigrex con gran rapidez por el suelo mientras Tobi-Kadachi planeaba por los aires con Grover, Zoe, Phoebe y Annabeth en su lomo, los cuales tenían que agarrarse del pelaje de la gran bestia para no caerse por el viento poderoso que las intentaba tirar.

''Naruto, estoy en Washington DC, en una calle mas abajo de un museo de mierda mortal del espacio o algo por el estilo, capture un semidiós traidor y lo torture, la pequeña mierda dijo todo lo que sabía, se quien secuestro a Artemisa'' dijo Minato en la mente de su hijo, el cual sonrió con sed de sangre mientras sus ojos brillaban dorados.

Todos prestaron atención, preguntándose quien se atrevería a secuestrar a una Diosa Olímpica.

''¿Quien fue le miserable?'' Pregunto el rubio, deseando saber quien fue el maldito que se atrevió a tocar a su madre.

''Alguien que llaman como El General'' respondió el bijuu mayor, lo que hizo al oji azul chasquear la lengua con molestia.

Todos pensaron quien era este General, los dioses, Zoe, Naruto y Minato teniendo una idea, causando que padre e hijo desearan ver su sangre derramada con mas fuerza mientras Zoe se retorcía levemente con incomodidad.

''Pido al bastardo para apalear y luego torturar, verás como lo machacare en una bola de carne y sangre'' gruño el hijo de Artemisa con rabia, su padre riéndose oscuramente en su mente.

''Y yo pido la masa de carne en la que se transformara para hacer que los cerdos lo profanen de todas las formas posibles'' dijo Minato, lo que hizo a su hijo sonreír.

Nadie se metía con bijuu y salía vivo.

Mas de uno trago duro con miedo ante padre e hijo y su ira.

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Time skip, diez minutos después.

Naruto y el equipo de la búsqueda llego a Washington DC, donde las mascotas del rubio se volvieron a sellar en las palmas de las manos superiores del oji azul, que guio a las chicas y satiro donde estaba su padre escondido.

Caminaron a través de las sombras y los callejones, el hijo de Artemisa guiando a sus dos hermanas, el satiro y sus compañeras, que le siguieron con confusión antes de que los siete llegaran a una casa abandonada a pocas cuadras del Museo Nacional de Historia, donde entraron y vieron todo con confusión al todo verse demasiado grande comparado afuera, además de que el propio hijo de Minato entraba perfectamente en la casa aun con sus mas de tres metros.

''El arte de los sellos es poderoso, y odiado por mi familia, pero incluso nosotros aprendemos a amar aquello que nos dio cárcel, porque no hay nada mejor que usar lo que usaron una vez contra ti'' dijo Minato con una sonrisa oscura mientras un aura oscura lo rodeaba, causando que mas de uno se pusiera detrás de alguien como escudo entre ellos y el viejo Bijuu.

Caminaron por la casa antes de entrar a una habitación vacía y ver a Minato sentado mientras tenía los ojos cerrados y sus colas se movían de manera lenta como amenazante.

''Tardaste mucho'' gruño el rubio mayor, abriendo sus ojos, ojos rojos embravecidos que hicieron a los otros seres tragar duro y dar un paso atrás mientras el hijo del bijuu mas fuerte solo miro a su padre con una mirada igualada.

Todos esperaron expectantes, esperando la pelea entre el padre y el hijo, una pelea que cobraría cientos de vidas y ponía la piel de gallina a mas de uno.

Rojo choco contra azul platinado con nubes rojas y doradas, ambos gruñeron como bestias antes de silenciarse, dejando un silencio incomodo y tenso, el cual fue roto por sus dos risas estridentes y sonoras que hicieron retumbar la casa misma.

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⏰ Última actualización: May 14 ⏰

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