Capítulo Veinticinco

4.9K 378 16
                                    

      —Todo va a estar bien—susurré por milésima vez—. Vamos a salir de aquí muy pronto, Row.

Los ojos de Rowran se mantuvieron cerrados. La única confirmación que tenia de que siguiera vivo eran sus respiraciones y sus latidos bajo mis dedos. La piel de mis brazos estaba llena de quemaduras por la plata de las barras pero me rehusaba a dejarlo ir. Tenía que saber que yo estaba a su lado, que no estaba solo. La verdad era que sin importar lo que pasara no lo iba a dejar. Salimos juntos o morimos juntos.

— ¿Lo quieres mucho, no?— Ni me sorprendí al escuchar la voz de Frannie.

—Lo amo—dije.

—Él también lo hace—. No le contesté—. Vino solo, luchó contra los guardianes y causo todo un revuelo. Incluso retó a papá. Estaba furioso o, mejor dicho, estúpidamente suicida.

—Sí, eso suena como Rowran—dije sonriendo. Seguía mirando el rostro de Row, rogándole a la Diosa Lunar que le permitiera abrir sus hermosos ojos una vez más. En estos momentos lo necesitaba más que nunca.

— ¿Cómo se conocieron?

—Golpee a un chico en la ceremonia de mi ascensión y el apareció a ver que sucedía—. Frannie me sonrió—. Fran...

—Maddie, sabes que no puedo hacer nada.

—Claro que puedes, pero no quieres.

—Uriel me mataría.

—Damián no permitiría eso.

—El miedo de papá no tiene límites. Preferiría verme arder antes de enfrentarse a él.

—Wow, me lastimas, Francesca—. El color rosado en las mejillas de Frannie desapareció y se volvió más pálida de lo que era—. Oh, no se detengan. Tienen una conversación muy interesante.

—Tú...—Susurró Frannie.

— ¿Sabía que ustedes dos se conocían? Por supuesto—dijo Damián. Odiaba su rostro. Odiaba su sonrisa. Odiaba parecerme a él—. La visitabas cada cumpleaños, ¿no?—Me preguntó.

—Cuando salga de aquí, te voy a arrancar la cabeza—le contesté. Su rostro se tornó serio.

—Frannie, tu madre te anda buscando—dijo sin dejar de mirarle. Mi agarre en Rowran aumentó.

Frannie me dio una mirada cautelosa y se alejó. Miró entre nosotros, abrió la puerta y se fue sin decir una palabra. Alcé el mentón y le di una mirada desafiante a Damián.

—Y ahora, ¿Qué planeas hacerme?—Dije.

—Hablarte—me sonrió, pero no de la manera que esperaba.

Rowran susurró algo ininteligible y se giró, haciendo que mi mano golpeara las barras de plata y me quemara otra vez. Sisee y me alejé un poco. Rowran volvió a murmurar y pasé mi mano entre otras dos barras con cuidado, colocándola sobre su hombro.

—Frannie no los va a ayudar—dijo Damián—. Están aquí solos y lo único que los puede ayudar a salir es que lleven a cabo su parte del trato.

— ¿Cuál trato?— Lo miré con ojos entrecerrados. Damián se sentó en el escritorio frente a la celda y cruzó sus brazos.

—El trato que Uriel le ofreció a Rowran para dejarte ir—. Mierda.

— ¿En qué consiste ese trato?—. Damián cambió la vista.

—La manada Antonelli nos ayudará a traer abajo a Blood Moon—. Isobelle. Doble mierda.

—Nunca van a poder vencer a Isobelle, ni con el resto de las manadas tras ustedes.

Alges: La GuerreraDär berättelser lever. Upptäck nu