Capítulo 13

1K 55 1
                                    

Adam

Yo de verdad pensaba en hacer caso a Máx y darle una oportunidad a Bruno para conocerlo y ver si de verdad era buena persona, pero lo que no me esperaba era que fuese a hablar mal de mi a mis espaldas y además diciendo que yo soy un crío, el único crío aquí es él, que es un idiota sin un ápice de consideración con las personas que le rodean, yo tenía razón con la primera impresión que tuve de él. 

- No espero nada- dije tratando de zafarme de su agarre- ¿Has visto la hora que es?- pregunté de manera retorica- Los niños nos tenemos que ir a dormir temprano- le eche en cara.

En verdad si que me tenía que ir a dormir pronto, ya que aún que estuviésemos en vacaciones de invierno debía estudiar, no me podía permitir que mis notas cayese en picado si quería ir a una buena universidad sin necesidad de depender de este idiota, de su familia o de mi padre.

- ¿Te has enfadado porque dije que eras un crío?- preguntó con cierto tono de burla.

- Claro, ¿Porqué más si no?- pregunté confuso, hasta que caí en la otra parte de la conversación- ¿Creíste que me había ofendido porque no te gustó?- cuando lo vi quedarse callado ante esa pregunta me comencé a reir- para eso primero debería importarme lo que piensas de mi y lamento decirte que no es el caso- dije con una mirada altiva.

De pronto unos olor fuerte como a... ¿Mar? Se hizo paso entre mis sentidos. Olía justo como antes de una forma tormenta, era extraño, todo en ese olor me alertaba. Fue entonces cuando lo miré con detalle, este imbécil estaba desprendiendo sus feromonas a raíz de que se estaba enfadando. De pronto todo comenzaba a darme vueltas y sentía que no me podía mantener en pie, tuve que sujetarme de la barandilla de las escaleras para no caerme.

- ¿Q-Que c-crees que haces i-idiota?- pregunté temeroso.

- Lo mismo que tu hiciste en mi habitación- no entendía de que hablaba- desprender mis feromonas- ¿Como era posible que las notará? Eran muy sutiles a causa de que aún no había tenido mi primer celo.

- Y-yo j-jamás he h-hecho eso- cada vez tenía más calor y me costaba más tenerme en pie.

Comencé a llorar sin hacer ruido al notar que mis piernas no me respondían y mi trasero estaba desbordando el lubricante que fabricaba por si mismo. Al ver hacia arriba pude ver la mirada consumida de Bruno entre el deseo y el enfado. 

Sentía pánico, mi cuerpo no reaccionaba, no era capaz ni de concordar dos palabras, me sentía tan débil...

Bruno se acercó a mi y me agarró por la cintura subiendome encima de su hombro.

- N-No...- traté de quejarme torpemente pero mi cuerpo no me obedecía, y menos lo hizo cuando accidentalmente mi nariz se topó con el cuello de Bruno,  del cual emanaba ese de alguna forma ahora tranquilizador aroma.

Cuando llegamos a su habitación me dejó sobre su cama situándose sobre mi y acariciando con la punta de su nariz mi cuello, cada vello de mi cuerpo se erizo ante ese simple roce.

- Tu dices que no pero tu cuerpo me está pidiendo todo lo contrario- alegó metiendo su mano derecha dentro de mis slips y notando la humedad entre mis muslos- y yo quiero hacerle caso- su voz ronca en mi oído me anuló el juicio por completo. 

Mi cuerpo estaba completamente inerte y mi cerebro andaba de vacaciones mientras Bruno me acariciaba con calma y suavidad al quitarme las dos únicas prendas que llevaba, sentía su mirada hambrienta sobre mi, su deseo de querer dejarse llevar conmigo, como miraba sin pudor mi delgado, pálido y desnudo cuerpo el cual estaba expuesto frente a él.

- B-Bruno...- lo traté de llamar.

De pronto todo se tornó oscuro y no oía ni veía nada.

(Al día siguiente)

Me desperté un tanto mareado y me hallé a mi mismo durmiendo en una redonda y enorme cama que nada tenía que ver con la mía.

