MÍO [𝘖𝘔𝘌𝘎𝘈𝘝𝘌𝘙𝘚𝘌]

Capítulo 28

Dominik

Estaba tan tranquilo, tan agusto en casa de mi padre sin tener que preocuparme de nada que por un momento olvidé quién era mi padre y como era vivir con él.

Con mi hermano no tenía problema, sabía perfectamente que él era una buena persona, quizás seria en exceso, pero una buena persona.

En esas cosas andaba pensando cuando de pronto vi una pequeña y familiar figura sentada en el césped del patio trasero de la casa de mi padre quitándole uno por uno pétalos a una pequeña margarita.

Pero, no podía ser ¿Verdad?

Quiero decir, él estaba en la ciudad, con su prometido.

Ante la duda me acerqué a aquella pequeña figura con sigilo y confirmé lo que ya sospechaba, era Adam, pero ¿Que hacía aquí?

- Adam- lo llamé con un tono de voz neutro mirándolo desde arriba mientras lo veía concentrado quitándole pétalos a esa margarita.

- ¡Dominik!- gritó alegre y sonriente al verme- ¿Que haces aquí?- preguntó ladeando ligeramente la cabeza.

- Vivo aquí- no ser sincero con él no iría a ninguna parte, después de todo él tenía un extraño sexto sentido para saber cuando le mentían y cuando le decían la verdad- ¿Y tú qué haces aquí?- ahora era mi turno de preguntar.

- El jefe de seguridad de Bruno me trajo aquí y me dijo que me sintiese libre de ir donde quisiese, así que pensé que está era una de las muchas propiedades de la familia de él, pero por lo visto no- empezó a relatar- así que en cuanto vi este hermoso llano lleno de pequeñas y lindas flores y en completo silencio decidí acercarme y sentarme aquí para pensar en calma.

Wow, el chiquitín cada día me sorprendía más.

Yo no sabría mantener la calma siendo consciente de que prácticamente me han secuestrado.

Si Adam estaba aquí y lo había traído mi hermano lo más seguro es que mi padre tuviese algo que ver.

- Creo que quien te trajo fue mi hermano- dije analizando la situación- y ahora mismo estás en casa de mi padre.

En cuanto dije eso se quedó blanco ya que creo que él jamás imaginó que yo pudiese venir de una familia que tuviese tanto, ya que iba con él a un instituto público, hacíamos un bachillerato publico y cuando acabasemos habíamos hablado de la universidad publica a la que queríamos ir.

Así que en su cabeza quizás no era lógico que yo viviese en una mansión enorme perdida de la mano de Dios, pero bueno, era lo que había.

Yo también traté de escapar de aquí, pero como dice el dicho todos los caminos conducen a Roma, y desgraciadamente para todos, Roma era mi padre.

- ¿Y porqué me trajo a vuestra casa?- me preguntó con su habitual cara de cachorrito.

- Ni yo mismo lo sé si te soy sincero...

A quien quiero engañar, nadie sabe lo que pasa por la cabeza de mi padre o de mi hermano, y el que menos yo.

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Gracias a todos los lectores de está hermosa novela.

Os adoro.

Gracias ✨🩵 cinthia 🩵✨ por todo