Eres mio... me perteneces.

ℭ𝔞𝔭𝔦𝔱𝔲𝔩𝔬 𝘝

Harry conversó con sus amigos débilmente, un saludo, un abrazo, una mirada, una despedida, antes de dirigirse a su habitación y cerrar, sin importarle nada de lo que sucedía afuera ni molestando en fingir que quería ser parte de la conversación de adultos, cuando obviamente lo iban a rechazar.

No tenía intención alguna de perder su tiempo con cimentar su posición como "un niño necesitado y deseoso de ayudar" pues, aunque eso en parte era algo crucial como "el niño que vivió" sabía que, con Theo, no tendría mucho tiempo para cuidar opiniones.

No era tampoco su interés saber qué hacían ni lo que esperaban que sucediera, no quería escuchar peleas, lo que obviamente pasaría; además, debía tener cuidado con Snape y Dumbledore y su habilidad para leer la mente, su prioridad con ellos era mantener distancia.

Lo mejor era simplemente apartarse de todo y dejarlo pasar, saliendo sin reclamos cuando fuera comenzar una reunión y una que otra pregunta sin mucha insistencia.

No le importaba saltarse las cenas, unas semanas comiendo bien no hacía nada con su resistencia contra el hambre, y gracias a los pocos minutos que le habían dado para guardarlo todo en el momento que asaltaron su casa, Theo tampoco tendría necesidad de comer.

Con la oportunidad de estar solo, había logrado darle el somnífero, y con el resto de sus pertenencias guardadas en su bolsa, había tenido más que tiempo suficiente para dosificarle con cuidado, logrando que descansara en el transcurso del viaje sorpresa y los días posteriores, mientras pensaba en una excusa para poder cuidarlo en secreto.

Ya se estaba haciendo una idea de que hacer y decir mientras analizaba la abandonada habitación de Regulus Black, notado los colores verdes y los muebles elegantes y de madera oscura, mirando fijamente el tapiz negro y antiguo en las paredes y el material del marco en la puerta, esperando tener todo listo para el momento correcto.

Mientras tanto convivia débilmente con los demás, comenzando a formar planes para cuando Theo despertara aun cuándo mantenía conversaciones con los miembros de la orden y sus amigos.

La noticia de que limpiarán la casa no lo molesto tanto como aparentaba, feliz de ocuparse en algo, limpiando rápidamente, en lugar de reír y bromear, gracias a sus conocimiento y práctica, para luego encerrarse en su habitación, sabiendo lo ocupado que estarían los otros con las plagas que habitaban en la gran casa.

En ese tiempo aprovechaba para vigilar y cuidar de Theo, normalmente refrescándolo y limpiándolo con una leve muestra de magia, no muy fuerte o frecuente para que no se notara; ya sabía que podía hacer magia dentro de ciertas protecciones, sin embargo, esa información se le entregaba al encargado de las barreras, por eso se obligaba a ser sutil.

También dedicaba parte de ese tiempo encerrado para mover los músculos de Theo y ejercitarlos superficialmente, no deseando que se atrofiaran o quedaran secuelas del encierro, sin embargo, aún se avergonzaba al tocarlo, a pesar de ser motivado por la preocupación y una pequeña cantidad de confianza que había aparecido con el tiempo.

No le había dado demasiada dosis de somnífero, y aunque era terriblemente fuerte, dormiría como máximo solo unos pocos días más, por ello, decidió dejar de pasar tiempo con sus amigos con tal de enfocarse en su prioridad por el momento.

Y a pesar de su descontento y las sospechas, las preguntas y respuestas que lo perseguirán por dejarlos repentinamente, no podía retrasar la tallada de runas en la puerta; era necesario hacerlo pronto, antes de que despertara, para así ocultar la presencia de Theo y poder dejarlo salir del baúl de vez en cuando.

Las runas no podían ser muy violentas, por lo que funcionarian solo por tiempo limitado, tomando el rastro de Theo para ocultarlo por al menos una hora, antes de tener que regresarlo al baúl donde su presencia estaba escondida; le gustaría hacer algo más, pero a pesar de pensarlo demasiado, no encontró otra solución...

Esperaba que lo perdonara por eso...

Theo no había reaccionado demasiado a la noticia, aceptando el cambio y siguiendo la indicación de ocultarse de los extraños que también vivían en la casa, Harry agradeció por ello, su corazón cálido al darse cuenta que, al menos por ahora, Theo parecía creer en sus intenciones de cuidarlo.

Entendía que ahora había compañía, que debía mantenerlo oculto, no se quejaba por déjalo varias horas encerrado y había aceptado que gran parte del día pasaría oculto bajo el disfraz de un simple baúl escolar, no es que el lo supiera del todo.

Su actitud tranquila y la debilidad cada vez que salía de su encierro herían el corazón de Harry, un anhelo violeto por dejarlo fuera, por devolverle parte de la libertad arrebatada, sin embargo no solo no confiaba en él, si no que ahora estaba rodeado de otras personas, de gente que, para Theo, simbolizaban peligro.

Por eso mismo se había esforzado, gran sacrificio y tiempo, logrando así reorganizar casi por completo las runas, permitiéndole dejar el baúl con una diferencia de 12 horas cada vez, dos veces al día, por una hora exacta.

Los demás habían preguntado, sin recibir respuesta, el por que se dirigía tan seguido a la biblioteca, mencionado hechos como "hay libros oscuros" y "es mas divertido hacer esto o aquello" ; Harry había fingido estallar, declarando que solo quería pensar en algo más que esa noche.

Sus rostros congelados y ensombrecidos le indicaron que ellos habían entendido lo que quería decir, acompañando su silencio con miradas de tristeza y preocupación al pensar en lo que él estaba sintiendo; él los dejo ser, sabiendo para si mismo que estaba tan distraído con cuidar a Theo que apenas recordaba el momento como algo más que un quiebre y hecho importante.

Ellos lo dejaron el paz poco después, y él no dijo más, aceptando la oportunidad de estar tranquilo antes de que se acabara, sabiendo bien que era cuestión de tiempo para que regresaran las preguntas.

Al menos la biblioteca Black no le había fallado en lo mas mínimo, lleno de tomos antiguos, polvo, olor a pergamino y millones de pasillos con conocimiento, y como resultado, además de una mejora para Theo, era que ahora podía obtener parte de su maestría de runas sin problema, no es que alguien fuera a saberlo.

Tampoco lo necesitaba, tenia suficiente alegría en su corazón pues, Theo, reconociendo en su gran inteligencia lo difícil que pudo haber sido el cambio, había agradecido con un murmullo de palabras y luego había continuado en silencio, eso era suficiente para él.

Al menos, ahora le permitía alimentarlo, reconociendo que era ya bastante difícil comer con las mano atadas, además de adormecidas, como para pasar toda la hora que tenia disponible haciendo eso; Harry había querido desatarlas, pero sabia bien que solo era necesario abrir la puerta para que lo descubrieran, y no podía arriesgarse tanto.

Al menos, como bálsamo y escusa para su corazón, que solo quería hacer todo lo posible para la comodidad y alegría de Theo, disfrutaba el darle de comer; no sabía realmente por qué, pero era un gusto, Theo tampoco le daba mucha importancia al hecho.

Al menos las cosas ya eran más tranquilas, sin embargo, siempre esperaba que mejoraran y empeoraran, alerta en pos cuidar de Theo.

De hacer las cosas mas seguras para él...