Cuando miré a mi derecha vi a través del enorme ventanal que ya era de día, pero mi sorpresa fue enorme cuando al sentarme en la cama descubrí que estaba completamente desnudo y ya cuando caí en la cuenta de que no estaba solo en la enorme cama, la cual aún desconocía de quién era, comencé a llorar.

- ¿Q-que h-he h-hecho?- me preguntaba a mi mismo en voz baja observando la ancha espalda del hombre semidesnudo tumbado a mi lado.

Era un hombre fuerte, de espalda ancha, cabello oscuro y marcada musculatura, era...

Era Bruno.

¿Que he hecho? No puede ser verdad, ¡¡No!! Yo jamás dejaría que alguien que tan siquiera me tiene una pizca de cariño, aprecio o consideración pusiese uno solo de sus dedos sobre mi cuerpo. Yo jamás dejaría que alguien como Bruno me tocase. Yo jamás...

Empecé a hipar de los nervios mientras lloraba, ya no solo me costaba mantener la calma, si no también el ritmo de mi respiración.

Me quedé temblando del miedo en mi sitio cuando empecé a notar que la persona a mi lado comenzaba a moverse en señal de estar despierto.

- ¿Adam?- preguntó extrañado al ver mi cara- ¿Que te pasa?¿Te pasó algo?- trató de poner su mano sobre mi hombro al preguntarme pero yo me aparté bruscamente por temor ya no solo a él, si no a mí mismo.

- Y-yo n-no quería esto...- gimotee infantilmente antes de volver a comenzar a llorar.

Bruno no hacía más que mirarme con auténtica sorpresa.

¿Que reacción esperaba de mi?

Acababa de despertar desnudo al lado de un extraño con el cual me comprometieron en contra de mi voluntad.

- No llores, ¿Si?- dijo con voz calmada tomando mi rostro con suma delicadeza entre sus grandes manos- Todo está bien.

- N-no, n-nada está b-bien, amanecí desnudo en la cama de un extraño- entonces fue cuando deje de sentir sus manos en mi rostro y al mirar hacia arriba volví a ver sorpresa en su rostro.

- Nada de lo que puedas imaginar pasó- comenzó a explicar sentándose en el borde de su lado de la cama- te desmayaste a causa del que supongo era tu primer celo, así que te di unos supresores y te dejé en la cama durmiendo- al oír eso sentí que me quitaban un enorme peso de encima- al parecer tu ciclo de celo y el mío coincidieron, por eso mis feromonas se descontrolaron, cuando perdiste la conciencia y te di tu supresor yo también me tomé uno, así que por el momento los dos deberíamos estar bien- explicó rascándose la nuca.

Ufff, menos mal, al final resulta que solo saqué puras conclusiones y no pasó nada entre nosotros.

- ¿Entonces porque estoy sin ropa?- esa era la única duda que él aún no me había respondido.

- Digamos que cuando mis feromonas se descontrolaron ambos nos descontrolamos y pues acabé quitándote la ropa y fue ahí ya cuando te desmayaste- me sonrojé al oír eso.

No había hecho nada con él pero sin embargo aún que fuera de forma inconsciente debido a mí celo había dejado que Bruno me desnudara sin ningún pudor.

- Tranquilo, iré a tu habitación a traerte un pijama, dudo que prolongar ésta extraña situación sea lo que quieras ahora mismo- se excusó a si mismo saliendo de su habitación.

Cuando lo vi salir me dediqué a mirar la habitación al detalle. Todas las paredes estaban pintadas de azul marino, exceptuando dos, ya que al igual que en mi habitación una hacía de ventanal y la otra de armario.

Me levanté para mirarme en el enorme espejo que había en mitad del armario y vi una pequeña marca roja en mi cuello, el cual por cierto me dolía ligeramente en la parte de atrás. Me giré aún tapándome con la sábana y miré con detalle mi cuerpo, al parecer era verdad que nada había pasado, exceptuando el pequeño chupetón en un lateral de mi cuello.

- Toma, te traje esto, espero que te sirva- dijo pasándome un pijama de manga larga con dibujos de porciones de pizza en él.

- Si, gracias- le agradecí tomando el pijama y metiéndome en el baño para vestirme.

No sé porque siento que hay algo de lo que me estoy perdiendo...

MÍO [𝘖𝘔𝘌𝘎𝘈𝘝𝘌𝘙𝘚𝘌]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora