32.- Cómo los shipibo le quitaron la candela a Yoashiko Inca

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En tiempos pasados los hombres shipibo vivían a la orilla delrío o de la cocha, ese era siempre su lugar favorito. En eseentonces, cuando cazaban pescado, no tenían cuchillo, lohacían de caña y lo afilaban bonito y con eso destripabanlos peces. La piedra también la utilizaban. Tampoco teníancandela; por eso, cuando ya tenían sus peces cazados losponían al sol para poder comerlos. El sol también era unpoco bajo; dicen, en ese tiempo, no era tan alto. Y en lachacra no tenían casi nada para comer con el pescado. 

Los shipibo vivían al lado de Yoashiko Inca, casi convivíancon él. Era un inca mezquino, cuando los hombres le pedíanpalo de yuca para sembrar, Yoashiko le cortaba su yema yles daba así para que no crezca, y no crecía; y cuando le pedían maíz, les daba tostado. No les enseñaba nada. 

Yoashiko tenía en su casa un perico que estaba criando su mujer. En esetiempo, el perico tenía su pico largo; él veía que en su chacra Yoashikotenía sembradas guayabas, guabas y otras frutas. Y miraba a los niñosque subían al árbol de guabas y las cogían. Yoashiko les espantaba,diciendo: "¡Joo, joo, joo!", como un animal. "¡Los monos y guasas estáncogiendo mi guaba!", exclamaba. Y al momento los niños se convertíanen diferentes clases de monos. Todo eso veía el lorito. 

Cuando se iban los hombres shipibo a pescar cerca de su casa,Yoashiko les ponía a algunos un pañuelo rojo en el cuello, diciendo:"¡Joo, joo, joo, las aves están terminando los peces de la cocha!". Y,al instante, ellos se convertían en toyuyo y garza blanca.

Cuando el lorito le pedía comida, la mujer de Yoashiko siempre ledaba duro, le maltrataba. Entonces, de tanto maltrato, pensó: "Voya ayudar a los hombres, voy a llevarles candela para que puedancocinar". Un día, la mujer estaba barriendo en su patio y el pericole pidió comida, quejándose de hambre como hacen los pajaritos.La mujer le dio un escobazo, diciendo: "¡Fuera, molestoso!". Élaprovechó y en un descuido agarró un poco de candela de sudueño y salió volando. Yoashiko se dio cuenta cuando ya estabael perico arriba con la candela, volando. Se la quiso quitar pero ya era difícil porque el perico se iba hacia un palo seco, grande, quese llama shiwawaco, para poner allí el tizón para que arda. En eso,Yoashiko dijo: "Voy a hacer llover", y en ese momento tronó y él hizocaer la lluvia bien fuerte, con ventarrón que venía de un lado haciaotro, para tratar de apagar el fuego. Entonces, viendo que iba aapagarse la candela, el lorito llamó a otras aves. En ese instante se diocuenta que su pico, que era bien largo, ya casi se había acabado: sehabía quemado mientras agarraba la candela. Ahora era chiquito. 

Vinieron el gallinazo, el vacamuchacho, el buitre, la pava y eltrompetero para cubrir la candela con sus alas; y cuando venía elventarrón por un lado, ponían sus alas de ese mismo lado. Al taparcon sus alas, protegiendo la candela contra la lluvia, se pusierontodos bien negritos de humo. Sus plumas quedaron así, negras,cuando pasó la lluvia; por eso todas ellas son aves de color negro.

Mientras tanto, ya el fuego estaba ardiendo con una llamainmensa y de allí, de ese palo seco, cayeron tizones grandes.Aprovecharon los hombres para recoger la candela y así pudieronasar su pescado y cocinar su comida. Y hasta ahora tienen candela. 

Otro día, los hombres le pidieron a Yoashiko que les enseñe a cazarcon flecha. Yoashiko aceptó rápido y les trajo izana sin punta y lesenseñó así a cazar. Él tenía varias flechas con punta de chonta, pero no les daba. Entonces, uno de ellos, al ver que les mezquinaba,fingiendo que estaba aprendiendo a cazar, le robó una y le apuntócon ella. Así pudo atravesar todo su cuerpo con la flecha. De estamanera mataron a Yoashiko, porque mucho maltrataba a la gente.Después, le destriparon, le abrieron la barriga y le sacaron su hiel. Enese momento llegó uno de sus hijos y preguntó: "¿Quién ha sacadola hiel de mi padre?". Uno de los shipibo había escondido la hiel en suboca y por eso no podía hablar, así el hijo se dio cuenta quién habíasido y le cacheteó, haciéndola saltar de su boca. La bolsa de hiel sechorreó, se manchó todo su cuerpo del hombre y se convirtió en unpajarito bien bonito de color verde azulito, que se llama jöri y vive enla montaña alta. Los otros shipibo se pintaron con la sangre y con lagrasa de Yoashiko Inca y se convirtieron en guacamayos de colores;por eso es que hay guacamayos de color azul, colorados y amarillos.¡Cuántos tipos de loro habrá...! Mi abuelita Rabihabë me contó quetodas son personas convertidas.

Después que mataron a Yoashiko Inca, otro inca más bueno, JoshoInca, enseñó a los shipibo a hacer muchas cosas: su vestimenta entelar, sus diseños, sus vasijas. Pero le mataron; es por eso que nosotrosya no hemos aprendido más cosas, dice mi abuelita. 

𝕃𝕆𝕊 𝕄𝔼𝕁𝕆ℝ𝔼𝕊 ℂ𝕌𝔼ℕ𝕋𝕆𝕊 ℙ𝔼ℝ𝕌𝔸ℕ𝕆𝕊Where stories live. Discover now