ℭ𝔞𝔭𝔦𝔱𝔲𝔩𝔬 𝘝𝘐𝘐

58 9 1
                                    

Las decoraciones doradas brillaban débilmente en la pared, en notable contraste con el oscuro y viejo tapiz de la cocina; el olor a comida y postre era abundante y habían varias conversaciones y risas al rededor de la sala y las escaleras, todos disfrutando de la pequeña fiesta.

La señora Weasley se veía radiante, entregando bocadillos y bebidas mientras sonreía orgullosa; esa misma mañana Ronald y Hermione habían sido notificados de su nuevo cargo, ambos eran los nuevos prefectos de 5to año por parte de Gryffindor.

Harry sonreía, aunque apartado y tenso, en una esquina sombría e ignorada entre tanto movimiento, mientras veía a Ron deleitarse gustoso ante la fiesta, un poco de chocolate en su mejilla y sus notas abandonadas bajo un vaso que definitivamente las mancharía.

Hermione, a su lado, se veía orgullosa y satisfecha; y a pesar de ser la que mas insistía sobre el reprochable comportamiento de Ron, no había nada que indicara un pensamiento sobre eso, demasiado distraída en su propia gloria o demasiado enamorada para enojarse por esa injusticia.

Harry no iba a mentirse, estaba feliz por ellos, era una noticia alegre que seguramente los tranquilizaría, y no los envidia en absoluto; estaría demasiado ocupado para fijarse en algo más, como para cuidar niños y hacer rondas en la noche.

Los celos o el reproche en pos de creerse mejor no era la razón de su desagrado; pero no podía dejar de mirarlos con un poco de oscuridad, solo que con un motivo diferente.

Entendía sobre el nombramiento de Hermione, no había nadie mejor, aunque esperaba que no fuera muy rígida con los más jovenes; sin embargo, ella siempre encaro a un prefecto adecuado.

 Ron, en cambio, era un asunto diferente.

¿Acaso esperaban que eso lo hiciera responsable? ¿O que 'Mione podría controlarlo? No estaba seguro, pero además de la señora Weasley, era evidente para él la sorpresa absurda y la incredulidad que navegaba débilmente en los rasgos de los invitados; incluso Arthur, el padre de Ron, miraba de vez en cuando y se cuestionaba si era real.

Él director miraba más al futuro de lo que le gustaría, y eso era otro simple motivo para evitarlo.

Sin embargo, a pesar de lo molesto que se sentía por los nuevos acontecimientos, no pensaba perder un oportunidad así; con una suave sonrisa, un poco apagada y melancólica para los más observadores, felicito a sus amigos, mencionando que era una sorpresa, pero les haría bien, y que era una lastima no poder salir para celebrar.

De allí en adelante fue una bola de nieve, una esperada, y hasta se podría decir planeada.

Harry tomo una fría copa de jugo de calabaza mientras oía discretamente los murmullos que pasaban tras las paredes o en las esquinas; salir era una buena opción, esa era la conclusión del asunto, "que se diviertan" "que se distraigan" "podemos organizar una guardia para vigilarlos" continuaron ellos.

Y aunque todo iba sobre ruedas, al final se desordenó el plan al caer en las discusiones comunes; por ello suspiro, sin poder evitarlo, y se dirigió a socializar, no habiendo otra opción que salir, con o sin permiso.

Aunque ciertamente prefería que lo llevaran.

Se unió a las risas y las conversaciones sencillas, eligiendo a algunas personas que estarían de acuerdo con rapidez, como Sirius, Molly y Arthur, para mencionar la idea más directamente.

Se aseguró de mostrarlo como su oportunidad de recompensar a los dos nuevos prefectos y además animarlo a él para convencerlos con facilidad, pues sabía que estaban preocupados por su actitud.

La mirada brillante y aliviada de Sirius cuando lo mencionó casualmente le dijo que tuvo éxito, después de todo, ya la mayoría de la orden se había enterado de su excusa del porque estaba tanto tiempo en su habitación.

Eres mio... me perteneces.Hikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin